Adviento-Navidad

Para la PARROQUIA
“Convertíos y creed
en el Evangelio”
Catequesis
En el principio Dios creó al hombre por Amor y para el Amor.
El hombre, siendo amigo de Dios era muy feliz. Pero poco a
poco se va separando de Dios, porque tiene miedo de sus
castigos, porque no sabe amar a los demás, ni siquiera sabe
amarse a sí mismo. El hombre empieza a sufrir mucho porque
se separa del Amor. Pero entonces aparece la compasión
de Dios, que quiere salvar al hombre de su sufrimiento.
Para ello elige a unos amigos, los profetas, que transmiten
a los pueblos que Dios ama al hombre y que como lo ama
tanto va a enviar un Salvador. El pueblo espera y reza deseando
que el Salvador que Dios ha prometido, llegue.
Pasa el tiempo hasta que Dios ve que ha llegado la hora,
entonces elige a una joven, María, y a un joven, José,
para que sean los papás del Salvador y formen una familia,
una familia al gusto de Dios. Dios habla con María
y José a través de unos ángeles y ellos le dicen “Sí” al
Señor. En el tiempo hasta que nace el Niño, sus Padres
creen, esperan y aman, contemplan el misterio y preparan
la llegada de Jesús, Salvador.
El Adviento es este camino de espera hasta que se cumple
la promesa que Dios hizo al hombre: la venida del Salvador.
Y en este camino se nos invita a ponernos en marcha,
a tener esperanza, el Señor va a cumplir su promesa
pronto. Esa invitación llega ahora a mi vida. También yo
espero salir de mi pecado. También yo necesito sentir el
Amor misericordioso y fiel de mi Padre, que no me abandona
ni siquiera después de mi pecado.
El Salvador llega. Juan lo anuncia. La voz que suena en
el desierto llega hasta nosotros: “El tiempo se ha cumplido
y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en el
Evangelio” (Mc 1,15-16).
Con la llegada de Jesús se anuncia la llegada del Reino
de Dios, ¿En qué consiste ese Reino? En vivir según lo que
Dios quiere y espera de los hombres: amor, justicia, solidaridad,
fraternidad, libertad, compasión, paz,….
En este camino se nos invita a la conversión: adecuar
nuestra vida a los deseos de Dios. La conversión es un
cambio, un sí total de entrega a Jesús. La conversión no
exige estar libre de pecado pero si exige la reconciliación,
y es tarea de toda una vida, de cada circunstancia, de
cada momento. Todos tenemos necesidad de conversión,
los creyentes y los no creyentes. Éste es el tiempo oportuno,
un tiempo de gracia.
Por último se nos invita a creer en el Evangelio, a desear
que se cumpla en nuestra vida y que sea nuestra referencia.
¡Cómo no correr llenos de entusiasmo hacia el portal de
Belén cuando es Dios mismo quien viene al encuentro del
hombre!
Cáliz de la Misericordia
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