EL NARRATORIO ANTOLOGIA LITERARIA DIGITAL NRO 78 AGOSTO 2022
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
pura propaganda política y ninguna atinaba a cambiarme el
canal.
Cuando me encontraron muerta fueron corriendo a
buscar a la vecina Amanda. Siempre habíamos sido amigas
hasta que dejamos de soportarnos y en un acuerdo tácito
nuestra relación quedó en el saludo mañanero a través de la
ventana.
Me miró con una cara tan triste que casi me conmovió.
Tal vez se sintió culpable de no haberme acompañado en todo
ese tiempo. Me alegré de verla así. Mínimo debió venir a saber
por qué no me levantaba.
Amanda me puso un pañuelo en la cabeza. Creo que se
estaba vengando de algo, porque me sentí como un conejo. Me
cerró los ojos que, como no me los cerraron de inmediato, se
pusieron porfiados y se abrían solos.
No me imagino lo ridícula que me veía porque nunca he
visto un muerto; ni siquiera cuando falleció mi abuela. Me las
arreglé para llegar cuando su urna estaba cerrada. Me producía
asco ver un cuerpo deteriorado.
Vinieron a vestirme, abrieron el closet y eligieron mi
ropa.
—¡Esa chaqueta negra de marca! —quise gritar, pero
eligieron lo primero que pillaron sin conciencia alguna de moda.
Me tomaron entre las dos y al pasar la blusa por uno de
mis brazos me golpearon contra el velador. No sé por qué
todavía era capaz de sentir algunas cosas. ¿Habrán corroborado
que estaba muerta? Sé que vino un doctor, pero desconfío de
esos matasanos.
Después me maquillaron. Crucé los dedos para que haya
sido con mi maquillaje hipoalergénico, porque de lo contrario se
me inflamaría la cara y me vería como sapo.
Llegaron unos hombres. Me agarraron como si fuera un
cerdo y me sacaron de la cama. Intenté aferrarme a ella, pero
40