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Psicología
Mutación
tecnocultural
en pandemia
"
La tecnología, (...) nos permite estar allí sin el cuerpo, es
cierto. Pero estar allí sin el cuerpo, no es estar allí, no es
la verdad verdadera. Sin duda le van a decir: se puede dar la
voz, la imagen, mañana se ofrecerá el olor, ¡y hasta quizás se
aporte el clon! Pero aún así habrá en el próximo milenio una
parte no simbolizada del goce y ello requiere la presencia del
analista" Miller, Los usos del lapso.
Franco Berardi en su libro Fenomenología del fin, define a la
sensibilidad como la facultad que hace posible la interpretación
de los signos que no pueden definirse con precisión en términos
verbales. El autor se pregunta si ¿los humanos estamos perdiendo
esta habilidad a medida que la comunicación pasa cada vez más
por la conexión con máquinas y cada vez menos por la conjunción
de cuerpos? Se aventura a dar una respuesta afirmativa a
su pregunta. Da el nombre -a esta transición- de mutación
tecnocultural. Nos dice que esta mutación responde a:
1 - El paso del orden mecánico al digital
2 - Subjetivaciones culturales diferentes en un mundo globalizado
Dicha mutación tecnocultural está sucediendo en nuestro tiempo
como consecuencia de la proliferación de dispositivos digitales en
el universo corporal de la comunicación, dando como resultado
una transformación en la relación entre los seres hablantes y a un
creciente intercambio desensibilizado de signos. Nos testimonia
que la sensibilidad es la facultad que decodifica la intensidad,
que por definición, significa escapar a la dimensión extensiva del
lenguaje verbal. La sensibilidad es la habilidad de comprender
lo tácito. Afirma el autor que el entorno técnico cambia a un
ritmo más acelerado que la cultura. Como consecuencia de este
fenómeno, la aceleración está empobreciendo la experiencia.
Los síntomas de esta transformación tecnológica son el estrés
constante de la atención, la reducción del tiempo disponible
para los afectos, la soledad, la angustia, el pánico y la depresión.
Berardi traza un vínculo estrecho entre psicopatología y economía.
El 2020 nos ha traído la pandemia por COVID 19. Nos vimos
sorpresivamente convocados al aislamiento, al seguimiento de un
protocolo que nos pone a distancia de los otros cuerpos. Contagio
y muerte dos significantes que han calado hondo desde entonces.
¿Qué lugar nos ha dejado a nosotros para el intercambio social
sino aquel mediatizado por la tecnología? ¿Cómo impacta este
acontecimiento en nuestras relaciones afectivas, laborales y de
esparcimiento? Lo cierto es que si enunciamos lo que Berardi
nos aporta, no podríamos más que pensar que esta pandemia
ha acrecentado la incidencia tecnológica en nuestras vidas con la
consecuente disolución de los lazos sensibles entre los cuerpos.
¿Qué efectos observamos en la clínica? Una pequeña pero
no menos contundente descripción de un adolescente de sus
vivencias en pandemia: ¨(..) la cuarentena me apagó (...)¨
Pues entonces los medios tecnológicos podrán ¨encenderse¨ y
proliferar en cantidad y calidad pero no garantizarán la inefable
experiencia del cuerpo del analizante ante al cuerpo del analista,
como tampoco la de un encuentro personal vivificante no
mediatizado por la tecnología.
Lic. Karina Benuzzi - Psicóloga
14 Las Hojas Abril 2021