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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />
y exclusiva de la organización castrense; verbigracia, amén de<br />
los tratados en este ensayo, el proceso relativo al ascenso de los<br />
hombres y mujeres de uniforme, la formulación de la doctrina<br />
militar estratégica y la compra y uso de armamento.<br />
La autodenominada Revolución Bolivariana propició el diseño e<br />
implementación del marco legal validador de la condición política<br />
de los militares venezolanos. Con ello, por un lado, blindó el<br />
derecho de estos a escenificar las conductas asociadas y, por<br />
el otro, facultó a la organización armada, y más concretamente a<br />
sus órganos directivos, a devenir en factor crítico en última instancia<br />
determinante a los fines de garantizar la supervivencia en<br />
el tiempo del modelo de acumulación y desarrollo y del proyecto<br />
político históricamente justificado y asumido como pertinente por<br />
la élite dominante en Venezuela a partir de 1999.<br />
Independientemente del prisma desde el cual se mire este proceso,<br />
sus alcances se tradujeron en la configuración práctica de<br />
una incontrovertible realidad pretoriana pues si algo caracteriza a<br />
esta es el hecho de que la fuerza armada (o cuando menos los personeros<br />
con mando efectivo sobre las grandes unidades de combate)<br />
se erige en árbitro supremo de los conflictos generados por<br />
el acceso al poder político. De allí a la entronización en el país de<br />
los militares y de las políticas formuladas, dirigidas e impuestas<br />
por ellos y/o de la cosmovisión militar en general y al hecho de<br />
proveer carácter u organización militar a las colectividades existentes,<br />
los pasos a dar son cortos, cuantitativa y cualitativamente<br />
hablando. Este fenómeno tiene nombre propio: militarismo. Su<br />
implantación es el significado del verbo militarizar.<br />
Con base en lo expuesto es dable afirmar que, desde 1999, a toda<br />
prisa y sin pausa alguna, la élite dominante en Venezuela ha trabajado<br />
y trabaja (dicho esto dada la contemporaneidad del proceso<br />
con el tiempo en que se extraen del tintero las presentes reflexiones)<br />
para edificar en la praxis la aberración institucional denominada<br />
Estado Cuartel o Estado Guarnición. A decir verdad:<br />
no se distingue otro rasgo definitorio en la Venezuela de<br />
nuestros días que no sea el de un Estado Cuartel o Estado<br />
Guarnición. En Venezuela se está en procura de constituir<br />
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