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TERESA DE JESÚS - Ayuntamiento de Alba de Tormes

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“¡España!... Corre el sepulcro <strong>de</strong> Teresa <strong>de</strong> Jesús en<br />

<strong>Alba</strong> <strong>de</strong> <strong>Tormes</strong>, y sentirás lo que no sabías…<br />

Pero, ¡<strong>de</strong>teneos!... Entre Salamanca y <strong>Alba</strong> hay un<br />

prado; y en ese prado extravióse una noche Santa Teresa<br />

<strong>de</strong> Jesús. Con su compañera allí se <strong>de</strong>tuvo, <strong>de</strong>scansaron,<br />

hablaron <strong>de</strong> Dios, y su espíritu siempre levantado, ni <strong>de</strong>jaba<br />

el trato íntimo con el celestial Esposo, ni se apartaba<br />

<strong>de</strong> la conversación familiar con los Santos<br />

Ángeles…<br />

Teresa <strong>de</strong> Jesús tenía un cuerpo, y este cuerpo experimentaba<br />

necesida<strong>de</strong>s, y el señor la remedió haciendo<br />

brotar a sus pies /174/ una fuente <strong>de</strong> agua viva…<br />

¡Y bien! … Esa fuente es la fuente <strong>de</strong> Santa Teresa.<br />

Y ¿lo diré?... juzgad entre mí y mi viña.<br />

Esa fuente <strong>de</strong> Santa Teresa está junto al camino, a la<br />

<strong>de</strong>recha. Es un hoyo <strong>de</strong> la profundidad <strong>de</strong> una cesta<br />

abierto en la tierra.<br />

Allí no hay ni una piedra labrada que lo indique, ni<br />

unos ladrillos que impidan <strong>de</strong>smoronarse la tierra, ni una<br />

cruz, ni un palo que revele aquel sitio memorable.<br />

Los bueyes que vagan errantes por el prado, más<br />

agra<strong>de</strong>cidos que los hombres, allá van solícitos a satisfacer<br />

esa necesidad que el Criador les impuso, y levantando<br />

la cabeza, le dan gracias.<br />

Los cerdos, menos agra<strong>de</strong>cidos, pero cumpliendo con<br />

igual precepto, acu<strong>de</strong>n al agua <strong>de</strong> la fuente <strong>de</strong>l milagro,<br />

y en vez <strong>de</strong> reconocer este beneficio insigne, se revuelcan<br />

en él y lo ensucian…<br />

¡Propietario afortunado <strong>de</strong> la <strong>de</strong>hesa <strong>de</strong> la fuente milagrosa<br />

<strong>de</strong> Santa Teresa!... ¡Ah! ¡Quién pudiera disponer<br />

<strong>de</strong> un capital para hermosear aquel sitio, plantando un<br />

soto, edificando un santuario, o al menos una pequeña<br />

ermita, como eterno recuerdo y expresión <strong>de</strong> gratitud al<br />

Serafín <strong>de</strong> la tierra!...<br />

¡Diócesis <strong>de</strong> Salamanca! En ti se halla enclavado ese<br />

sitio; millares <strong>de</strong> veces transitan tus hijos por la Fuente<br />

<strong>de</strong> la Santa, pero nada ven allí que revele santidad. Todo<br />

es materia, y materia bien poco halagüeña por cierto. ¡Ni<br />

un altar, ni una cruz, ni una columna, ni una inscripción,<br />

ni una piedra, nada!... Agua lodosa, enturbiada por los<br />

sucios pies <strong>de</strong> los cerdos… ¡esa es la Fuente <strong>de</strong> la<br />

Santa!... ¿Hasta cuándo?... /175/<br />

¿Y se permitirá que<strong>de</strong> inculto y pisoteado un sitio que<br />

recuerda un milagro y lleva el nombre <strong>de</strong> nuestra gran<br />

Santa: la Fuente <strong>de</strong> Santa Teresa; la Fuente <strong>de</strong> la Santa?<br />

p á gin a 2 3 9<br />

Nos <strong>de</strong>scribe muy bien Car<strong>de</strong>llac lo que <strong>de</strong>bía ser entonces<br />

apenas un manantial a ras <strong>de</strong> tierra, dado que los<br />

animales <strong>de</strong> la <strong>de</strong>hesa <strong>de</strong> los Perales allí podían saciar<br />

su sed. Aquello que podía ser un referente teresiano <strong>de</strong> interés,<br />

tal y como se encuentra en el momento, claramente<br />

<strong>de</strong>sluce en la marcha <strong>de</strong> las peregrinaciones a <strong>Alba</strong>; sigue<br />

abandonado e imposible <strong>de</strong> dignificar por la falta <strong>de</strong> una<br />

sencilla estructura arquitectónica que lo proteja y eleve a<br />

la categoría <strong>de</strong> monumento teresiano para los peregrinos.<br />

Es en ellos en quienes piensa. Tanto es así que hasta sugiere<br />

hacer una parada en el camino y hasta erigir –dada<br />

la cercanía- una especie <strong>de</strong> vía sacra o viacrucis que terminara<br />

en <strong>Alba</strong>.<br />

La protesta <strong>de</strong> Car<strong>de</strong>llac tuvo efecto, pues el mismo<br />

obispo salmantino se <strong>de</strong>cidió <strong>de</strong> inmediato a remediar la<br />

situación y construir una especie <strong>de</strong> protección arquitectónica<br />

para mejorar y embellecer la llamada fuente <strong>de</strong><br />

Santa Teresa. Tenemos una serie <strong>de</strong> fotografías sobre el<br />

resultado <strong>de</strong> la intervención <strong>de</strong> Mons. Martínez Izquierdo,<br />

y que sería la primera mejora <strong>de</strong> la fuente que duró hasta<br />

bien entrado el siglo XX. Por suerte contamos con la <strong>de</strong>scripción<br />

<strong>de</strong> un peregrino teresiano proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Ciudad<br />

Rodrigo, justo el año en que había sido erigido el<br />

monumento <strong>de</strong> la fuente, 14 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1877.Cuando<br />

narra el viaje <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Quejigal a <strong>Alba</strong> <strong>de</strong> <strong>Tormes</strong>,<br />

anota el siguiente <strong>de</strong>talle:<br />

“A corta distancia antes <strong>de</strong> llegar a <strong>Alba</strong>, se encuentra<br />

una hermosa fuente; única que por aquellas cercanías<br />

contiene agua potable. Cuya fuente viene a servir <strong>de</strong><br />

faro y aviso al peregrino que va en pos <strong>de</strong> Santa Teresa,<br />

ya por su primorosa construcción, y ya por tener una inscripción<br />

con gran<strong>de</strong>s caracteres, <strong>de</strong> forma que se pue<strong>de</strong><br />

leer por el pasajero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la calzada, que dice, Fuente <strong>de</strong><br />

Santa /Teresa <strong>de</strong> Jesús. Al leer tan dulce nombre, bien<br />

pronto nos acercamos reverentemente al arca o <strong>de</strong>pósito,<br />

don<strong>de</strong> está escrita en una <strong>de</strong> sus pare<strong>de</strong>s una décima <strong>de</strong><br />

la pluma <strong>de</strong> la Santa. Bebimos todos los romeros agua <strong>de</strong><br />

tan saludable fuente, en mayor cantidad <strong>de</strong> la que pedía<br />

nuestra sed, y menos aún <strong>de</strong> la que apetecía nuestra fe.<br />

¡Al llegar allí, y consi<strong>de</strong>rar las innumerables veces que<br />

aquella fuente apagara la sed <strong>de</strong> Teresa, y acaso también<br />

mitigádola el hambre, y consi<strong>de</strong>rar a<strong>de</strong>más que nos cabía<br />

la inmerecida y señalada honra <strong>de</strong> beber en el mismo vaso<br />

<strong>de</strong> la Santa, y <strong>de</strong> pisar el mismo suelo que tantas veces<br />

ella bendijera, rebosaban nuestros pobres corazones en

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