INESA-REVISTA
º2 EDICÓN
º2 EDICÓN
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de “El Arco” hasta la plaza de
dicha iglesia a través de canales
a ras de suelo. Lo cierto es que,
hasta que no se realicen estudios
arqueológicos y arquitectónicos
no podemos responder a esta
interrogante. Lo que sí es claro,
es que el sistema hidráulico era
mucho más complejo de lo que
se cree, pues la existencia de
una pila abastecedora de agua,
hoy abandonada, cercana a la
casa cural permite inferir que un
ramal de los canales continuaba
hasta transportar el agua a una
distancia muy cercana de la casahabitación
de los sacerdotes. Se
trata pues al parecer de una pila
privada para la élite clerical que
habitaba San Bartolomé.
Por otra parte, y sin entrar en
detalles, hay que señalar que el
agua del manantial de La Pimienta
era transportada en canales de
barrio, a ras de suelo hasta la
plazuela del señor del Pozo, en
cuyo costado se hallaba, según
diversos testimonios orales,
una hermosa pila adornado con
un flamante león. La evidencia
histórica más temprana sobre
la existencia del Arco data de
1792, cuando se aprueba su
reconstrucción, no obstante,
algunos investigadores sugieren
que su origen se remonta,
inclusive hasta finales del siglo
XVI.
Un monumento
de interés arqueológico
En marzo de 2018, con la
arqueóloga Carmen Júarez,
experta en sistemas hidráulicos
coloniales, recorrimos la ciudad
de Carranza. Con la ayuda
y los conocimientos de los
habitantes locales, pudimos, a
grandes rasgos, reconstruir
geográficamente la trayectoria del
antiguo sistema hidráulico, el cual
lamentablemente se encuentra,
en la mayor parte de su extensión,
enterrado por la creciente mancha
urbana. De hecho, con excepción
del tramo de los Arcos del centro,
los canales prácticamente han
sido destruidos.
Desde mediados del siglo pasado
y debido a la introducción del
agua potable en los hogares,
la función dispensadora del
sistema hidráulico colonial fue
gradualmente cayendo en desuso.
A principios del siglo XXI y debido
a una inundación y al descuido de
las autoridades municipales, el
hermoso acueducto que se hallaba
en el barranco del actual barrio La
Toma, se desplomó perdiéndose
para siempre este bello ejemplo
de arquitectura de agua. Hay que
señalar que, por aquellos años, y
con la asesoría del INAH, se llevó
a cabo trabajos de remodelación
de los Arcos del centro.
Más recientemente, a principios
de 2021 el entusiasta maestro
Félix Madain Coutiño Trujillo
y su amable equipo, quienes
colaboran en el Instituto Estatal
del Agua, se han interesado en
los restos arqueológicos del
acueducto. Hemos realizado dos
gratificantes recorridos en que
hemos charlado extensamente
sobre la importancia del agua en
la cosmovisión de los indígenas
actuales de Carranza. No es
casual que, en la caja de agua
del manantial de El Pozo exista
empotradas cruces verdes a las
cuales se les efectúa complejos
rituales para pedir las lluvias.
Testigo del pasado próspero
y colonial de la antigua San
Bartolomé de Los Llanos, El Arco
se erige, hoy en día, imponente
para su deleite y contemplación.
Sin duda, esperamos con ansias
que, en un futuro, estudios de corte
arqueológico y arquitectónico nos
brinden más datos sobre su origen
y características constructivas.
Quizás en un tiempo no muy
lejano, se hagan hallazgos
insospechados en torno a esta
excepcional obra de la arquitectura
hidráulica chiapaneca.
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