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Listín Diario 17-04-2024

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10 cm<br />

5 cm<br />

SANTO DOMINGO, RD. MIÉRCOLES, <strong>17</strong> DE ABRIL DE <strong>2024</strong><br />

9<br />

Opinión<br />

4 cm<br />

3,5 cm<br />

PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO<br />

OYE PAÍS<br />

Publica los miércoles<br />

3 cm<br />

Participación ciudadana y control social<br />

La historia de la<br />

humanidad ha<br />

estado caracterizada<br />

esencialmente<br />

por<br />

la lucha por el poder. Ha sido<br />

una constante histórica<br />

que ha marcado y definido<br />

los momentos más determinantes<br />

de la raza humana<br />

y su existencia. Prueba<br />

de ello la tenemos en las<br />

grandes campañas de conquista<br />

de personajes como<br />

Carlo Magno; los distintos<br />

césares del Imperio Romano;<br />

Napoleón Bonaparte y<br />

Adolfo Hitler. Sus ansias de<br />

expansión no perseguían<br />

otro fin que el poder mismo.<br />

Esta lucha por el poder<br />

marcó igualmente la vida<br />

política, donde el Estado,<br />

entendido como un conjunto<br />

de instituciones administradas<br />

y dirigidas por el<br />

gobierno de la nación, han<br />

vivido relaciones de conflicto<br />

con la sociedad, por la<br />

delimitación de sus respectivas<br />

esferas de acción y autonomía:<br />

uno tratando de<br />

expandir su dominio y restringir<br />

las libertades de los<br />

ciudadanos, y el otro haciendo<br />

lo propio para frenar<br />

la injerencia estatal y<br />

conservar sus derechos.<br />

El punto más álgido de<br />

esta lucha ocurrió durante<br />

el siglo XVIII, con la independencia<br />

de los Estados<br />

Unidos de América y<br />

la Revolución Francesa,<br />

eventos que significaron<br />

el cambio político más importante<br />

que se produjera<br />

hasta la fecha, donde el<br />

absolutismo que anulaba<br />

por completo a la sociedad<br />

sucumbió ante los ideales<br />

de libertad, fraternidad e<br />

igualdad y el pueblo dio inicio<br />

a su protagonismo en<br />

las decisiones de Estado.<br />

Esta victoria se vio coronada<br />

con la aprobación de<br />

la Declaración de los Derechos<br />

del Hombre y del Ciudadano<br />

de <strong>17</strong>89, cuando<br />

la condición de ciudadanía<br />

fue el fundamento de un<br />

nuevo tipo de régimen político,<br />

otorgando poderes a<br />

la sociedad sobre la construcción<br />

y delimitación del<br />

ejercicio del gobierno de la<br />

nación. La Declaración reconoció<br />

los derechos civiles<br />

y políticos contenidos en<br />

esa primera fase de los derechos<br />

humanos, entendiendo<br />

los derechos del ciudadano<br />

como la expresión jurídica<br />

de los derechos del hombre<br />

tras el pacto social. Nada refleja<br />

mejor esta nueva forma<br />

de gobierno que la inmortal<br />

frase pronunciada por Abraham<br />

Lincoln en la batalla de<br />

Gettysburg en 1863: “El gobierno<br />

del pueblo, para el<br />

pueblo y por el pueblo”. He<br />

aquí el verdadero fundamento<br />

de un Estado Social y<br />

Democrático de Derecho, como<br />

bien lo expresa el artículo<br />

2 de la Constitución Dominicana,<br />

“La soberanía reside<br />

FÉLIX BAUTISTA<br />

Para comunicarse con el autor<br />

@felixrbautista<br />

exclusivamente en el pueblo<br />

(…)”.<br />

El reconocimiento de estos<br />

derechos como inherentes<br />

a la persona humana les<br />

da una condición de inalienabilidad,<br />

donde el Estado<br />

no puede otorgarlos ni quitarlos,<br />

sino reconocerlos, desarrollando<br />

los mecanismos<br />

necesarios para su ejercicio.<br />

Este es el objetivo del Proyecto<br />

de Ley Orgánica sobre<br />

los Derechos de Participación<br />

Ciudadana y Mecanismos<br />

de Control Social: dotar<br />

a la ciudadanía de mecanismos<br />

legales, claros y precisos<br />

que le permitan intervenir<br />

de manera individual o colectiva<br />

en la vida social, política,<br />

económica y cultural<br />

del país, asegurando influir<br />

en la formulación y toma de<br />

decisiones gubernamentales,<br />

mejorando la calidad de<br />

vida de los ciudadanos y la<br />

optimización de los recursos<br />

públicos. En este sentido, la<br />

norma permitirá a los ciudadanos<br />

un control del ejercicio<br />

de la función pública en<br />

la búsqueda del bien común.<br />

Esta iniciativa se fundamenta<br />

en los artículos 22,<br />

91, 92, 112, 116, 210 y 272<br />

de la Constitución de la República,<br />

en la Ley No. 1-12<br />

de Estrategia Nacional de<br />

Desarrollo 2030 (END) en<br />

los artículos 15 y 21, en su<br />

objetivo generales 1.3, línea<br />

de acción 1.3.1.1, sobre<br />

Democracia Participativa y<br />

Ciudadanía Responsable.<br />

En el proceso de su elaboración,<br />

se consideraron<br />

además declaraciones y resoluciones<br />

internacionales<br />

de las cuales el país es signatario,<br />

así como normas<br />

internas que hacen referencia<br />

a mecanismos de participación<br />

de los ciudadanos<br />

en temas específicos.<br />

Este es un instrumento<br />

legal de vanguardia, que<br />

reconoce y articula el mandato<br />

constitucional y los<br />

preceptos internacionales<br />

establecidos por los<br />

acuerdos y tratados suscritos<br />

por el Estado dominicano<br />

en materia de<br />

participación ciudadana.<br />

Es por ello que, debido<br />

al interés mostrado por<br />

el gobierno del presidente<br />

Luis Abinader, de impulsar<br />

una iniciativa que<br />

regule el referendo consultivo<br />

y constitucional<br />

aprobatorio, nos permitimos<br />

sugerir que la iniciativa<br />

que actualmente cursa<br />

en el Senado de la República,<br />

que incluye 11 mecanismos<br />

de participación<br />

de los ciudadanos, dentro<br />

de los cuales se consignan<br />

aquellos que el Poder Ejecutivo<br />

quiere introducir al<br />

Congreso, sean unificados<br />

en una sola norma, que<br />

constituye una especie de<br />

código de participación<br />

ciudadana, eliminando la<br />

dispersión de normas que<br />

regulan una misma disposición<br />

constitucional.<br />

RUDDY L. GONZÁLEZ<br />

Hipocresía ante<br />

el real peligro<br />

Pareciera que insistir sobre el caso<br />

haitiano es un tema manido, que<br />

es hablar más de lo mismo. No lo<br />

creo así. La aguda crisis haitiana,<br />

en aumento, es una peligrosa realidad<br />

que los dominicanos debemos ver en las dimensiones<br />

que nos afecta. Considero usarlo como<br />

tema de campaña política en la acidez del camino<br />

a las votaciones, es un ejercicio insensato e irracional<br />

de cara a los intereses nacionales. Lo que ‘ocurre’<br />

de ‘aquel lado de la isla’, tiene una incidencia<br />

seria y trascendente para la vida de la nación<br />

dominicana, económica, política, social. De cada<br />

diez dominicanos, tenemos en nuestro territorio<br />

entre uno y dos haitianos, que interactúan<br />

en nuestras ciudades, nuestras calles, nuestras<br />

casas, nuestras empresas, públicas y privadas,<br />

en nuestra cotidianidad, en nuestras vidas, de<br />

una u otra forma. A ese punto hemos llegado.<br />

Una realidad.<br />

No debe asombrarnos, y yo no lo hago, que<br />

haya no pocos dominicanos -aunque son los menos-<br />

que bajo la excusa del ‘respeto a los derechos’<br />

a una ‘solidaridad’ de hojalata, procuran endilgar a<br />

las autoridades dominicanas excesos en sus actuaciones<br />

de cara a la inmigración de ilegales y de todo<br />

lo que ‘huela’ a Haití. Algunos, enquistados en<br />

la política partidista de moda, son capaces de escribir<br />

cartas, enviar documentos, reclamar en medios,<br />

sanciones al gobierno, al país, en un afán que<br />

lejos de ser ‘graciosos’ merecen ser etiquetados con<br />

el deleznable sello de ¡traidores! Así como la denuncia<br />

contra República Dominicana unifica a los<br />

haitianos, la crisis haitiana y su peligrosa realidad,<br />

debe unir a los dominicanos. Lo demás, la ambivalencia,<br />

es pura hipocresía politiquera.<br />

HEDDEL CORDERO<br />

Indecencia en<br />

los medios<br />

La grosería está<br />

de moda. Sin<br />

darnos cuenta<br />

algunos medios<br />

de comunicación<br />

se han llenado de indecencia,<br />

de inmoralidades, de<br />

indecoro y lo que es peor, se<br />

han hecho populares en base<br />

a contenidos denigrantes<br />

y rastreros.<br />

Con sus vilezas, los paradigmas<br />

de hoy llenan de excremento<br />

la pantalla del televisor,<br />

de los celulares y<br />

pululan por las ondas herzianas<br />

como si fuera un mérito<br />

muy grande ser indecente<br />

y procaz. Ya no hay límites<br />

para hablar ni para vestir. La<br />

decencia es una virtud anticuada<br />

que no cabe en los<br />

nuevos códigos de comportamientos<br />

públicos de la mayoría<br />

de los actores populares<br />

de hoy. Los pruritos de<br />

decencia en los medios de<br />

comunicación modernos<br />

son sinónimos de atraso.<br />

El lenguaje de hoy es sucio,<br />

pobre, cargado de nocividad.<br />

No hay límites. La<br />

IDEANDO<br />

Publica los miércoles<br />

apuesta no es al que mejor<br />

uso le dé al lenguaje y mayor<br />

riqueza agregue al contenido,<br />

sino al que pueda<br />

pronunciar más expresiones<br />

burdas y soeces y mayores<br />

dfiatribas se puedan exponer.<br />

Y como ha dicho el editorial<br />

de este diario del lunes<br />

8 de este mes: “una nueva<br />

cultura del libertinaje gravita<br />

sobre todos los espacios en<br />

los que la decencia era el paradigma,<br />

nublándolos”.<br />

Ese desenfreno colectivo<br />

de algunas redes y plataformas<br />

tecnológicas debería tener<br />

un repudio de los líderes<br />

políticos, de las iglesias, de<br />

las escuelas públicas y los colegios,<br />

de las universidades,<br />

porque rivaliza con las normas<br />

más elementales del hogar.<br />

Este país no soporta más<br />

obscenidades. Nadie tiene licencia<br />

para atropellar de esa<br />

manera nuestra sociedad.<br />

Todas esas inmoralidades<br />

de esos medios deberían estar<br />

reservadas para burdeles<br />

y no para una sociedad que<br />

debería fomentar conductas<br />

y lenguajes más dignos.<br />

Los medios de comunicación<br />

son altoparlantes del<br />

irrespeto y las inmoralidades.<br />

Aspiramos que estas inconductas<br />

sean tomadas en<br />

cuenta para su normalización<br />

a través de la ley sobre<br />

Libertad de Expresión y Medios<br />

de Comunicación enviada<br />

al congreso la semana<br />

pasada por el ejecutivo de la<br />

nación.<br />

Es necesario que a este<br />

desorden se le ponga orden<br />

y que la ética sea la norma.<br />

JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL<br />

Publica los miércoles<br />

WANDA MÉNDEZ<br />

Control difuso<br />

Los jueces del Constitucional han<br />

variado su jurisprudencia en varias<br />

oportunidades. Esos cambios<br />

han impactado varios aspectos,<br />

entre ellos la imposición<br />

de la astreinte, los plazos para conocer los recursos<br />

de revisión de decisión jurisdiccional,<br />

la vía para que los policías y militares reclamen<br />

su reposición, y la legitimación para interponer<br />

la acción directa de inconstitucionalidad.<br />

En un fallo del 27 de diciembre del<br />

2023, modificó su criterio sobre el control<br />

difuso de constitucionalidad, el cual<br />

ejercen los tribunales declarando inaplicable<br />

un texto legal en un caso en particular.<br />

Antes había establecido que estaba<br />

reservado solamente a los tribunales<br />

del Poder Judicial y el Tribunal Superior<br />

Electoral. (TC/<strong>04</strong>35/18).

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