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Edicion 16 de Enero de 2021

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4 Sábado 16 de enero de 2021 Nacionales

Diario Co Latino

A 29 años de los Acuerdos de Paz

Gloria Silvia Orellana

@GloriaCoLatino

La justicia: deuda pendiente

La avalancha de testimonios

bajo el hashtag #ProhibidoOlvidarSV,

irrumpieron

en la red social del “pájaro azul”,

en los últimos días, en un espacio

de 280 caracteres, miles de personas

describieron y recordaron

mado

de los años ochenta.

Fotografías, portadas de periódicos

o carteles de los años

ochenta lograron lo que pocos

pueden “revitalizar la historia salvadoreña”.

Este alud de “microblogs”

se desencadenó, luego de

las declaraciones del presidente

los Acuerdos de Paz, que puso

el país.

“La guerra fue una farsa, mataron

a más de 75,000 personas

entre los dos bandos. Sí, mancillo

los Acuerdos de Paz porque

fueron una farsa, la guerra fue

una farsa”, declaró el presidente

Bukele en diciembre 2020.

La población acostumbrada a

las declaraciones incitadoras del

mandatario, no pueden obviar la

circunstancia y el escenario, que

to

armado. El caserío El Mozote,

lugar simbólico por el grupo de

masacres ejecutadas por la Fuerza

Armada en diciembre de 1981,

que lleva un proceso penal contra

militares del alto rango en calidad

de retiro.

Ha sido reconocido judicialmente

como un “Crimen de Lesa

Humanidad”, que dejó a más de

mil víctimas entre niños, niñas,

mujeres y adultos mayores que

pertenecían a la población civil.

mado,

en una noche de febrero

de 1982, en los campamentos de

refugiados en Honduras. Mi familia,

como muchos pobladores tuvieron

que huir. Era toda la comunidad

Santa Marta, de Cabañas.

Y de mi infancia recuerdo todos los

episodios fuertes como las desapariciones

y muertes, pero también la

otra cara de vivir en comunidad, la

vida solidaria con las personas. Viví

allí, hasta mis 7 años de edad”, recordó

Vilma L, actual periodista de

un medio de comunicación digital.

Al hurgar algunos recuerdos, Vilma

señaló las “cicatrices emocionales”

que aún permanecen en su interior,

“Para una niña que los únicos

recuerdos de infancia que guarda

sean esos episodios de angustia,

de llanto, de salir corriendo de tu escuela,

cuando se enfrentaban militares

y la guerrilla, de tener que esconderte

a veces, en los tatus que tus

sociales. Foto Diario Co Latino/Fernando Velásquez

Los Acuerdos de Paz celebrados hace 29 años son recordados este 16 de enero de 1992, en el Memorial a las Víctimas en el

Parque Cuscatlán. Foto Diario Co Latino/Cortesía

padres construyeron para protegerte

de las balas, esto me tocó vivir en

carne propia”.

En su testimonio, reprocha las

declaraciones del presidente Bukele,

que en su opinión, lindan en la

“ignorancia” o una estrategia para

dividir más a un pueblo, que ha caminado

en la dinámica de la polarización

social, económica, cultural y

política.

“Es un capítulo muy fuerte y me

duele, - no se- si el presidente Bukele

lo hace por ignorancia o es parte

de su campaña para olvidar la Memoria

Histórica, creyendo, que todo

lo que está construyendo a partir de

su gobierno será lo que valdrá solamente.

Y ese poder que le está dando

a los militares, es muy peligroso.

Él de verdad asusta, porque siendo

un presidente joven, -que dice que

no vivió la guerra- aunque ya había

nacido, y pese a que es mayor a

mí, me cuesta creer que desconozca.

Creo, que es parte de su campaña de

Borrón y Cuenta Nueva, en donde

solo importa lo que ocurra a partir

de su gobierno”, opinó.

Vilma considera que haber vivido

en “carne propia la guerra”, le

da una aproximación, para hablar de

los horrores que genera la confrontación

y mucho más, de un mismo

pueblo que la mayoría aún vive en

pobreza.

“El negar que la guerra nunca

existió, que los Acuerdos de Paz son

una farsa, lo que está provocando el

presidente Bukele es devolvernos a

ese escenario y es obvio su predilección

por los militares. A veces, ni

quiero leer las redes sociales porque

expulsan demasiado odio, debemos

recordar como inicio la guerra, su

contexto que era la confrontación.

Recuerdo, que a cualquier hora del

día teníamos que escondernos en

los tatus y no importaba si estaba

lloviendo, allí aprendí a tener miedo

de los insectos y sapos, porque a veces,

estaban llenos con esos animales

y ese pánico que se subieran en

tu cuerpo y sin poder hacer nada, es

un trauma, que hasta estas alturas de

mi vida cargo”, reseñó.

Acuerdos de Paz la gran

apuesta a la democratización:

Eduardo García, Probúsqueda.

“Me llama la atención que cuando

quiere deslegitimar la guerra

(presidente Nayib Bukele), dijo la

frase y precisamente en El Mozote,

“era un niño, no conocí la guerra”,

entonces, como que no tenía ningún

interés (...) y me digo, si muchos

no habíamos existíamos cuando nació

Jesucristo y, sin embargo, procesamos

religión o muchos no había-

pendencia

y sin embargo, la estudiamos”,

argumenta de lleno, Eduardo

García, presidente de la Asociación

Pro Búsqueda de Niños y Niñas

Desaparecidos durante en el Con-

García trae a la memoria el 4

de abril de 1990, cuando el secretario

de la ONU, Javier Pérez

Cuéllar, junto a las comisiones de

gobierno de ese entonces y del

FMLN se reunieron en Ginebra,

Suiza, para establecer los “primeros

grandes objetivos”, en una

los Acuerdos de Paz.

“Si los Acuerdos de Paz fueron

una farsa, la independencia

de este país, que todavía seguimos

dependiendo de economías internacionales,

pues también, podría

ser una farsa -a lo mejor- cuando

internamente no tenemos independencia

de poderes de Estado.

¿Dónde está el problema de esto?

Es que nos quedamos en la conmemoración,

en el callar de las armas

y hablamos de los Acuerdos

la guerra pero no, era el inicio de

la construcción de un Estado de

Derecho”, explicó.

Sobre el primer objetivo, García

señaló que si bien fue termi-

la vía política en el menor tiempo

posible, los presidentes y las élites

económicas y políticas, obviaron

las tres restantes muy importantes

para construir una democracia,

un aspecto del que había carecido

el país.

“El segundo gran objetivo era

impulsar la democratización del

país y ahí vinieron las grandes reformas

constitucionales para darle

vida a un Tribunal Supremo

Electoral, porque lo que se tenía

era capaz de sancionar el fraude

electoral y ejercer vigilancia.

Y como no había independencia

de poderes, la Fuerza Armada

tenía un grado beligerante decisivo,

porque debía estar supeditada

al poder civil. Se hicieron reformas

constitucionales para que

la policía no pudiera detener en la

noche y desaparecer a la gente. Se

hizo efectivo el Habeas Corpus, y

se promovió la sanción para erradicar

toda posibilidad de desaparecer

gente de manera forzada o

torturarla”, indicó.

Pasa a la pág. 5

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