Edicion 23 de julio de 2022
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CONTROLANDO LOS PENSAMIENTOS
En los primeros siglos de la
cristiandad muchos monjes
partieron rumbo a los desiertos
de las antiguas civilizaciones,
como Siria y Egipto, en busca de
auténticas y sublimes experiencias
místicas. Entre ellos, sobresale Evagrio
Póntico (345-399), cuyas obras:
“Tratado Práctico” y “Oraciones”
perduran entre nosotros, y constituyen
verdaderas joyas de la espiritualidad
humana.
Es impresionante cómo estos primeros
anacoretas conocían el corazón
humano, los entresijos del alma, con
más profundidad y sabiduría que las
más contemporáneas teorías de la
conducta y de la personalidad.
En días aciagos nada mejor que recurrir
a la palabra sabia de los autores
que reconfortan nuestro diario peregrinar.
Dice este asceta en su oración
30: “Cuando se alejan inmediatamente
todos aquellos pensamientos
que nos inquietan, de suerte que una
paz profunda se adueña de nosotros y
podemos orar correctamente, es señal
de que un ángel está cerca de nosotros.
Pero hay momentos en que nos
encontramos muy inquietos y acosados
tan duramente por las diferentes
pasiones, que no tenemos ni un de
reposo. Pues bien, si no dejamos de
defendernos, al final venceremos.
Sólo necesitamos seguir llamando
insistentemente y se nos abrirá”.
Esa “paz profunda” sólo se alcanza
cuando somos capaces de silenciar
nuestra inquieta mente, que constantemente
nos bombardea con toda clase
de pensamientos, muchos de ellos
irracionales y nocivos, para nuestra
tranquilidad.
Ya lo dice el Sabio de Ojai, Krishnamurti,
en su inspirador volumen “A
los pies del Maestro”: “Aun de otra
manera deberás dominar tu pensamiento:
no le permitas vagar. Aplica
todo tu pensar sobre cualquier cosa
que hagas para que resulte perfectamente
bien hecha. No permitas
ociosidad a tu mente, antes bien,
ten siempre en reserva buenos pensamientos
para que se presenten tan
luego como aquella quede libre. Emplea
diariamente el poder de tu pensamiento
en propósitos benéficos; sé
una fuerza a favor de la evolución”.
¡Cuántos dolores, daños, sufrimientos
se evitarían si tan sólo fuéramos
capaces de serenarnos, de aquietarnos,
de mantener la calma!
La escritora metafísica Muñeca Géigel
nos afirma: “El Silencio es muy
sencillo. Nos callamos mentalmente
sacando fuera nuestro pensamiento
limitado para escuchar la Voz Interior
que nos da la respuesta. Esa es la
respuesta de la Mente Universal donde
no puede haber error. La Voz no
se equivoca nunca. La única forma
de resolver una situación es, pues a
nivel de ´no pensamiento´, donde se
da la Sabiduría. Un instante de Silencio
resuelve más que días y años de
pensamiento y acción sin dirección
adecuada. No es evadir la dificultad,
sino ponernos receptivos para resolverla
creativamente desde nuestro
Ser Superior donde están todas las
respuestas”.
Por su parte, el Maestro Sathya Sai
Baba nos dice: “Cuando se avienta
una pequeña piedra al lago, las ondas
se esparcen por toda el agua;
de la misma manera, las ondas que
surgen en el lago de la mente cuando
se avienta una piedra de pensamiento
se esparcen a todos los sentidos.
Cuando la onda que surge de un
buen pensamiento se esparce hasta
la boca, dicen sólo palabras buenas.
Si es un mal pensamiento, pronuncian
sólo palabras malas. De igual
manera, todo lo que ven, escuchan o
hacen depende de los pensamientos
que tienen. Así, lo bueno o lo malo
en un ser humano se basa en los pensamientos.”
Y, entre nosotros, don Alberto Masferrer,
nos habla de la necesidad de
programarnos un “Día de Silencio”,
cuyos beneficios, el mismo Maestro
describe: “Que la paz de la familia y
de la sociedad tienen su mejor remedio,
cuando se han alterado, en el Silencio”.
Masferrer insiste: “Nadie es
libre sino quien gobierna su mente”.
¡Qué en el silencio que nos alivia y
despeja, logremos aquietarnos, para
alcanzar a través del control de nuestros
pensamientos, un pleno y feliz
presente: personal y colectivo!
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Edición Extra 23 de Julio de 2022 |