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agarrados en una lucha bestial y desesperada, y comprendía que al<br />
final de todas las cosas no quedaban más que los cuerpos, las uñas y<br />
los dientes. Sí, sí, era preciso batirse, de esta manera se podía<br />
atenuar el estado de naturaleza por medio de un código<br />
caballeresco. Hans Castorp se ofreció a Settembrini como padrino.<br />
Erlebte Rede 957 Castorp incluso estuvo grosero con Wehsal. ¿No le daba vergüenza<br />
decir tales insensateces, cuando se trataba de un duelo<br />
puramente abstracto que no se basaba en ninguna injuria real?<br />
No se trataba de tirar contra Wehsal a una distancia de cinco pasos,<br />
por eso podía manifestarse tan intransigente como mandatario.<br />
Wehsal se encogió de hombros.<br />
Tragische Ironie 959 Hans Castorp no se equivocaba en sus reflexiones, tenía razón, pero<br />
de una manera que nunca hubiera podido imaginar, ni siquiera en<br />
sueños.<br />
Erzählerrolle 959 Era imposible mantenerse al margen y esperar el resultado en la<br />
cama, en primer lugar porque ... —no desarrolló este primer<br />
punto— y en segundo lugar porque no se podía dejar que aquello<br />
siguiera su curso.<br />
Erzählerrolle 959 Las cosas no adquirieron para Hans Castorp un aspecto<br />
desagradable, vale más no tratar de adivinar por qué, pero a pesar<br />
de esto [...]<br />
Leitmotiv<br />
(Physiognomie)<br />
960 Los otros permanecieron en silencio. Ferge hacía subir y bajar su<br />
bigote.<br />
Leitmotiv (Zeit)<br />
Erzählerrolle<br />
(Exkurs)<br />
963 Durante siete años, Hans Castorp vivió entre la gente de aquí arriba.<br />
No es una cifra redonda para los adeptos del sistema decimal,<br />
sino una cifra manejable a su manera, una extensión mística y<br />
pintoresca del tiempo, más satisfactoria para el alma que, por<br />
ejemplo, una simple media docena.<br />
Erzählerrolle<br />
Erzählung als<br />
Hauptfigur<br />
Leitmotiv<br />
(Ungepflegtheit)<br />
963 Estaba sentado allí, con una barbilla que se había dejado crecer,<br />
rubia como la paja, de forma bastante indeterminada y que nos<br />
vemos obligados a considerar como el testimonio de cierta<br />
indiferencia filosófica respecto a su apariencia exterior. Debemos<br />
incluso ir más lejos y unir esta tendencia a abandonar su persona a<br />
una tendencia análoga que el mundo exterior manifestaba respecto a<br />
él.<br />
Erzählerrolle 963/ Además de la pregunta retórica matinal de si había «finalmente»<br />
Unangemessenheit dormido —pregunta de pura retórica que era dirigida en forma<br />
4<br />
Pseudo-Oralität colectiva—, el consejero no le dirigía con mucha frecuencia la<br />
palabra, y Adriática von Mylendonk —su orzuelo había madurado<br />
mucho en la época a la que nos referimos— tampoco hablaba con<br />
él todos los días. Considerando las cosas más detenidamente, esto<br />
ocurría muy raramente o, más exactamente, nunca.<br />
Erzählerrolle 964 Forma orgíaca de libertad, añadimos nosotros, preguntándonos si<br />
puede haber una libertad bajo otra forma o de otra especie.<br />
Leitmotiv<br />
(Ungepflegtheit)<br />
964 El hecho de hallarse sentado a la mesa de los rusos ordinarios ya<br />
constituía una manifestación de una cierta despreocupación hacia<br />
su persona.<br />
Erzählerrolle 964 No queremos con esto criticar, en modo alguno, la mesa<br />
mencionada. No había entre las siete ninguna diferencia tangible.<br />
Era una democracia de mesas de honor, si está permitida la frase.<br />
Pseudo-<br />
Konzessivsatz<br />
Erzählerrolle<br />
Situationskomik<br />
964 Los representantes de las diversas razas que la ocupaban eran<br />
honorables miembros de la humanidad, aunque no supiesen latín y<br />
no comiesen de un modo completamente elegante.<br />
965 El joven Teddy, para no citar más que uno, cierto día —<br />
naturalmente no es posible decir qué día— no fue joven. Las<br />
damas ya no podían sentárselo sobre las rodillas. Insensiblemente la<br />
situación había dado vuelta; era ahora él quien las sentaba sobre las<br />
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