MOMENTOS 65
Bienvenidos a la nueva edición de la Revista Momentos, una bella publicación con los temas y personajes que apasionan a quienes aman lo mejor de la vida.
Bienvenidos a la nueva edición de la Revista Momentos, una bella publicación con los temas y personajes que apasionan a quienes aman lo mejor de la vida.
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
DESTACADO
a la compañía. De pronto él se empezó
a sentir mal, le hicieron unos diagnósticos
fallidos, viajó con su hermano a
los Estados Unidos y cuando regresó su
salud estaba aún más deteriorada. Ningún
médico logró diagnosticar su enfermedad.
Finalmente le hicieron una
ecografía y una endoscopia y descubrieron
que tenía cáncer en el hígado.
Ahí comenzó el tratamiento que duró
unos nueve meses. Guillermo Llinás,
egresado de Los Andes, también había
pasado por un proceso de cáncer
y lo invitó a un grupo para el manejo
de las personas con esta enfermedad.
También lo estuvo tratando el doctor
Santiago Rojas, y empezaron a aparecer
profesionales con especialidades que
no sabíamos que existían: oncopsicología,
oncoyoga, onconutrición...
“Fernando era un buen conversador
y conoció varios grupos de apoyo. Es lo
que viven los pacientes y, entre tanto,
a los acompañantes todos les dicen:
‘llénense de paciencia’. Fernando me
llamaba todos los días a las cinco de la
mañana a lamentarse con la angustia
de lo que estaba viviendo. Él hablaba
de ‘la Junta Directiva de allá arriba, ¿qué
tiene contra mí?’, refiriéndose a Dios y
a sus ángeles. Esto significaba iniciar
mi día más temprano de lo normal y
con una carga emocional muy fuerte,
porque no sabía cómo ayudarlo. Al final
entendí que solo debía escucharlo
y acompañarlo a todas sus quimioterapias.
No era un ambiente agradable
porque se vive el dolor y la desesperanza
de las familias. Conocimos muchos
niños con cáncer, y yo empecé a hacerme
responsable de una persona que no
tenía hijos, su madre era muy anciana,
y sus hermanos hombres decían: ‘Ana
María se hace cargo’. Seguimos el proceso
hasta que ingresó a la clínica muy
mal para no volver a salir más. Ahí hubo
un momento en el que finalmente estallé
como una energúmena por un
detalle insignificante. Su amigo me regañó:
‘No puedes reaccionar así, él está
muy mal’; y yo le explicaba: ‘Es que tú
no ves todo lo que yo vengo sufriendo
y que he reprimido a lo largo del
tratamiento en el último año’. ‘No, –me
dijo– debes tener paciencia’. Fernando
murió a los tres días y, obviamente, me
sentí muy mal por haber estallado, en
el momento menos apropiado, con
un detonante insignificante que hizo
salir la ofuscación, el dolor y la impotencia
acumulados a lo largo de tantos
meses en los cuales no manifesté mis
emociones. Fue una situación que me
produjo mucha angustia y pensé: esto
no puede ser algo que solo me pasa a
mí, le debe ocurrir a más personas que
atraviesan este tipo de circunstancias y
encontré que había ‘oncodetodo’ para
los enfermos, pero las personas que los
acompañaban no recibían ningún tipo
de apoyo, siempre nos decían: ‘tengan
paciencia’.
“Empecé a indagar en cuidadores y
encontré que era el común en el mundo,
incluso, cuando llevaban mucho
tiempo cuidando a alguien, llegaban
a decir ‘no veo la hora que se muera’,
que es el extremo del ofusque y de la
desesperación de los acompañantes.
Prácticamente nadie tiene la paciencia
suficiente como para soportar las
angustias que surgen en una situación
tan complicada como esta. Es cuando
empezamos a darle forma a la idea de
crear un Grupo de Apoyo que aporte
las herramientas y el respaldo en estos
REVISTA [13] MOMENTOS