Versión pdf DM 316 - Misioneros de La Consolata

Dimensión Misionera de la Iglesia Dimensión Misionera de la Iglesia
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Ser promotores del diálogo, de
la justicia, de la paz y la reconciliación:
El segundo Sínodo de los
Obispos de Africa invitó a la iglesia
a ser servidora de la reconciliación,
de la justicia y de la paz. La experiencia
pastoral nos enseña que el
diáologo tiene como punto de partida
el reconocimiento del otro: sus
valores, la simbologia de su cultura,
de sus aspiraciones y de su riqueza
espiritual. Muchos de los conflictos
de la humanidad nacen por la intolerancia
religiosa, por no reconocer
el valor de la diversidad. Desde este
ángulo urge para nosotros, como misioneros en ambiente interreligioso,
educar a la inter-espiritualidad (esto es reconocer la riqueza
espiritual de cada religión, de cada pueblo y cultura), educar a la
universalidad de Dios (reconocer el valor salvífico de todas las religiones;
conscientes que Dios se vale de todos los medios para salvar
a la humanidad como dice la Evangeli Nuntiandi), convencidos
que todas las expresiones de fe tienen al mismo tiempo una vertiente
humana (la lucha por el bien de la humanidad) y una vertiente
divina (la salvación del hombre).
dimensión misionera | 28 | EnERo DE 2011
Vivir en actitud de discernimiento
comunitario: el discernimiento
comunitario es, en las palabras del
biblista Carlos Mestre, el tercer elementos
de la planificación pastoral
junto a la Palabra de Dios y al conocimiento
crítico de la realidad. Antes
de dedicarnos a definir las obras
a realizar, tenemos que escuchar a
Dios en su Palabra. A través de la
Palabra Dios nos habla, nos ilumina
e interpela. En segundo lugar tenemos
que conocer la realidad que nos
rodea, y esta debe ser conocida en
sentido crítico (como es la realidad,
porque ella es así) para desde ella
recibir los nuevos desafíos. Dados
estos pasos surge la pregunta y ¿qué
tenemos que hacer? Cuando llegamos a esta pregunta, es cuando el discernimiento
comunitario se hace necesario para que el servicio pastoral sea
fruto de un trabajo en equipo y que responda a las necesidades pastorales
que la realidad nos ofrece. Nuestra pastoral no puede contentarse con ser la
pastoral normal, de sacramentos; ella debe ser respuesta a la realidad interespiritual,
inter-religiosa y ecuménica del ambiente donde nos encontramos;
debe ser una pastoral abierta al no católico y al no cristiano.
{
Hagamos entonces de nuestras parroquias,
centros universales e inter-espirituales.
Centros en los que el otro, el
diferente, encuentre una familia y en los
que todos juntos crezcamos inter-espiritualmente
para alabar, al unísono, al Dios
de la vida y de la humanidad. dm
La concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, provocado
por el hombre, ha alcanzado ya niveles tan altos que el sistema climático se ha
desequilibrado. La concentración de CO2 y la temperatura del mundo han au-
mentado aceleradamente en los últimos 50 años y subirán aun más rápido en
las próximas décadas. Esto se suma a multitud de desequilibrios ecológicos,
cuyo impacto pone en peligro las vidas y medios de subsistencia de los pue-
blos del mundo, y en particular de las personas más pobres y desfavorecidas.
Ellos son los más vulnerables.
Cambio
climático