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62 Sábado. 8 de marzo de 2014 • LA RAZÓN<br />
Gente del sábado<br />
LO QUE NO SE VIO DEL 50º ANIVERSARIO<br />
DE LA MUERTE DEL PADRE DE DOÑA SOFÍA<br />
El<br />
detalle<br />
CON SUS PADRES<br />
EN EL CORAZÓN<br />
Además de lucir el<br />
collar de perlas con<br />
colgante de rubí<br />
engarzado con<br />
diamantes que<br />
perteneció a su<br />
madre, Doña Sofía<br />
quiso rendir<br />
homenaje a sus<br />
progenitores<br />
luciendo dos<br />
medallas con las<br />
fotos del rey Pablo<br />
y la reina Federica,<br />
ante cuya<br />
sepultura elevó<br />
una oración.<br />
La Reina Sofía y su hermana Doña Irene,<br />
el jueves, en el responso funerario<br />
María Serrano - Atenas<br />
Han pasado 47 años desde que<br />
la monarquía en Grecia viera<br />
sus últimos días, y ha transcurrido<br />
exactamente medio<br />
siglo desde la muerte de su<br />
penúltimo rey, Pablo I de<br />
Grecia. Esta fecha tan señalada ha conseguido<br />
lo que parecía imposible: reunir a dos casas<br />
reales, la española y la helena, unidas por lazos<br />
de sangre y por una historia en común, en Atenas,<br />
la capital griega, que ha sido testigo del esplendor<br />
y el posterior declive de la monarquía<br />
helena. El aniversario de la muerte del rey Pablo<br />
ha logrado lo que no se veía desde hacía años:<br />
congregar a sus tres hijos, la Reina Sofía, el rey<br />
Constantino y la princesa Irene.<br />
Han sido tan sólo dos días de homenaje y<br />
actos estrictamente privados, pero han sido<br />
vividos con intensidad por las familias de la<br />
monarquía europea convocadas desde el pasado<br />
miércoles en la provincia de Ática. Los tres<br />
hijos de Doña Sofía quisieron también estar al<br />
lado de su madre para recordar a su abuelo. La<br />
Infanta Elena fue la primera en llegar, en un<br />
vuelo matutino en el que viajó con dos guardaespaldas.<br />
Durante las cuatro horas de avión,<br />
Doña Elena, que saludó a toda la tripulación<br />
en un fluido inglés, disfrutó de platos típicos<br />
griegos, leyó la prensa nacional –deteniéndose<br />
especialmente en la sección internacional y en<br />
las noticias sobre la crisis ucraniana– e incluso<br />
se decidió y compró un producto cosmético<br />
que pagó ella misma; tal vez un presente para<br />
la pequeña Victoria Federica. A la primogénita<br />
de Don Juan Carlos le preocupaba especialmente<br />
el tiempo que iba a hacer en Atenas y le<br />
pareció particularmente gracioso que la tripu-<br />
La reunión familiar estuvo plagada de anécdotas: la<br />
Infanta Elena siguió las noticias sobre Ucrania en el<br />
avión y Don Felipe apoyó a su madre en el responso<br />
Irene de Grecia a LA RAZÓN:<br />
«Ha sido una<br />
ceremonia<br />
muy<br />
emotiva»<br />
lación aplaudiera cuando el vuelo tomó tierra.<br />
El miércoles por la mañana se celebró un<br />
«brunch» familiar que estaba destinado al<br />
reencuentro. Los invitados se dieron cita en un<br />
céntrico restaurante ateniense, donde los abrazos<br />
y las exclamaciones de alegría fueron constantes.<br />
Una de las mayores sorpresas consistió<br />
en comprobar lo mucho que habían crecido los<br />
cinco hijos del príncipe Pablo y Marie Chantal<br />
Miller: Olympia, Constantino, Achileas, Odysseas<br />
y Aristides. Los Príncipes de Asturias no<br />
pudieron asistir, ya que un cambio de última<br />
hora provocó que tuvieran que volar por la<br />
tarde, perdiéndose también la proyección del<br />
documental «Pablo, un rey fuera de lo común»<br />
en la biblioteca Yenádio de Atenas, durante la<br />
cual se pudieron comprobar los estrechos lazos<br />
que existen entre los miembros de las dinastías<br />
europeas. Doña Sofía acudió junto a la<br />
Infanta Cristina y Doña Irene; las tres decidie-<br />
ron saludar a la Prensa y posaron sonrientes<br />
ante los fotógrafos. Doña Elena llegó con la<br />
caída del sol y, una vez dentro, tanto ella como<br />
Doña Cristina entablaron conversación con el<br />
príncipe Pablo y Marie Chantal, mientras que<br />
Doña Sofía, que no se separó de su hermana<br />
Irene ni un segundo, charlaba con su hermano<br />
Constantino y con su mujer, Ana María de Dinamarca;<br />
con el primogénito de éstos, Nicolás,<br />
y con su esposa, Tatiana Blatnik. La prima de la<br />
Reina, la princesa Tatiana Radziwill, y su esposo,<br />
el doctor Jean Frouchad, acudieron en un<br />
pequeño autobús en el que también viajaban<br />
el príncipe Miguel de Grecia y otros sobrinos<br />
del rey Pablo como el duque Amadeo de Aosta;<br />
el príncipe Alejandro de Serbia con su mujer;<br />
Alexia de Grecia junto a su marido, el español<br />
Carlos Morales, y otros asistentes. Un total de<br />
300 invitados que sonrieron, lloraron y aplaudieron<br />
tras la proyección del documental.<br />
El cariño del antiguo capellán<br />
El rey Constantino, feliz de poder reunir a tantas<br />
ramas de la familia en su ciudad natal, organizó<br />
una cena familiar de estricto carácter privado<br />
en el hotel Hilton, donde se hospedaba la Familia<br />
Real española, que se extendió hasta bien<br />
entrada la noche. Los Príncipes de Asturias lograron<br />
llegar a tiempo y saludaron afectuosamente<br />
a todos sus familiares. A la mañana siguiente,<br />
que apareció seminublada en Atenas,<br />
la comitiva puso rumbo al palacio de Tatoi para<br />
asistir al responso fúnebre ante las tumbas de<br />
los reyes Pablo y Federica. La Familia Real española<br />
se trasladó hasta la finca en una furgoneta:<br />
la Reina, la princesa Irene y el Príncipe<br />
Felipe ocupaban la primera fila de asientos de<br />
una de ellas y la Princesa de Asturias y las Infantas<br />
Elena y Cristina, la posterior. Todos vestían