Edicion 21 de mayo 2020
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12 Jueves 21 de mayo de 2020
Opinión
Diario Co Latino
La agresión comunicacional de EE.UU. derrotado en Venezuela
Luis Alfonso Mena S.
Tomado de Telesur
Ante la mordaza mediática impuesta
por el imperialismo norteamericano
y sus títeres contra la República
Bolivariana de Venezuela y el derecho de
los demás pueblos a la información veraz,
urge responder con la resistencia comunicacional
en la América Latina.
La multinacional AT&T, experta en injerencismo
y participación en golpes de Estado,
bloqueó la señal de Telesur a través
de DirecTV, por lo cual no se podrá seguir
viendo por parte de quienes tienen contratado
este servicio de cable operador en Venezuela
y Colombia, entre otros países.
Se trata de una nueva violación de los derechos
humanos a manos del imperialismo
y sus corporaciones satélites (AT&T, DirecTV),
pues el de la comunicación y la información
son derechos fundamentales, inalienables
del ser humano.
de índole civil y comercial que los suscrip-
esta empresa un paquete que contenía la señal
de Telesur, sino también de la Constitución
Política Colombiana que, en su artículo
20 establece, entre otros ítems, la prohibición
de la censura.
Telesur de la cablera, en el marco de un sinfín
de ataques que sigue cometiendo el establecimiento
gringo de consuno con sus
abyectos en Colombia y demás países integrantes
del Cartel de Lima contra el derecho
del pueblo venezolano a su autodeterminación,
independencia y soberanía nacional.
La decisión se produce pocos días después
de que se llevara a cabo en Miami,
Florida, una reunión del Centro de Medios
de las Américas del Departamento de Estado,
en la que funcionarios del Gobierno de
Donald Trump lanzaron falaces acusaciones
contra Telesur, RT y otras plataformas
alternativas internacionales.
Hace pocos meses, el ala fascista de la
oposición de derecha venezolana ya había
anunciado una ofensiva contra Telesur,
para tratar de torpedearla y someterla al saqueo,
como han hecho con otras empresas
públicas del ámbito internacional (Monómeros,
en Colombia, y Citgo, en EE.UU.,
por ejemplo).
Imperialistas desesperados
A los mendaces defensores de la “democracia”,
que a diario hacen gárgaras con el
concepto de “libertad de prensa”, les desespera
que a través de Telesur, RT, Hispan
TV, Venezolana de Televisión (VTV, Canal
8 del Estado venezolano), Teves y otras señales
se difunda la realidad de lo que pasa
en el Venezuela, América Latina y el mundo.
Les molesta de manera especial, la difusión
de la verdad sobre el desastre humanitario
que afronta EE.UU. –primera potencia
del mundo capitalista– con más de
un millón 560.000 contagiados por la CO-
VID-19 y la aterradora cifra de más de
92.900 muertos ocasionados por la desatención
y el nefasto sistema de salud del Estado
neoliberal gringo.
Y que difundan, igualmente, los éxitos
extraordinarios del Gobierno bolivariano
de Venezuela, en donde los casos de contagio
por coronavirus apenas pasan de los
600 y la cifra de muertes es de diez personas,
a pesar del cerco económico estadounidense
y europeo que impide el ingreso
de medicinas y de insumos para el servicio
médico nacional.
Les molesta a los gringos y a sus lacayos
en Venezuela, Colombia y otros países
satélites que, simultáneamente, Telesur, RT,
VTV y otros medios den a conocer las su-
Gobierno de la República Bolivariana a las
intenciones imperialistas de agredir al hermano
país, como ocurrió con la recientemente
derrotada incursión mercenaria del
día 3 de mayo de 2020.
No saben cómo callar las denuncias sobre
la complicidad de los gobiernos de EE.UU.
y de Colombia con los mercenarios y terroristas,
52 de los cuales ya se encuentran detenidos
y confesando sus crímenes, y revelando
cada vez más pruebas de la participación
de su títere, Guaidó, en la conspiración
criminal con el cabecilla gringo de los
mercenarios, Goudreau, serviles particulares
de los intereses de Trump y de su banda
de halcones anacrónicos.
El imperialismo les ha declarado la guerra
a los pueblos de América Latina y del
mundo, y de esa guerra hace parte acallar
la voz de los medios alternativos y públicos
comprometidos en el continente y en el
mundo con la verdad.
Después de su estrepitosa derrota en las
costas venezolanas, a manos del pueblo y
de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana,
EE.UU. recrudece -con sus agentes internos-
la guerra económica, la especulación
con el dólar, el sabotaje terrorista a la
infraestructura eléctrica y de suministro de
agua potable, el bloqueo a los insumos para
el procesamiento de la gasolina y la persecución
a los buques iraníes que se desplazan
solidarios con el combustible para ayudar a
su hermano bolivariano a enfrentar la infamia
gringa.
Nada de esto se conoce en Colombia por
los medios masivos de comunicación de las
élites oligárquicas, cómplices también de la
agresión fraguada desde La Guajira de nuestro
país, con conocimiento del régimen uribista
de Iván Duque, contra el hermano
pueblo.
Así que no es de extrañar este nuevo episodio,
que aparece en plena pandemia, sin
conmiseración, en el marco de la seguidilla
de acciones de revancha y ataques para propiciar
una nueva agresión, porque es conocido
que bloquear las comunicaciones para
evitar las relaciones internas es uno de los
preámbulos de las invasiones.
Enlaces alternativos
Pero ante la nueva agresión, el pueblo latinoamericano
debe asumir la resistencia comunicacional.
Primero, rechazando por incumplimiento
legal, los contratos por parte
de DirecTV.
Luego, enlazándose a Telesur, VTV, Teves,
RT, etc., a través de YouTube en sus teléfonos
inteligentes y computadores personales,
enlaces que también se pueden extender
a los televisores familiares.
Y, de igual manera, conectándose por las
páginas web de estos medios directamente
y/o por las redes sociales.
Ante la censura y la mordaza imperialistas,
se impone la resistencia comunicacional
de los pueblos latinoamericanos.
A la guerra comunicacional desplegada
por EE.UU. y sus gobiernos, actores y medios
títeres, urge una ofensiva del campo alternativo
con imaginación, solidaridad, inteligencia
y mucha conciencia de soberanía y
libertad.
Cali, Colombia, martes 19 de mayo de
2020.