Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
La serpiente de bronce
He aquí otro caso que Cristo presentó ante Nicodemo -la
serpiente que fue levantada en el desierto- y declaró: "Así es
necesario que el Hijo del Hombre sea levantado". Juan 3:14. Y si
fuere levantado, atraería hacia El a todos los hombres, "para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". Vers.
15. Ahora, tan sólo miren a esa serpiente de bronce. Los hijos de
Israel no se habían percatado de que Dios los había estado cuidando
por medio de sus ángeles, enviados para ayudarlos y protegerlos. El
pueblo no había sido diezmado por las serpientes en sus largos
viajes por el desierto. Fue un pueblo ingrato.
También lo somos nosotros. No nos damos cuenta de los miles
de peligros de los cuales nos ha guardado nuestro Padre celestial. No
percibimos la gran bendición que El derrama sobre nosotros al
darnos alimento y ropa, y al preservar nuestras vidas enviando a los
ángeles guardianes para que nos cuiden. Cada día deberíamos
agradecer por esto. Nuestros corazones deberían vibrar de
agradecimiento, y deberíamos acudir a Dios todos los días con una
ofrenda de gratitud. Deberíamos reunirnos cada día en torno del
altar de familia y alabar al Señor por su cuidado sobre nosotros. Los
hijos de Israel habían perdido de vista que Dios los estaba
protegiendo de los animales ponzoñosos. Pero cuando El retiró su
mano protectora, el aguijón se abatió sobre ellos.
¿Entonces qué? Pues, Cristo mismo le dijo a Moisés que
erigiera un asta e hiciese una serpiente de bronce, la colocara en esa
71