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12 The new york <strong>Times</strong> inTernaTional weekly<br />
Domingo, 24 DE FEbrEro DE 2013<br />
el teatro escribe obras<br />
sobre cambio climático<br />
POR JASON ZINOMAN<br />
¿Dónde está la gran obra de<br />
teatro estadounidense sobre el<br />
cambio climático?<br />
Digan lo que digan sobre el potencial<br />
fin de la civilización, es un<br />
tema dramático. Es por eso que<br />
es extraño que el teatro neoyorquino<br />
lo ha evitado en gran medida.<br />
La reciente obra fuera de<br />
Broadway If there is I haven’t<br />
found it yet (Si hay, aún no lo he<br />
encontrado) apenas tocó el tema<br />
—la obsesión de un profesor con<br />
el desastroso impacto del cambio<br />
climático— pero ningún drama<br />
que explore lo que muchos creen<br />
es el desafío fundamental de<br />
nuestra era ha causado una impresión<br />
significativa.<br />
Steve Cosson, director artístico<br />
de los Civilians —una compañía<br />
teatral neoyorquina, cuyo drama<br />
The great immensity (La gran inmensidad)<br />
aborda lo que se necesitaría<br />
para transformar la conciencia<br />
pública sobre el cambio<br />
climático— lo dice sin tapujos:<br />
“En un nivel cultural, estamos<br />
atrasados”.<br />
Eso puede empezar a cambiar<br />
con This clement world (Este<br />
mundo clemente), una obra nueva<br />
y ambiciosa actualmente en<br />
escena en St. Ann’s Warehouse,<br />
en Nueva <strong>York</strong>, de la escritora y<br />
artista Cynthia Hopkins, quien<br />
filtra la complejidad de la ciencia<br />
a través de su estética encantadoramente<br />
excéntrica.<br />
“Es difícil encontrar una conexión<br />
personal porque ahorita<br />
no sentimos los efectos plenos”,<br />
explicó Hopkins. “Para com-<br />
sara Krulwich/The new yorK <strong>Times</strong><br />
annie Funke en la obra de teatro Si<br />
hay, aún no lo he encontrado.<br />
prender eso dramáticamente se<br />
requiere imaginación”.<br />
La solución de Hopkins es explotar<br />
despiadadamente la libertad<br />
del teatro no realista. Recorre<br />
vertiginosamente el tiempo<br />
y el espacio, interpreta a una<br />
multitud de personajes y utiliza<br />
video y canción.<br />
Al principio de This clement<br />
world (el título viene del libro de<br />
Carl Sagan Cosmos), en el papel<br />
de una alienígena cuenta una<br />
historia del mundo que incluye<br />
la creación del Sol y la muerte de<br />
los dinosaurios.<br />
Hopkins también interpreta<br />
al fantasma de una indígena<br />
estadounidense que emite una<br />
Una lucha por crear<br />
piezas que aborden<br />
el futuro del planeta.<br />
advertencia a aquéllos que piensan<br />
que su forma de vida nunca<br />
estará bajo amenaza. Estos monólogos<br />
utilizan el argumento de<br />
que nuestro mundo actualmente<br />
hospitalario es mucho más frágil<br />
de lo que parece.<br />
Hopkins se inspiró para escribir<br />
This clement world en un<br />
discurso en una conferencia del<br />
2009 sobre el cambio climático<br />
celebrada en el Instituto de la<br />
Tierra de la Universidad de Columbia,<br />
en Nueva <strong>York</strong>. Jeffrey<br />
Sachs, director del instituto,<br />
habló de cómo los artistas podrían<br />
ayudar con la mala comunicación<br />
generalizada sobre<br />
este asunto de una manera que<br />
los políticos y los periodistas<br />
no podrían. “Me di cuenta”, dijo<br />
Hopkins, “que podía usar mi extraña<br />
serie de habilidades para<br />
algo vital”.<br />
Dos meses después, fue a una<br />
exhibición al Ártico, patrocinada<br />
por Cabo Farewell, una organización<br />
británica que fomenta la<br />
comunicación sobre el cambio<br />
climático entre artistas y científicos.<br />
Este viaje se convirtió en la<br />
piedra angular de su espectáculo,<br />
que incluye a Hopkins interpretando<br />
a muchos de los científicos,<br />
entre ellos a un físico alemán que<br />
conoció quien sostenía que hay<br />
cierta belleza en el fin<br />
de la especie humana.<br />
Tanto Great Immensity<br />
como This clement<br />
world han disfrutado<br />
de considerable apoyo<br />
externo, con la obra de<br />
los Civilians recibiendo<br />
una subvención de<br />
arte poco común, de<br />
US$700 mil, por parte<br />
de la Fundación Nacional<br />
de Ciencias.<br />
Great Immensity es<br />
ficticia, al armar una<br />
historia acerca de las<br />
medidas radicales necesarias<br />
para salvar<br />
el medio ambiente en<br />
una trama de misterio<br />
acerca de una mujer<br />
que intenta encontrar a<br />
su hermana desaparecida.<br />
La obra presenta<br />
un retrato sombrío al tiempo que<br />
trata de abordar la posibilidad de<br />
cambio.<br />
Una trama desesperanzadora<br />
puede adormecer al público.<br />
El documental de Al Gore, An<br />
inconvenient truth” (La verdad<br />
incómoda), es hasta ahora el entretenimiento<br />
popular más exitoso<br />
sobre el tema, pese a que sus<br />
sugerencias para el cambio eran<br />
modestas.<br />
“No es nada fácil”, dijo Hopkins.<br />
“Creo que una gran parte<br />
del escepticismo es porque es tan<br />
aterrador, que fácilmente abruma<br />
y paraliza. El reto es comunicar<br />
que también hay esperanza y<br />
mediación”.<br />
arte y Diseño<br />
austeridad llama a la puerta del arte<br />
POR ZACHARY WOOLFE<br />
BARCELONA, España — No<br />
hay ningún letrero que marque la<br />
puerta a La Poderosa, un espacio<br />
de actuación y baile en una calle del<br />
barrio del Raval, en Barcelona.<br />
Al subir un tramo de escaleras<br />
está un loft espacioso, pero acogedor,<br />
con una plataforma ligeramente<br />
elevada para las actuaciones en<br />
un extremo, un bar en el otro y algunas<br />
mesas y sillas. Una tarde reciente,<br />
Javier Vaquero Ollero bebía<br />
una cerveza y hablaba del futuro.<br />
“Realmente vivimos día a día”,<br />
dijo Vaquero Ollero, de 28 años,<br />
bailarín, coreógrafo y miembro del<br />
colectivo que dirige el espacio. “No<br />
se puede hacer una proyección del<br />
futuro. No se puede tener una idea<br />
de un proyecto o diseñar cierta clase<br />
de proyecto artístico para dentro<br />
de un año, porque en realidad no se<br />
sabe si se puede pagar la renta del<br />
mes que viene”.<br />
El alquiler del loft de La Poderosa<br />
es de unos US$1mil 100 mensuales.<br />
Pero es difícil pagar eso cuando<br />
los fondos entran a cuentagotas. Al<br />
igual que la mayoría de las organizaciones<br />
artísticas en España, el<br />
espacio solía obtener la mayor parte<br />
de su ingreso de subsidios públicos.<br />
En su apogeo, hace unos años,<br />
La Poderosa recibía aproximadamente<br />
90 mil dólares anuales de<br />
fuentes gubernamentales. Usaba<br />
eso para pagar la renta, los artistas,<br />
los costos técnicos y pequeños<br />
salarios para tres empleados.<br />
Ahora no recibe nada.<br />
La respuesta del Gobierno a la<br />
recesión de España, enfocada en<br />
la austeridad, ha sido devastadora<br />
para la cultura. En Europa, hasta<br />
el 50 por ciento de los presupuestos<br />
de artes proviene de subsidios gubernamentales,<br />
mucho más que en<br />
otras partes del mundo. Los donativos<br />
privados, en Europa, generalmente<br />
no son deducibles de impuestos,<br />
así que cuando se recortan los<br />
subsidios, es difícil generar nuevos<br />
ingresos para compensarlos. En<br />
España, la venta de entradas, la<br />
fuente de ingresos más importante<br />
que queda, se ha visto afectada por<br />
un alza importante en el impuesto<br />
al valor agregado sobre los boletos,<br />
del 8 al 21 por ciento.<br />
Un reporte hecho para el Ministerio<br />
de Cultura y actualizado en<br />
el 2012 encontró que desde el 2009,<br />
la organización cultural promedio<br />
había reducido su presupuesto o<br />
volumen de actividad en un 49.8<br />
por ciento.<br />
La situación afecta tanto al mundo<br />
experimental y subterráneo<br />
encarnado por La Poderosa, como<br />
a personalidades e instituciones<br />
convencionales más famosas.<br />
El Gran Teatro del Liceo, en Barcelona,<br />
uno de los dos principales<br />
teatros de ópera del país, ha despedido<br />
a unos 100 empleados. Cuando<br />
se le preguntó qué había cambiado<br />
en el Liceo desde la crisis, Joan<br />
Francesc Marco, director general<br />
del teatro, dijo: “todo”.<br />
El tenor Plácido Domingo recientemente<br />
señaló: “La esperanza de<br />
todos es que regresemos al nivel de<br />
cantidad y calidad que teníamos<br />
antes de la crisis”.<br />
Sin embargo, la cantidad es un<br />
problema abrumador en el Palacio<br />
de las Artes Reina Sofía, en<br />
Valencia, donde Domingo cantaba<br />
en I Due Foscari, de Verdi. Tanto<br />
el presupuesto como el programa<br />
de funciones del recinto han sido<br />
reducidos a la mitad, y el edificio<br />
retrofuturista de Santiago Calatrava,<br />
que abrió sus puertas en el<br />
2005, permanece inactivo la mayor<br />
Javier Del real/TeaTro real, vÍa agence France-Presse — geTTy images<br />
Jose JorDan/agence France-Presse — geTTy images<br />
entre las instituciones que luchan en españa: el Teatro real en<br />
madrid (arriba) y el Palau de les arts reina sofía, en valencia.<br />
Recortes impactan<br />
en subsidios al<br />
ámbito cultural.<br />
parte del año.<br />
Los recortes obligaron al Museo<br />
Nacional del Prado, en Madrid, a<br />
cancelar una retrospectiva planeada<br />
de Lucian Freud. El Teatro Real,<br />
en la misma ciudad, ha enfrentado<br />
recortes de una tercera parte de su<br />
presupuesto, lo que obliga a la cancelación<br />
de una serie ampliamente<br />
anticipada de tres años de producciones<br />
operísticas en colaboración<br />
con la Filarmónica de Berlín.<br />
Vaquero Ollero es parte de un<br />
grupo de jóvenes artistas llamado<br />
Ocho de Octubre, bautizado así por<br />
la fecha en otoño pasado cuando se<br />
reunió por primera vez en respuesta<br />
a una ola de recortes de subsidios.<br />
La organización tiene como<br />
objetivo presionar al Gobierno, capacitar<br />
a los artistas en estrategias<br />
de autosustentabilidad y a conectar<br />
las artes con otras áreas que experimentan<br />
reducciones drásticas,<br />
desde salud hasta educación.<br />
Hace unos años, un burdel abandonado,<br />
en Madrid, se inauguró<br />
como una especie de microteatro,<br />
que ofrece obras cortas ante un<br />
público de solo una docena. Tales<br />
experiencias íntimas de actuación<br />
se han ampliado a una especie de<br />
movimiento. Vaquero Ollero en dos<br />
ocasiones ha bailado en presentaciones<br />
que tuvieron lugar en casas<br />
particulares. Hay menos trabajo<br />
que hacer, dijo, pero sin necesidad<br />
de dar explicaciones a nadie por el<br />
financiamiento, lo que se hace es<br />
más crudo y experimental.<br />
“Cuando uno sabe que no tiene<br />
un teatro, provoca algo muy diferente”,<br />
señaló.