Los niños: Una cosecha significativa ¡Evangelizar a los niños es un ...

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H o m b r e s d e D i o s
Por: Salomón Estrada
Los niños son un grupo de personas
en quien Cristo mostró gran
interés. Ellos son los miembros de la
sociedad más vulnerables, más indefensos
y más propensos al engaño
y al abuso. Creo que por esta razón
Jesús dijo: “Dejad a los niños venir a
mí, y no se lo impidáis; porque de los
tales es el reino de los cielos” (Mateo
19:14). Cuando los niños vienen
a Jesús, Él les ofrece bendición,
amor y protección. Un niño que ha
recibido a Jesús siente que no está
solo. Cuando se les enseña a conocer
a Dios a través de la Biblia, ellos
aprenden a tener fe en Él y a ejercer
esta fe en momentos difíciles: Ellos
saben que cuando están en la oscuridad,
cuando están solos o en
cualquier momento de peligro, ellos
saben que pueden contar con Dios
y que Él los cuidará y ayudará.
Así como Cristo mostró gran
interés en los niños, nosotros también
debemos hacerlo. No podemos
pensar que son demasiado pequeños
para estar envueltos en el plan de
Dios. Así como los adultos reciben
la salvación, santificación y el
bautismo del Espíritu Santo, los
niños también pueden hacerlo.
El te rreno de los niños es
el más fértil para sembrar la
semilla del evangelio. Por lo
tanto, nosotros como padres
tenemos la responsabilidad
hacia nuestros hijos de reflejar
a Cristo en nuestras vidas a
través de nuestro ejemplo, actitudes
Demasiado Pequeños
y carácter. No se trata de que les lavemos
el cerebro con fábulas y cuentos
de fantasía, sino que les enseñemos
las verdades de Dios para que crezcan
sanos y se defiendan del error y los
engaños del maligno. Cuanta razón
tenía Jesús cuando dijo: “Dejad a los
niños venir a mí, y no se lo impidáis”.
En algunas ocasiones he aprendido
lecciones de los niños. La sencillez
que hay en sus corazones a
veces nos hace sentir mal. Como
adultos, cuando somos lastimados
por alguien, es muy probable que
guarde mos rencor
por varios meses.
No así
con los niños.
Ellos pueden
pelearse en este
momento
M e n s a j e r o A l a B l a n c a s e p t i e m b r e / o c t u b r e d e 2 0 0 8
y en menos de una hora estar jugando
como si nunca hubiera pasado
nada. Como este ejemplo, existen
muchas otras virtudes dentro de sus
corazones. Estas virtudes necesitan
ser cultivadas y reforzadas por los padres,
maestros, pastores y por todas
las personas que ejercen influencia
en ellos. El apóstol Pablo engendró
muchos hijos espirituales y en una
ocasión escribió a los hermanos en
Corinto, diciéndoles: “He aquí, por
tercera vez estoy preparado para ir a
vosotros; y no os seré gravoso, porque
no busco lo vuestro, sino a vosotros,
pues no deben atesorar los hijos para los
padres, sino los padres para los hijos”
(2 Corintios 12:14). ¡Qué mejor tesoro
podemos dar a nuestros hijos que
la instrucción de la Palabra de Dios!
Nuestros hijos no son demasiado
pequeños para enseñarles que
su única ocupación sea la
de conocer más a Dios.
Cuanto más ellos sepan
de Él, más deseos
tendrán de conocerle.
Cuanto más profundo
y más extenso sea su
conocimiento, más grande
será su amor por Dios.
Hombres de Dios/Mensajero Ala Blanca
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