Podemos gobernar la ciudad y la provincia - Sin Mordaza

18 • SIN MORDAZA
Google y Facebook
El Tribuno
REMATES & APRIETES S.A.
La Corte Suprema debió intervenir la
oficina de subastas
No es la primera vez que el máximo tribunal argentino se vio obligado a dar un firme golpe de timón para tratar de poner freno a
espurios negocios que se generan en torno a la venta de inmuebles por orden judicial.
Por Ricardo Veglia
La Oficina de Subastas del poder
Judicial de la Nación fue creada en
1999 (Acordada 10/99) para centralizar
y coordinar todo el proceso
de liquidación en remate público
de bienes muebles e inmuebles ordenados
por distintos juzgados de
su jurisdicción.
En algún momento de su corta vida
el Consejo de la Magistratura desapoderó
al alto tribunal de aquellas
funciones de contralor pero no tardaron
en devolvérsela “con moño y
todo”.
Por Acordada 28/08 la CSJN recuperó
aquella competencia mediante
un extenso fundamento que
sobrepasó por la banquina el nudo
de la cuestión. Se decidió entonces
dejar sin efecto las acordadas 21,
23 y 25 del año 2003 y las 9, 10, 11
y 24 del año siguiente. Entonces no
se hizo mención alguna a los verdaderos
motivos del nuevo traspaso
sino que solo se invocó una supuesta
“sobrecarga de actividades
en dependencias centrales de este
Consejo de la Magistratura” como
si las distintas áreas de la Justicia
no tuvieran sus males propios en
tal sentido.
Pero los verdaderos problemas no
cesaron y ahora la Corte debió tomar
el bisturí institucional. Lo hizo
primero disponiendo el traslado físico
de la unidad en cuestión que se
concretó en marzo último y luego
disponiendo una suerte de auditoría
o máximo control a través de la
Resolución 1051/10 del pasado 22
de abril.
A tal efecto creó una comisión
Según el Tribunal Colegiado 2 de Rosario, las causas contra Facebook o Google deben tramitarse ante la Justicia Federal y por eso se
declaró incompetente en una causa de una clínica de estética.
integrada por los doctores Pablo
Hirschman y Mariano Rodríguez
Ferraris, mas la Comisión Nacional
de Gestión Judicial “la que deberá
elaborar un organigrama de funciones,
mapa de procesos, políticas,
objetivos y manual y protocolo
de actividades (…) con el fin de
establecer pautas de transparencia
y calidad (…)”. Y aquí aparece el
nudo gordiano: falta de “transparencia”
y “calidad” en los remates.
Cartitas
Dos cartas a los correos de lectores
de otros tantos matutinos brindan
la pista del porqué el Consejo de la
Magistratura se sacó de encima lo
que tanto había disputado a la Corte
y porqué el alto tribunal adoptó
medidas extremas como: cambio
de edificio, grabación de audio y video
de cada subasta archivable por
tres meses a disposición del juez
ordenante, obligar la presencia de
secretario o prosecretario en cada
acto, la creación de una oficina del
banco Nación en el lugar, aumento
de la custodia a cargo de policía
federal e instalación detectores de
armas en los accesos.
El 25 de agosto del año pasado el
diario La Nación publicó una carta
enviada por el consejo directivo
de la Corporación de Rematadores
en la cual hacían pública su queja
por el cambio de edificio donde
deben realizarse las subastas ya
que “Esa repartición (…) funciona
ininterrumpidamente desde el
10/10/2000 en la sede de la Corporación,
(…) cuyo edificio está equipado
para realizar subastas con
toda la tecnología necesaria para
la actividad en sus cuatro salas de
remate, (…). Todo sin costo para el
Estado”.
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En agosto también, pero del año
anterior, una carta al correo de lectores
firmada por el abogado Ricardo
Forgione motivó la intervención
del Cuerpo de Auditores de la CSJN
que a lo largo de una investigación
de 8 meses corroborarían la falta
de transparencia públicamente denunciada
respecto de la subasta de
inmuebles por orden judicial.
Aquella carta motivó también una
investigación periodística a cargo
de Horacio Cecchi publicada en
Página/12 (artículo “Los aprietes
de la logia”) dando cuenta de ver-
daderas bandas operando dentro
y fuera de las salas de remate para
asegurar el resultado de las ofertas
a algún interesado a cambio de una
“comisión” sobre el precio obtenido.
A la 1, a las 2 y... click
Tanto Página/12 como Clarín fueron
dando cuenta de los diversos
modus operandi empleados por la
llamada “liga de los compradores”
o “liga del martillo”. Algunas de sus
variantes eran:
Volvés a levantar la mano y….: El
SEMANA DEL 05 AL 11 DE MAYO DE 2010
interesado en comprar a bajo precio
debía cerrar trato con el intermediario
y aguardar en el bar del
edificio. El “operador” ingresaba a
la sala de remate, ofertaba el precio
pactado y el rematador bajaba
el martillo. Se dice que un enjambre
de “colaboradores” rodeaba a
molestos oferentes y hablándole al
oído -y en su caso apoyándole algo
en la espalda- lo desalentaban de
seguir subiendo el precio.
Comprador fantasma: El “operador”
levantaba el precio hacia las
nubes y desaparecía de la sala tan
pronto como se bajaba el martillo.
El acto estaba formalmente cumplido
pero ante la ausencia se fijaba
nueva fecha que era cuidadosamente
“reservada” y solo llegaba a
oídos del “interesado” que pactó la
comisión con los “intermediarios”.
Figuretis y molestos: Un grupo de
“operadores” rodeaba a los oferentes
molestos y trataban de distraerlo
y molestarlo con charlas
banales o desacreditantes sobre el
inmueble o parándose delante para
hablar fuerte y permanentemente
con el celular.
Acomodador acomodado: Se ubicaban
en la puerta de la sala y anunciaban
a los que querían entrar que
el remate se había pospuesto algunas
horas o para otro día.
Aunque nadie lo pudo probar el
límite de la paciencia de los ministros
de la CSJN llegó cuando se
remató el petit hotel de María Julia
Alsogaray. Tasado en 5.300.000
pesos la rematadora bajó el martillo
a los 30 minutos de iniciada la
puja cerrándola en 3.680.000 pesos.
El comprador fue el apoderado
de una sociedad anónima fundada
6 meses antes con el exclusivo objetivo
de “comprar inmuebles”.