La Misa cara a Dios - coro san clemente i
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por indiscutible filiación, a las tradiciones judías. Sin duda, como lo dijimos, la<br />
orientación ha tomado una significación ,muy distinta. Sin duda, sobre todo el<br />
culto cristiano difiere profundamente en su finalidad del culto judío. Pero, en lo<br />
que concierne particularmente a las iglesias de Siria, se puede decir con el Padre<br />
BOUYE, que éstas aparecen "como una versión cristianizada de la sinagoga<br />
judía" (Architecture et Liturgie, p. 28).<br />
El estudio arqueológico de las iglesias sirias continuó activamente estos últimos<br />
años. Él ha puesto de relieve cierto número de <strong>cara</strong>cterísticas fundamentales,<br />
sólidamente establecidas. Jean LASSUS, en su libro sobre Les <strong>san</strong>ctuaires<br />
chrétiens de Syrie (París, 1947) llega así a las siguientes conclusiones:<br />
1. Todas las basílicas sirias de los primeros siglos tienen su ábside al este.<br />
Dos excepciones solamente: la gran iglesia octogonal de Antioquía,<br />
tributaria de una imposición urbana, y la iglesia de Baalbek, la que por<br />
otra parte fue reorientada más tarde.<br />
2. Ninguna huella de synthronon. Ninguna señal de fijación de banco o de<br />
estalo contra el muro absidal.<br />
3. El altar estaba, ya sea directamente adosado al muro del ábside, ya sea<br />
demasiado cerca de él como para que se pudiera poner un asiento detrás<br />
de él.<br />
4. El ábside está iluminado, contrariamente a los ábsides ciegos de las<br />
basílicas romanas. <strong>La</strong> presencia de una ventana axial, frecuentemente<br />
baja, excluye la posibilidad de insta lar en ese lugar un asiento episcopal.<br />
5. <strong>La</strong> proximidad del muro absidal eliminaba la eventualidad de una<br />
ceremonia litúrgica del otro lado del altar.<br />
6. Todo bien considerado, el autor estima que no había otras posibilidades<br />
para el sacerdote celebrante que la de colocarse "como los fieles <strong>cara</strong> al<br />
este, es decir, dándoles la espalda" [22].<br />
En estas condiciones, estando suficientemente demostrada la ausencia de<br />
synthronon absidal, ¿dónde podía pues encontrarse el asiento del obispo o de su<br />
representante?<br />
Justamente en la relación de filiación de la liturgia cristiana con el culto judío es<br />
donde se encuentra la respuesta. El trono episcopal, escribe J. DAUVILLIER,<br />
"simboliza el lugar donde se sentaba el Gran Sacerdote, hijo de Aarón, frente<br />
al <strong>san</strong>tuario, hacia el Oriente. Está pues dirigido hacia el ábside. El obispo está<br />
rodeado de sus sacerdotes, que están igualmente sentados, sin duda de un lado<br />
de su trono y del otro" [23]. "El asiento del obispo, agrega el Padre<br />
BOUYER,reemplazó a la cátedra de Moisés" [24].<br />
<strong>La</strong>s excavaciones arqueológicas y la exégesis de los antiguos textos litúrgicos<br />
sirios han puesto en evidencia, en e] centro del edificio cristiano, la existencia de<br />
una plataforma rodeada de una valla, sobre la cual estaba organizado un lugar<br />
sacro. Ese lugar es el béma, que responde integralmente al bimah de las<br />
sinagogas, cuya más antigua mención escrituraria se encuentra en el libro de<br />
Nehemías (VIII, 4), donde vemos que era el lugar de la lectura de la Ley.<br />
El bêma, en su forma típica, es una especie de ancho podio rectangular, en la<br />
nave, rodeado de una banqueta, a la vez asiento y valla. Esta banqueta se abre<br />
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