Edición 2 | 2023
Dios le Puede Cambiar el Futuro
Dios le Puede Cambiar el Futuro
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Arizona. Iba a necesitar todo lo que aprendí<br />
en Taiwán, porque Dios estaba por hacer algo<br />
nuevo en nuestra congregación (Isaías 43:19).<br />
Iba a utilizar ex convictos para hacerlo.<br />
Ministrar a ex presos era algo que no tenía<br />
en mi agenda cargada. Sí, había conocido ex<br />
presidiarios con los años y había oído sus historias<br />
fuertes de redención. Hasta había visitado<br />
la cárcel del condado con mi hermano, que es<br />
capellán de la policía y estudia para ser pastor.<br />
Admiraba el trabajo de mi hermano y la<br />
relación especial que tenía con personas que<br />
habían sido delincuentes, pero nunca me había<br />
imaginado en ese rol. Ni había estado en una<br />
comunidad cristiana con una cantidad considerable<br />
de ex convictos. Pero eso iba a cambiar,<br />
tras la visita inesperada de dos hombres: Collis,<br />
fundador y director de Alongside Ministries<br />
(ASM), y Austin, director del sector masculino.<br />
ASM es un ministerio carcelario local muy<br />
activo que asigna mentores cristianos a hombres<br />
y mujeres encarcelados antes de salir en<br />
libertad y les enseña discipulado en un hogar<br />
tras su liberación durante nueve meses.<br />
Collis y Austin habían descubierto la pieza<br />
que faltaba en el intrincado rompecabezas de<br />
la rehabilitación y reinserción y estaban abocados<br />
a la tarea de poner esta pieza en su lugar<br />
dentro de su ministerio. Eso es lo que los llevó<br />
a atravesar las puertas de FCC.<br />
Querían una iglesia-hogar para los hombres<br />
y mujeres de su programa y todos los que participaran<br />
en el programa de ASM en el futuro.<br />
Se reunieron conmigo y mi compañero Jon<br />
para hablar de su idea.<br />
“Pastor Chuck”—comenzó Collis—“nuestros<br />
hombres y mujeres necesitan experimentar<br />
lo que significa pertenecer a la familia de una<br />
iglesia. Todos los domingos vamos saltando<br />
de un lugar a otro, visitando distintas congregaciones<br />
que apoyan nuestro ministerio.<br />
Necesitamos encontrar una iglesia-hogar<br />
para que nuestros hombres y mujeres<br />
puedan experimentar la vida en el cuerpo<br />
de Cristo.<br />
“Hace poco hicimos una encuesta a nuestra<br />
gente para saber dónde les gustaría<br />
quedarse y la respuesta fue unánime. Les<br />
gusta el enfoque bíblico que usa FCC para<br />
enseñar y siempre se sienten aceptados.<br />
Entonces ¿qué piensan? ¿Podemos hacer<br />
de este nuestro hogar?”.<br />
Me alegraba que tanto hombres como<br />
mujeres hubieran elegido FCC por sobre<br />
todas las otras iglesias de la ciudad, pero<br />
también me inquietaba la llegada de ex convictos<br />
a nuestra comunidad. ¿Cómo iba a<br />
reaccionar nuestra gente? Después recordé<br />
el sentimiento de Dios por ese sector de la<br />
sociedad.<br />
ÍBAMOS A AMAR<br />
COMO JESÚS,<br />
A PESAR DE LO<br />
COMPLICADO O<br />
INCÓMODO QUE<br />
RESULTARA.<br />
No había duda de lo que Él nos haría<br />
hacer. Él ama a quienes estuvieron presos<br />
Kathy, esposa de<br />
Chuck, comparte su<br />
pasión por las misiones<br />
en el exterior y sus<br />
sentimientos por todos<br />
los hijos de Dios.<br />
tanto como a cualquier otra persona. Su amor<br />
los había liberado de un pozo profundo y oscuro.<br />
Nosotros, cuerpo de creyentes ¿cómo les<br />
íbamos a negar un lugar en la familia de Dios?<br />
Solo cabía una respuesta. Íbamos a amar<br />
como Jesús, a pesar de lo complicado o incómodo<br />
que resultara.<br />
Jon y yo no teníamos idea del desarrollo<br />
masivo que nuestra iglesia estaba por experimentar,<br />
pero sentíamos que Dios estaba<br />
orquestando algo grande. Nuestra parte en Su<br />
plan era decirle sí a la oportunidad y confiarle<br />
los resultados a Él. Podíamos hacerlo.<br />
Y luego Collis nos hizo otro pedido que nos<br />
tomó algo desprevenidos: “Nuestros hombres<br />
y mujeres no solo quieren asistir al servicio<br />
principal, sino que además les gustaría pasar<br />
los domingos a la mañana en FCC. ¿Hay alguna<br />
clase en la que podrían participar?”.<br />
Empecé a sudar un poco.<br />
Teníamos reuniones pequeñas durante<br />
la semana en FCC y por toda la ciudad, pero<br />
habíamos eliminado nuestras clases los domingos.<br />
Bueno, salvo una a la que asistía la<br />
comunidad de adultos más veteranos.<br />
Esa clase estaba compuesta por abuelos que<br />
habían ayudado a nuestra iglesia a superar<br />
incendios y tormentas que nos habían puesto a<br />
prueba. Pero no estábamos seguros de que los<br />
entusiasmara que 30 hombres y mujeres que<br />
habían estado presos les cayeran en su clase.<br />
No estaba seguro de que pudieran manejar el<br />
choque cultural.<br />
Les informamos a Collis y Austin que consultaríamos<br />
con las personas mayores de nuestra<br />
iglesia y les avisaríamos.<br />
Nos reunimos con tres de los patriarcas de la<br />
iglesia y les contamos de nuestra reunión con<br />
Collis y Austin. Yo sonreía mientras hablaba,<br />
esperando suavizar el impacto de la noticia de<br />
que FCC ahora iba a ser la iglesia-hogar de una<br />
comunidad de ex presidiarios. Después les di<br />
la noticia bomba: “¡Y quieren participar en la<br />
clase dominical de ustedes!”.<br />
Contuve el aliento, esperando una respuesta<br />
negativa, pero los hombres dijeron simplemente<br />
que le preguntarían a la clase. El domingo<br />
siguiente, tras la reunión del grupo, los<br />
hombres dijeron: “La clase piensa que parece<br />
ser algo que a Jesús le gustaría que hiciéramos”.<br />
Jamás me había sentido tan orgulloso<br />
de ser su pastor.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 02 / <strong>2023</strong><br />
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