El quebrantamiento del hombre exterior y la liberacion del espiritu - Watchman Nee
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personas perdidas uno es compelido a hacer algo por salvarlas, esto indica que
su espíritu es liberado. Este es un asunto básico. La predicación del evangelio
está íntimamente relacionada con el quebrantamiento del hombre exterior. Sólo
si nuestro hombre exterior ha sido quebrantado, podemos liberar el espíritu y
tocar a otros; es nuestro espíritu el que toca el espíritu de los demás. Es el
Espíritu de Dios el que penetra la oscuridad del hombre. Cuando esto sucede, no
hay poder que pueda impedir que el hombre sea salvo. Pero cuando el hombre
exterior limita al espíritu, Dios no tiene manera de fluir por medio de nosotros,
y el evangelio no puede ser liberado. Esta es la razón por la cual damos énfasis al
quebrantamiento del hombre exterior, pues en éste radican todos nuestros
problemas. Si no hemos experimentado el quebrantamiento, será inútil que
memoricemos muchas doctrinas. Lo único que traerá salvación a los hombres es
que nuestro espíritu toque el de ellos. Cuando esto sucede, caen postrados ante
el Señor.
Estos días Dios ha venido recobrando muchas cosas. Dios no desea ver a una
persona salva esperar muchos años antes de confesar sus pecados, ni que pasen
muchos años antes de que los creyentes se consagren al Señor o respondan a Su
llamado para seguirle. La manera en que el Señor obra es recobrar al hombre. El
evangelio también debe ser recobrado, al igual que el fruto de este evangelio.
Tan pronto como un hombre es salvo, debe ser librado del pecado y consagrarse
por completo al Señor. Además, debe romper el poder que las riquezas tengan
sobre él. Su historia debería ser semejante a la de las personas que el Señor
salvó, y que se mencionan en los evangelios y en Hechos. Si el evangelio es
recobrado, todo aquel que lo anuncie deberá llegar a ser un canal por el cual el
Señor fluya.
Estamos seguros de que a medida que el Señor avance en Su recobro, el
evangelio de la gracia llegará a ser uno con el evangelio del reino. En los
evangelios no encontramos una línea divisoria entre el evangelio de la gracia y el
evangelio del reino. Sin embargo, posteriormente surgió la tendencia a hacer
hincapié en el evangelio de la gracia y olvidar el evangelio del reino. Era como si
se hubieran separado estos dos. Pero vendrá el día cuando la unidad de los dos
evangelios será restaurada. Aquellos que el Señor ha recobrado, también deben
dejar todo por El y consagrarse a El plenamente. Así, los hombres no se salvarán
de una manera pobre sino de una manera sólida y absoluta.
Tenemos que humillarnos delante del Señor y decir: “El evangelio debe ser
recobrado, y de la misma manera, los que predican el evangelio deben ser
restaurados”. Debemos permitir que Dios obre por medio de nosotros para que
el evangelio llegue a los hombres. Para predicar este evangelio se requiere un
poder muy grande, aunque también se requiere un precio muy alto. Si
anhelamos que tanto el evangelio como los que lo predican sean recobrados,