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Versión pdf DM 316 - Misioneros de La Consolata

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Especial Universitarios en Misión Universitarios en Misión Especial<br />

enten<strong>de</strong>r como el discipulado es una herramienta<br />

para conocer a Dios en todo su sentido,<br />

así <strong>de</strong> esta manera se <strong>de</strong>spierta el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong><br />

hacer hasta lo imposible para llegar a compartir<br />

con el pueblo <strong>de</strong> Yuto, en el que viví sentimientos<br />

encontrados: angustia, miedo, nostalgia <strong>de</strong><br />

no pasar con mi familia la época <strong>de</strong> la navidad.<br />

También sentí la motivación y el apoyo <strong>de</strong> muchas<br />

personas, en especial <strong>de</strong> mi familia, que<br />

hizo que se <strong>de</strong>spertara una gran alegría y <strong>de</strong>seos<br />

<strong>de</strong> imitar a Jesucristo y compartir con la<br />

gente, evangelizando tal vez con mi ejemplo y<br />

amor.<br />

Doy gracias a Dios por haberme llevado a<br />

Yuto, por mostrarme la razón por la que Jesús<br />

se hizo hombre y dio la vida por nosotros. A<br />

orillas <strong>de</strong>l río Atrato me habló <strong>de</strong> innumerables<br />

maneras, y también me hizo <strong>de</strong>spertar el verda<strong>de</strong>ro<br />

sentido que trae la navidad, porque más<br />

me transmitió la gente a mí, que yo a ellos.<br />

Por eso tengo el gusto y la dicha <strong>de</strong> llegar a<br />

mi ciudad y <strong>de</strong>cirle a muchas personas: en la<br />

población <strong>de</strong> Yuto, Jesús entró y nació en mi<br />

corazón.”<br />

DaRCIo efRaÍN fueNTeS flóReZ<br />

23 años,<br />

estudiante <strong>de</strong><br />

psicología <strong>de</strong><br />

la Universidad<br />

Autónoma <strong>de</strong><br />

Bucaramanga.<br />

“Para un<br />

santan<strong>de</strong>reano<br />

<strong>de</strong> nacimiento,<br />

pero<br />

con crianza y herencia totalmente costeña, se<br />

convertía en un anhelo <strong>de</strong>l alma lograr un acercamiento<br />

a la cultura afrocolombiana. Me inscribí<br />

al programa al leer una versión digital <strong>de</strong><br />

la Revista Dimensión Misionera y <strong>de</strong> inmediato<br />

me puse en contacto. Mi alegría fue estremecedora<br />

al saber que íbamos para el Chocó. <strong>La</strong><br />

misión resultó ser todo lo que soñaba, <strong>de</strong>seaba<br />

y anhelaba, el pueblo camina sobre una alegría<br />

<strong>de</strong>sbordante, una pasión, un tumbao, un sabor<br />

in<strong>de</strong>scriptible. <strong>La</strong> fuerza <strong>de</strong> sus ritmos, la brillantez<br />

<strong>de</strong> los colores <strong>de</strong> sus casas y vestidos, la<br />

audacia <strong>de</strong> sus niños y la nobleza <strong>de</strong> sus intenciones<br />

hicieron que pudiera crear un pequeño<br />

portal en mi corazón, don<strong>de</strong> espero que Jesús<br />

se amañe a vivir como un discípulo misionero”.<br />

jeSSICa aNDRea yÁñeZ WIlCHeS<br />

23 años. Psicóloga UPB Bucaramanga. Coordinadora<br />

<strong>de</strong> un grupo juvenil (JUAN) <strong>de</strong> la parroquia<br />

Cristo Resucitado <strong>de</strong> Bucaramanga.<br />

“Deseo fue lo que puse para esta misión en<br />

el pueblo chocoano cuando oí la invitación, lo<br />

<strong>de</strong>más fue gracia divina ya que muchos obs-<br />

<strong>La</strong> misión: ¡construir un<br />

pesebre en el corazón!<br />

Ir a la misión implica llevar<br />

consigo a Jesús que es el buen<br />

mensaje que se comunica. En<br />

nuestro caso, fuimos a la misión<br />

a conocer el discipulado<br />

que nos pue<strong>de</strong> formar como<br />

misioneros <strong>de</strong>l Señor, siendo<br />

discípulos <strong>de</strong>l Maestro que<br />

vive en medio <strong>de</strong> las gentes.<br />

El propósito era ir a la misión<br />

y construir un pesebre<br />

en el interior <strong>de</strong>l misionero.<br />

El universitario en misión<br />

recibió una formación que le<br />

apuntaba a i<strong>de</strong>ntificar los elementos<br />

necesarios para que<br />

la persona, haciendo un pesebre<br />

en el corazón, le ofreciera<br />

a Jesús un lugar para nacer, en<br />

don<strong>de</strong> reconocerlo como Maestro<br />

para seguirlo por el camino<br />

<strong>de</strong> la vida y compartir su sueño,<br />

para asumir sus actitu<strong>de</strong>s y actuar<br />

con él entre los pueblos <strong>de</strong>l<br />

mundo. Por eso la misión <strong>de</strong> Yuto<br />

fue salir <strong>de</strong> las propias fronteras a<br />

buscar un discipulado en la misión<br />

para servirle a ella y volver a nuestras<br />

diócesis para compartir lo que<br />

hemos aprendido.<br />

¿Y qué queda <strong>de</strong> todo esto? Ante<br />

todo una experiencia <strong>de</strong> fe, una vivencia<br />

real, palpable, tangible y sincera<br />

<strong>de</strong> un Cristo que nace. Queda<br />

el haber construido un portal y un<br />

Belén <strong>de</strong> Ju<strong>de</strong>a, adornado con las<br />

realida<strong>de</strong>s presentes en cada una<br />

<strong>de</strong> nuestras vidas y el entorno que<br />

el territorio yuteño a orillas <strong>de</strong>l río<br />

Atrato, que como nosotros tiene un<br />

ritmo, nos iba brindando día a día.<br />

Un grupo <strong>de</strong> misioneros que en torno<br />

a la vida comunitaria, le dio sabor<br />

y sentido a su experiencia <strong>de</strong> fe,<br />

la compañía constante <strong>de</strong>l Espíritu<br />

<strong>de</strong> Dios y el discernir sobre la presencia<br />

<strong>de</strong> Jesús como camino, verdad<br />

y vida, suscitó en nosotros la<br />

aceptación <strong>de</strong> nuestras ‘aporreaduras’,<br />

<strong>de</strong> nuestros pesares, <strong>de</strong> nuestras<br />

frustraciones para finalmente<br />

renovar una entrega en la natividad<br />

<strong>de</strong> la esperanza, <strong>de</strong> la paz y <strong>de</strong>l infinito<br />

amor, ese que nos trajo al Chocó,<br />

que nos incendió el espíritu,<br />

que nos regocijó el alma y que nos<br />

envía como discípulos y misioneros<br />

<strong>de</strong> un Maestro que ahora ya hizo<br />

cuna en nuestros corazones.<br />

El encuentro con el<br />

obispo <strong>de</strong> la diócesis <strong>de</strong><br />

Quibdó<br />

Por Jonathan Acuña<br />

Participante “Universitarios en misión”<br />

Alto, <strong>de</strong>lgado y <strong>de</strong><br />

cara amable. Un<br />

hombre <strong>de</strong> Dios<br />

que vive en un barrio<br />

central <strong>de</strong> Quibdó, en<br />

una mo<strong>de</strong>sta casa. Lo conocimos<br />

en Yuto, cuando<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las confirmaciones,<br />

se sentó con nosotros<br />

en una reunión con<br />

varios jóvenes universitarios,<br />

<strong>de</strong> la pastoral juvenil<br />

<strong>de</strong> Quibdó (“sin ser invitado”,<br />

lo dijo él mismo riéndose).<br />

Nos sorprendió ver<br />

que conocía por el nombre<br />

a esos jóvenes e intervenía en la reunión como uno más y con sentido<br />

jovial. Nos volvió a sorpren<strong>de</strong>r cuando se sentó en la mesa con nosotros<br />

y con buena escucha y con buenas anécdotas nos ganó el corazón.<br />

Qué lindo ver un obispo <strong>de</strong> ese corte, tan amable, tan sereno y tan<br />

contento <strong>de</strong> estar en medio <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> jóvenes universitarios, que<br />

llegan a su diócesis misionera para buscar a Jesús Maestro <strong>de</strong> misioneros.<br />

En sus actitu<strong>de</strong>s con nosotros <strong>de</strong>scubrimos su complacencia <strong>de</strong> vernos<br />

buscando el discipulado para servirle a la Iglesia con generosidad<br />

y acierto. Nos gustó que nos haya invitado a almorzar en su casa en<br />

Quibdó, no tanto por el almuerzo, que resultó siendo <strong>de</strong>liciosamente<br />

sencillo, sino por el hecho <strong>de</strong> estar con él, <strong>de</strong> sentir el calor <strong>de</strong> ese pastor<br />

y la comunión que sentimos<br />

con su Iglesia.<br />

Nunca olvidaré tres <strong>de</strong>talles <strong>de</strong><br />

monseñor Fi<strong>de</strong>l: uno, cuando se<br />

sentó con nosotros en la mesa<br />

para comer y compartir nuestros<br />

sueños <strong>de</strong> discípulos misioneros;<br />

el segundo, cuando entramos en<br />

su casa nos mostró una colección<br />

<strong>de</strong> estatuitas <strong>de</strong> la Virgen María,<br />

creo que para señalarnos que el<br />

discípulo misionero tiene una<br />

madre. El otro <strong>de</strong>talle que me<br />

mostró su amabilidad y su alegría<br />

<strong>de</strong> que estuviéramos en su casa,<br />

fue haber <strong>de</strong>stapado una botella<br />

<strong>de</strong> vino muy añejo, pues en<br />

su fecha vimos que era un gran<br />

ofrecimiento y <strong>de</strong>sprendimiento,<br />

sabiendo que Monseñor es un<br />

hombre sencillo y pobre. dm<br />

táculos se<br />

presentaron.<br />

Al encontrarme<br />

con mis<br />

compañeros<br />

misioneros y<br />

la población.<br />

Disposición,<br />

fue el siguiente<br />

paso con el cual me di cuenta que la<br />

casualidad no tenía espacio. Viví y comprendí muchos<br />

aspectos <strong>de</strong> discipulado y misión, aquellos<br />

que me presentaron en los campamentos realizados<br />

en Ibagué y Bucaramanga. Comprendí que<br />

es entre las gentes don<strong>de</strong> Dios revela su misterio,<br />

que en medio <strong>de</strong> ellas Él me ama y yo también<br />

puedo amarlo; comprendí que el instrumento<br />

que necesita para su misión soy Yo, sin importar<br />

las imperfecciones que tengo como ser humano;<br />

comprendí que caminar con Él significa estar dispuesto<br />

a ir a la cruz; comprendí que Dios está<br />

entre nosotros, no en nuestros pensamientos o<br />

sentimientos. Dispuse mi cuerpo como su morada<br />

y ahora puedo <strong>de</strong>cir que estoy dispuesta a cruzar<br />

fronteras en su nombre.”<br />

P. aloNSo ÁlVaReZ QuINTeRo<br />

En un restaurante,<br />

<strong>de</strong> nombre la Terraza,<br />

en el centro <strong>de</strong><br />

Quibdó, vi indígenas,<br />

negros, mestizos y<br />

blancos comiendo<br />

en sana paz. Maravilloso!<br />

Que lindo ver<br />

gentes <strong>de</strong> razas diferentes<br />

viviendo en<br />

una ciudad y construyendo<br />

una convivencia<br />

<strong>de</strong> “encuentro<br />

<strong>de</strong> culturas”. Que<br />

lindo sería verlos no<br />

solo en el Chocó sino<br />

en todo el país, dirigiendo el gobierno y construyendo<br />

una Colombia llena <strong>de</strong> interculturalidad.<br />

En el Chocó me sentí como si estuviera en África.<br />

Vi tantas similitu<strong>de</strong>s culturales con la gente <strong>de</strong><br />

la tribu Wabudu, en la que evangelicé 15 años. Vi<br />

una Iglesia tratando <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>rle a la situación<br />

social <strong>de</strong> un pueblo y haciendo intentos pastorales<br />

<strong>de</strong> inculturación <strong>de</strong>l evangelio en comunida<strong>de</strong>s<br />

afros e indígenas que buscan afianzar sus<br />

i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s culturales, entre vicisitu<strong>de</strong>s y corrupciones.<br />

Vi en el Chocó un grupo <strong>de</strong> jóvenes universitarios<br />

buscando al Maestro Jesús para saber participar,<br />

como discípulos misioneros suyos, en la<br />

búsqueda <strong>de</strong>l bien común <strong>de</strong> la humanidad en las<br />

socieda<strong>de</strong>s en que viven y en las comunida<strong>de</strong>s<br />

cristianas a las que pertenecen.<br />

dimensión misionera | 16 | EnERo DE 2011 EnERo DE 2011 | 17 | dimensión misionera

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