Versión pdf DM 316 - Misioneros de La Consolata

joNaTHaN eNRIQue aCuña Paula
Especial Universitarios en Misión Universitarios en Misión Especial
20 años,
estudiante
de psicología
en la Universidad
de
Ibagué. Es
el delegado
joven de la
arquidiócesis,
animador
juvenil salesiano y consejero municipal de juventud
de Ibagué.
“Después de 5 años de querer vivir una experiencia
misionera en el Chocó, hoy ya es una realidad
vivida y un compromiso adquirido. Vivir en
comunidad con universitarios de distintos departamentos,
universidades y carreras me animó
a seguir caminando como discípulo misionero del
Maestro que nació en medio de las gentes para
enseñarnos que también la Iglesia debe actuar en
medio de ellas y ser fuerza con la sociedad civil
que busca el bien de los pueblos. Gracias Yuto,
gracias Chocó porque alegraste mi navidad con
chirimías y sonrisas.”
CeIDy loReN goNZaleS IbaRRa
18 años,
estudiante de
diseño gráfico
en la Universidad
del Valle.
Coordina un
grupo de teatro
y de infancia
misionera
en la parroquia Santa Rita de Casia.
“Me contagié de la alegría de los habitantes
de Yuto, de su cultura, de sus historias y de sus
orígenes, me maravilló el pueblo. La navidad en
Yuto sembró una semilla en mí y me mostró que
Jesús es una Palabra en acción. Un Dios que vive
a través de las personas y que te da signos de
aliento a través de ellas.
eRIK goNZaleZ
23 años, Bogotano.Seminarista
de los
Misioneros de
la Consolata.
“En diciembre
el mundo
entero se viste
de gala, luces
y colores por
doquier, fiestas y parrandas con el motivo de navidad.
En Cali es la feria y todos nos preparamos,
pintamos las calles compramos regalos y las me-
a la que nos habían inducido
y que nos condujo al redescubrimiento
de un territorio
con una fertilidad y fuerza,
digno de los espíritus de las
personas que la habitan. Es
imposible visitar el Chocó y
no sentirse tocado en el corazón
por esas grandes sonrisas,
por esas miradas de
ojos bien abiertos y expresivos
y por ese acento cantado
y golpeado que endulza
el oído y capta instantáneamente
la atención. Fue muy
fácil encontrarse con personas
honestas, trabajadoras,
apasionadas por su tierra, su
cultura, su familia y su raza.
Fue imposible visitar las casas
de los yuteños y no recibir
rebosados vasos de dulce
jugo de borojó, y hacer oídos
sordos a las fantásticas historias
del antaño de los pueblos de la
región, de familias inmensamente
numerosas viviendo bajo un mismo
techo, de la pasión y solemnidad
desbordantes con las que alguna
vez han tenido que despedir a sus
muertos, de la fiesta de bombos y
chirimías con la que cargan en procesión
por el río Atrato a San Antonio
de Padua todos los junios, del
palpitar de la tierra cada vez que el
bunde se arma y a son de tambores
decenas de personas danzan por las
calles, cantando y saltando tan juntos
y tan sincronizados que el suelo
bajo ellos tiembla y le avisa al resto
que deben salir de sus casas porque
es la hora de la fiesta.
Yuto
Yuto es un pequeño poblado de
no más de 9000 habitantes, con
una temperatura promedio de
25°C, una alta presencia de lluvias
y se encuentra a orillas del río
Atrato. Está ubicado
a 45 minutos en buseta
intermunicipal
de Quibdó sobre la
carretera que va de la
capital del departamento
a municipios
más grandes como
Itsmina, es ciertamente
considerado
un pueblo de paso.
Su oferta comercial
se limita a cinco discotecas,
tiendas, dos
papelerías, residencias sobre la vía
y señoras vendiendo cocadas, frutas
y dulces de ñame a la entrada
del pueblo, aguardando los buses
que pasan. Tiene una cancha de
micro futbol donde todos los diciembres
se juegan los muy concurridos
partidos inter barrios, hay
presencia de la base de la Policía
Nacional a 3 minutos y del Ejército,
quien está instalado a 15 minutos,
hay una institución educativa
para el bachillerato y otra para la
primaria además de un gran hogar
infantil del ICBF y una biblioteca
contigua a ésta, administrada por
la Iglesia. Tiene una inmensa población
universitaria que reside en
Quibdó y estudia principalmente
en la Universidad Tecnológica
del Chocó. Hay un puesto de
salud y existen oficinas de la
registraduría, el concejo y la
personería. Existen balnearios
recreativos cerca al pueblo,
siguiendo por la carretera
a Lloró y su alimentación está
regida por el pollo y el pescado,
se cultiva y prepara el plátano
en todas sus manifestaciones
y se acompañan sopas
y granos con el infaltable queso.
Está lleno de unas personas
verdaderamente amables
que se han adaptado al clima
y han moldeado sus costumbres
y gastronomías acorde a
las posibilidades económicas.
jores pintas para celebrar “pero todos estas cosas
son cosas pasajeras”, esta frase proveniente
de una canción la entendí en la misión en Yuto,
un pueblo empobrecido por la corrupción de sus
gobernantes y explotado por la industria de la minería.
Su gente me enseño que lo importante no
es adornar lo externo sino más bien preparar el
corazón para ser marcado por el redentor, entonces
ahí si hay navidad.”
moNICa VaRgaS RoDRIgueZ
31 años,
comunicadora
social de
la UPB Bucaramanga
y
acompañante
de jóvenes en
la pastoral juvenil.
“Emprender
esta travesía apostólica fue duro. Me costó desprenderme
de varios sentimientos, pero especialmente
el saber que no iba a pasar una navidad
con mi Familia, pero poco a poco durante las 18
horas de viaje me fui adentrando en las nuevas
vidas que tenía a mi lado, mis compañeros misioneros.
Al llegar al pueblo de Yuto la alegría de
un Párroco en espera de nuestra llegada logró
asentar más mi confianza hacia la Misión.
Construir el pesebre interior de nuestra vida no
es tan fácil, pero bajo la sabiduría y experiencia
del Padre Alonso esto ha podido ser real. Cada
acontecimiento de la naturaleza que me rodea,
como de las personas con quien compartía, son
regalos que he tomado para construir mi pesebre
interior. La Experiencia misionera en Yuto me ha
mostrado que para llegar a ser un Discípulo Misionero
de Jesucristo es necesario morir a nosotros
mismos. Las palabras quedan pequeñas para
agradecer a cada una de las personas que estuvieron
detrás de toda la organización de esta Misión
y las cuales no conocimos. Dios los Bendiga.”
yeCID fRaNCISCo blaNCo DuaRTe
18 años,
estudiante
de ingeniería
electrónica
UTS. Es catequista
y
animador del
oratorio salesiano
de su
parroquia en Bucaramanga.
“¡Vámonos para la misión! Esas son precisamente
las palabras que esperaba escuchar hace
mucho tiempo, porque sentía ese llamado que
hacía el Señor en mi corazón. La invitación proveniente
del Padre Alonso era ir a la misión para
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