MOMENTOS 65
Bienvenidos a la nueva edición de la Revista Momentos, una bella publicación con los temas y personajes que apasionan a quienes aman lo mejor de la vida.
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En una discusión, recibirás lo que des: si gritas, el otro grita.
Si eres sarcástico, el otro será sarcástico. Gracias a las neuronas
espejo, lo que siembres recogerás. Eclesiastés 9:17. “Las
palabras tranquilas de un sabio son más efectivas que los gritos
del más grande de los tontos”.
2. RESPIRAR Y REDUCIR EL RITMO AL HABLAR: Respira
hondo y habla tranquilo. Entre más te enojas, más rápido
hablas, subes el tono de voz y creas más enojo en las otras
personas. Disparas ráfagas de palabras como una ametralladora
y la gente se va a sentir atacada, ofendida y se pone a
la defensiva. Proverbios 29:11. “El necio deja escapar todo su
enojo, pero al esperar su turno, el sabio lo controla”. ¿Cómo
se controla el enojo en una discusión, en una protesta, en
una pelea? Esperando su turno el sabio lo controla. Thomas
Jefferson decía: “Si te enojas cuenta hasta diez y si estás muy
enojado, cuenta hasta cien”. Al esperar tu turno para responder
controlas tu ira. Proverbios 15:18. “El que se enoja fácilmente
provoca peleas y causa problemas, pero un espíritu
tranquilo y relajado mantiene la paz”.
Eclesiastés 10:4. “Si un gobernante (o cualquier otra persona)
se enfurece contra ti, ¡no te asustes! La serenidad calma
la rabia excesiva”. Si alguien se te acerca con la fuerza de la ira,
no te asustes y no dejes que tus neuronas espejo te lleven
a responder de igual manera, guarda la calma, baja la voz,
respira y ralentiza tus palabras.
3. ESCUCHAR MÁS QUE HABLAR: Santiago 1:19. “Todos
ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar,
y lentos para enojarse”.
En la práctica hacemos lo opuesto. Hablamos pronto y no
escuchamos, el resultado es que nos enojamos rápido. Proverbios
13:10. “La soberbia es la madre de las contiendas”.
4. ESCUCHAR EL DOLOR DETRÁS DE LAS PALABRAS: No
te centres en las palabras, busca las emociones detrás de lo
que el otro dice. Lo que expresa con palabras no es tan importante
como lo que está sintiendo; ¿tiene miedo?, ¿está celoso,
deprimido, ansioso? El asunto es la emoción detrás de las palabras.
Ignora las palabras y enfócate en el ánimo. Si deduces
por su emoción que siente más frustración que ira, será más
fácil que lo toleres y que no te sientas agredido. Proverbios
14:10. “Cada corazón conoce sus propias amarguras”. Todos
tenemos un dolor, una pena, una herida que están ocultos.
5. ORAR MIENTRAS ESCUCHAS: Jueces 6:24. Gedeón edificó
un altar para adorar al Señor y lo llamó “el Señor calma
nuestros temores”. Cuando te encuentres en medio de un
conflicto, cualquiera que sea el escenario, debes parar, orar
y decir: “Señor cálmame”, así vas a hacer todos los pasos anteriores.
Salmo 65:7. “Dios calma los océanos enfurecidos, el
estruendo de sus olas, y tranquiliza el alboroto de los pueblos”.
Eso es lo que necesitamos frente a lo que enfrentamos:
“Señor, calma mis temores, mi enojo, mi angustia y frustraciones…”
Él es el Rey de Reyes y Señor de Señores que puede
calmar la peor de las tormentas.
6. ENTENDER ANTES DE QUERER SER ENTENDIDO: Procura
descifrar al otro antes de querer convencerlo de lo que
tú piensas. Proverbios 18:13. “Es muy tonto y vergonzoso responder
antes de escuchar”. Estamos tan ocupados tratando
de que otros vean la situación según nosotros la asumimos,
que no paramos para escucharlos y entenderlos.
7. VER SU PERSPECTIVA: Filipenses 2:4-5. “Cada uno debe
velar no solo por sus propios intereses, sino también por los
intereses de los demás. La actitud de ustedes debe ser como
la de Cristo Jesús”. Esfuérzate por entender su perspectiva. En
los conflictos actuales, la mayoría no pueden ver el miedo, el
dolor, la injusticia que viven otras personas, solo se ven a sí
mismos. Debemos ver al otro con la compasión y misericordia
con la que nos ve Jesús.
8. PEDIRLE A DIOS QUE ME DE UNA IMAGEN CLARA DE
MÍ MISMO: Salmo 139:23-24. “Examíname, oh Dios, y conoce
mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me
inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y
guíame por el camino de la vida eterna”. El Señor te mostrará
la verdad.
9. DMITIR LA PARTE DEL CONFLICTO QUE YO PROVO-
QUÉ: Pueden ser muchas las razones que me llevaron a provocar
el problema o la dificultad. Mateo 7:3-5. “¿Y por qué te
preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo, cuando tú tienes
un tronco en el tuyo?”. Si quitas el tronco de tu ojo podrás
ver la astilla en la persona con la que tienes el inconveniente.
10. ELEGIR CON CUIDADO MIS PALABRAS: Las palabras
tienen el poder de incendiar y destruir una vida. Proverbios
12:18. “Las palabras imprudentes hieren como una espada,
pero la lengua de los sabios, sana”. Dios, dame la lengua del
sabio, que mi lengua sea una fuente de sanidad, que no hable
imprudencias que destrocen a los demás. Efesios 4:29.
“No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo
que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten
de estímulo para quienes las oigan”. No serás bendecido por
oír este mensaje, serás bendecido por ponerlo en práctica.
Mateo 5:9. “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos
serán llamados hijos de Dios”.
Oremos: Padre, te agradecemos por tu Palabra tan práctica,
relevante y oportuna. Necesitamos pacificadores en este
tiempo, en nuestras escuelas, en las ciudades y en las comunidades.
Pacificadores en nuestras familias, pacificadores por
todo el mundo. Tú nos enseñas cómo reducir el conflicto,
cómo disolverlo, incluso cómo resolverlo y restaurar las relaciones.
Dinos con quién debemos hacer las paces, que en
el mundo estas verdades se compartan, que haya paz donde
hay violencia y destrucción. Jesucristo, ven a mi vida, no lo
entiendo todo pero yo quiero conocerte, que seas el Príncipe
de Paz en mi vida, lléname con tu amor, elimina el odio, saca
la amargura, cura mis heridas y mi dolor; lléname de paz y
propósito, quiero conocerte, seguirte y confiar en ti, oro esto
en tu nombre, amén.
REVISTA [55] MOMENTOS