viejo Cinco Saltos y sus familias - fjdehais.com.ar

septiembre de 1988 es colocada la piedra fundamental del edifico propio inaugurado
parcialmente el 14 de marzo de 1998.
Publicaciones.
Se ha encontrado el número uno del periódico "Cinco Saltos" iniciado el 14 de julio
de 1935, cuyos directores y administradores eran J. Arce y Justino Cuello siendo su
impresora la imprenta Cinco Saltos de Pedro L. Ockier. Las tarifas de suscripción
eran, por un mes $1.-, 3 meses $2,60, 6 meses $ 5,00 y un año $9,50. Se desconoce
hasta que año se publicó o si este fue el único número.
Hacia 1937 se conoce la existencia de otro periódico semanal "La Colonia", cuyo
director era Angel Carizza. No se han obtenido más informaciones sobre su
perdurabilidad.
La estación experimental durante 1932 inicia una publicación agrícola para asesorar a
los productores del valle conocida como Sugestiones Oportunas publicación que se
mantiene hasta 1950 aproximadamente.
Clubes y asociaciones.
En sus orígenes no había clubes y los deportes eran practicados en su mayoría por
aficionados. En los días festivos se realizaban carreras cuadreras, de sortijas y
taba que eran complementados con asado, empanadas y vino. A medida que transcurrieron
los años y con el afincamiento de más población, empezó a practicarse el tenis, Polo,
golf y fútbol.
En sus reminiscencias Macdonald nos informa de cómo se realizaban los primeros
partidos de fútbol expresando "En el otoño de 1922 un team de fútbol comenzó en C.
Saltos. Recuerdo que trabajaba en el nuevo banco de carpintero, reparando unas
colmenas, cuando arriba un sulky de donde descienden Ulises Lavin y Mariano Viecens.
Estaba el primero, a cargo de la irrigación del distrito de C. Saltos correspondiente
al gobierno y el segundo era maestro de escuela en ese tiempo." "Este más tarde asume
la venta de insecticidas, fertilizantes y otros rubros y muy sabiamente, renuncia de
maestro de escuela consagrándose al negocio y al cultivo de frutales. Después de los
saludos de practica me preguntaron si jugué alguna vez al fútbol. Me pareció más bien
una pregunta rara considerando el estado de civilización del distrito en ese tiempo y
lo consideré como un acto completamente académico y meramente una forma cortés de
iniciar una conversación mientras justificaban la razón real de su visita."
"Observé, sin embargo que el propósito real de esa visita era nada más ni menos que
reclutarme como un miembro del Club de Fútbol de Cinco Saltos. Ellos eran miembros y
no tenían definidos nada acerca de donde saldrían los restantes ocho para formar el
equipo. A decir verdad, era un proyecto antes de tener los once jugadores y conseguir
un campo para jugar algún día."
"Yo era aficionado y renuente a jugar con personas desconocidas contra un manojo de
otras personas igualmente desconocidas, en la cual aún tenían que seleccionar al
momento de jugar, como así también tener que limpiar de arbustos la posible cancha.
Agregando tener que actuar bajo la orden de un árbitro conocedor de las reglas o que
las aprendiera apresuradamente antes de que el juego empezara y se diera el primer
silbato si este se llegara a realizar."
" Aunque Lavin y Viecens estaban bien, les pregunte como eran los otros miembros.
Contestándome que los más o casi todos eran colonos que hicieron sus chacras y
estaban en edad de no jugar fuerte, aún cuando supieran el juego."
"Al partido casi todo el mundo llevó como atavío normal un cuchillo grande a la
cintura. Esto me hizo recordar actos deplorables cuando los sentimientos se exasperan
y los cuchillos participaban."
"La indumentaria con que se jugo estaba más allá de nuestra imaginación, a excepción
de Viecens y yo que poseíamos una camisa de fútbol y un par de pantalones cortos, los
restantes lo hicieron con su atavío de costumbre, sombrero de fieltro negro, pañuelo
al cuello de seda, camisa y una holgada bombacha, alpargatas, un cinturón grueso de
cuero con su cuchillo. No se había fijado como regla hacer entrega de los cuchillos
al árbitro."
"No supuse que los juegos de fútbol serían tan entretenidos que, a pesar de no poder
mover mi peso usé la destreza y experiencia para reemplazar la energía. Me volví
miembro del Club."
"Para la cancha se saco el matorral en donde actualmente se encuentra la Iglesia y la
estación de servicio. Se donaron álamos y se marco la cancha con un pico. Ahora
faltaba obtener los once jugadores y un cuadro que juegue en contra. Se comenzó a
anunciar un partido para el domingo siguiente debiendo prepararla el domingo por la
mañana día que no se trabajaba, aunque algunos chacareros se tomaban la tarde
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