El quebrantamiento del hombre exterior y la liberacion del espiritu - Watchman Nee
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Tenemos el problema de que muchas veces no podemos comunicar las palabras
del Señor que están en nosotros. Hay hermanos que tienen la Palabra, una carga
genuina en su espíritu y el deseo de comunicarla a los demás, pero al subir a la
plataforma, no son capaces de compartir dicha carga. Aun después de una hora
de disertación, la carga continúa ahí, y el hombre exterior es incapaz de expresar
la carga que tiene en su interior. Aunque procuran aliviar la carga comunicando
el mensaje que tienen, el hombre exterior no encuentra las palabras adecuadas.
Aunque hablen por un buen rato, su carga permanece inmutable. Por fin tienen
que marcharse con la misma carga con que llegaron. La única explicación de
esto es que su hombre exterior no ha sido quebrantado. Por lo tanto, no puede
cooperar con su hombre interior; por el contrario, es un obstáculo para él.
Cuando nuestro hombre exterior ha sido quebrantado, las palabras no
constituyen un problema, pues siempre que tenemos una carga en nuestro
interior, el hombre exterior encuentra las palabras adecuadas para expresarla.
Cuando enunciamos las palabras, la carga interior es aliviada. Cuanto más
hablamos más ligeros nos sentimos. Entenderemos que nuestra función es
servir la Palabra de Dios a la iglesia. Por lo tanto, las palabras deben expresar
exactamente los pensamientos y la carga interior. Si nuestro hombre exterior no
ha sido quebrantado, no cederá el paso al espíritu ni detectará sus indicaciones.
Cuando el hombre exterior trate de sondear el sentir del hombre interior, no
percibirá nada ni hallará las palabras exactas, Dios no podrá brotar y la iglesia
no recibirá ninguna ayuda.
No olvidemos que el hombre exterior constituye el mayor obstáculo para el
ministerio de la Palabra. Muchos piensan que la perspicacia es útil, pero están
completamente equivocados. No importa cuán perspicaz sea una persona, su
hombre exterior nunca podrá reemplazar a su espíritu. Sólo si el hombre
exterior ha sido quebrantado y subyugado, podrá el hombre interior encontrar
los pensamientos y las palabras apropiadas para aliviar su carga. La corteza que
rodea al hombre interior debe ser quebrantada, pues cuanto más sea
quebrantada más vida brotará del espíritu. Pero si la corteza permanece intacta,
la carga permanecerá dentro, y ni la vida de Dios ni Su poder podrán fluir hacia
la iglesia. En esta condición la persona no es apta para servir como ministro de
la Palabra. El principal canal para que la vida y el poder de Dios broten, es el
ministerio de la Palabra. Si el hombre exterior no es golpeado y no tiene heridas
abiertas, el hombre interior no encontrará salida. Y aquellos que vengan a
recibir ayuda por medio de su mensaje, escucharán las palabras, pero no
tocarán la vida. El que ministra puede estar ansioso por compartir su carga,
pero los que escuchan no recibirán nada; él podrá tener un mensaje en su
interior, pero no podrá expresarlo porque su hombre exterior estará bloqueando
el camino.