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–¿Adónde vas? –le preguntó Daniel.<br />
–Voy a sacar a mi chiquito de aquí. ¡Nunca debimos dejarlo pasar por esta humillación,<br />
esto es mi culpa! –gritó con enojo y preocupación mientras se abría<br />
paso entre la gente.<br />
–¡Vamos, Martín! ¡Tú puedes! –Sse escuchó un grito a lo lejos. Era Marcos que<br />
lo animaba a seguir. Toda la gente comenzó a animar a Martín, todos gritaban<br />
para que siguiera corriendo. Martín miró a su alrededor sin entender qué<br />
estaba pasando, hasta que se dio cuenta que lo estaban animando a él. Lucía<br />
por fin pudo salir de entre la muchedumbre, pisó el verde pasto y lo miró emocionada<br />
mientras se ponía de pie y comenzaba a correr nuevamente con la<br />
misma determinación que antes. En vez de correr hacia él, corrió por el borde<br />
de la cancha, en el mismo sentido que su hijo, para acompañarlo a la meta; las<br />
lágrimas caían incontrolables de sus ojos.<br />
Al llegar a la línea de meta los gritos y festejos se escucharon tan fuerte, que<br />
opacaron los gritos del partido y de los ganadores de la carrera. Óscar lo felicitó<br />
con un abrazo breve mientras Lucía llegaba hasta su hijo. Al encontrarse<br />
se abrazaron con fuerza, los dos llorando de emoción.<br />
–Tú eres el verdadero ganador de esta carrera, hijo –le dijo llorando de felicidad.<br />
Marcos se acercó sonriente y le extendió la mano, que Martín estrechó<br />
con gusto devolviéndole la sonrisa.<br />
La proeza de Martín se convirtió en noticia. En el periódico local pusieron<br />
su foto en la primera plana, con la palabra “¡HÉROE!” en la parte superior,<br />
y como subtítulo: “El ganador absoluto de la carrera llegó en último lugar”.<br />
Martín siguió entrenando y esforzándose mucho. Participó en todo tipo de<br />
competencias para discapacitados y llegó hasta lo más alto: los Juegos Paralímpicos.<br />
Se convirtió, no sólo en orgullo de la escuela y de sus padres, sino en<br />
orgullo del país. Y finalmente pudo demostrar que él sí podía ser ganador de<br />
medallas y trofeos, cuando le dieron la oportunidad de ser normal.<br />
FIN.<br />
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