El quebrantamiento del hombre exterior y la liberacion del espiritu - Watchman Nee
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
hombre exterior. Un hermano puede ser muy fuerte y sobresaliente en cierto
aspecto, lo cual llamará nuestra atención tan pronto como nos relacionemos con
él. Inmediatamente percibiremos sus características y nos daremos cuenta de
que éstas brotan de su hombre exterior inquebrantado. Al tocar su espíritu
conocemos su condición y percibimos lo que él trata de mostrar y también lo
que trata de esconder. Concluyendo, se puede conocer a una persona
conociendo su espíritu.
COMO CONOCER AL HOMBRE:
EN CUANTO A NOSOTROS MISMOS
¿Qué debemos hacer para conocer la condición del espíritu del hombre?
Debemos prestar especial atención a la disciplina del Espíritu Santo como
lecciones que provienen de Dios. Cuando el Espíritu Santo nos disciplina, lo que
busca es quebrantarnos; cuanto más nos disciplina, más nos quebranta. Toda
área de nuestra vida que el Espíritu toque, será quebrantada. Esta disciplina y
quebrantamiento no sucede de una vez por todas, pues hay muchas áreas de
nuestra vida que requieren disciplina y quebrantamiento progresivo, para que
lleguemos a ser útiles al Señor. Cuando hablamos de tocar a un hermano con
nuestro espíritu, no nos referimos a que debamos tocar todos los aspectos
espirituales de cada hermano. Lo que queremos decir es que el Espíritu Santo
nos ha disciplinado en cierto aspecto, y por ende, podemos tocar ese aspecto de
un hermano. Si el Señor no nos ha quebrantado ni ha tocado nuestro espíritu en
cierta área, no podremos ayudar a nadie que tenga una necesidad específica en
dicha área. En otras palabras, la disciplina que recibimos del Espíritu Santo es
proporcional a nuestra percepción espiritual. Cuanto más quebrantamiento
recibamos, más se liberará nuestro espíritu. Este es un hecho espiritual que
nunca puede ser falsificado; o se tiene o no se tiene. Esta es la razón por la cual
debemos aceptar la disciplina y el quebrantamiento del Espíritu Santo. El que
tenga mucha experiencia, podrá brindar mucha ayuda. Sólo los que han recibido
mucho quebrantamiento tienen mucha sensibilidad, y aquellos que han sufrido
mucha pérdida, tienen mucho que dar. Si tratamos de salvarnos en cierto
asunto, perderemos nuestra utilidad espiritual en ello. Y si nos tratamos de
proteger o excusar en algún aspecto, perderemos nuestra sensibilidad y nuestra
provisión espiritual en ese aspecto. Este es un principio básico.
Sólo quienes han aprendido estas lecciones pueden participar en el servicio del
Señor. Un hermano puede aprender en un año lo que se llevaría diez años, o
puede extender la lección de un año a veinte o treinta. Cuando alguien demora
su aprendizaje, retrasa su servicio. Si Dios nos ha dado un corazón para servirle,
debemos estar decididos acerca de nuestro camino. El camino de nuestro
servicio es el camino del quebrantamiento; es un camino que se adquiere por
medio de mucha disciplina del Espíritu Santo. Los que nunca han