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Calvino - Sermones Sobre Job.pdf - Quechuas

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tienen que traer cosas comunes, remedios ordinarios, puesto que su enfermedad es tan grande<br />

y tan extremada que, sin duda, debÌan traerle alg˙n alivio suavizante que le pudiera ayudar;<br />

adem·s, no le debÌan presentar tales proposiciones, las mismas que usarÌan por formalidad<br />

con cualquier persona que no es tan gravemente afligida. Vemos entonces el propÛsito de <strong>Job</strong><br />

al decir que muchas veces ha escuchado proposiciones semejantes. Ahora bien, es cierto que<br />

cuando alguien nos trae un alivio que ya conocemos no debiÈramos despreciarlo. øY por quÈ<br />

no? Porque si hoy se nos enseÒa acerca de la bondad de Dios, aceptemos la exhortaciÛn a la<br />

paciencia, nada nos exime de pensar en ello. Es cierto que no nos ser· una proposiciÛn<br />

oscura; pero si somos afligidos y alguien nos recuerda lo que se nos ha dicho, no pensemos<br />

que sus palabras son lenguaje superfluo. øY por quÈ no? Porque es cuestiÛn de practicar lo<br />

que ya hemos oÌdo, lo que ya hemos entendido. Pero quiz· la aflicciÛn no nos ha tocado en lo<br />

m·s profundo; quiz· la ocasiÛn no sea la m·s adecuada. Pero si Dios nos presiona mediante<br />

alguien ha tomado y extraÌdo de su palabra. En efecto, <strong>Job</strong> no era como estos aficionados que<br />

siempre quieren, no sÈ quÈ, con tal que sea algo nuevo, sin permitir que nadie les venga dos<br />

veces con la misma proposiciÛn. "Oh, ya escuchÈ eso," dir·n, o "No lo escuchÈ antes," hasta<br />

aturdimos con sus respuestas. Efectivamente, es cierto que ellos tienen que meditar; si una<br />

persona nos repite algo ser· para gran provecho y progreso nuestro. Ahora bien, <strong>Job</strong> no era de<br />

esos, no era un provocador que no toma en cuenta una enseÒanza por com˙n que fuese, no<br />

era un simple cazador de curiosidades; simplemente (como ya lo hemos dicho) demuestra que<br />

su enfermedad era tan seria que necesitaba ser consolado en una forma extraordinaria. Como<br />

en el caso de una enfermedad ligera con la cual tambiÈn se usa un remedio suave; pero si la<br />

enfermedad es dolorosa el mÈdico tiene que investigar m·s a fondo. Porque si quisiera aplicar<br />

el mismo remedio a todas las enfermedades, øquÈ ocurrirÌa? AsÌ es con las aflicciones.<br />

Veremos a una persona que es afligida por la muerte de sus padres, o de su esposa o de sus<br />

hijos, y esto le causar· cierta herida. Quiz· alguien le acerque un moderado alivio, tal como<br />

Dios lo ha indicado. Pero si hay alguno que es atormentado no solamente de una manera, sino<br />

que experimenta cÛmo la mano de Dios lo persigue de todas partes -ocurriÈndole un mal<br />

tambiÈn le ocurre el segundo y tercero, y que no solamente es afligido en su cuerpo, en su<br />

persona, en sus bienes y en sus amigos, sino que quiz· tenga (como lo hemos visto en <strong>Job</strong>)<br />

tentaciones espirituales, como que Dios quisiera arrojarlo al abismo- entonces ser· necesario<br />

proceder en forma m·s delicada. Porque si uno quiere molestar a un pobre individuo que tiene<br />

el corazÛn por el suelo, todo lo que uno le traiga, øde quÈ servir·? Mucho mejor es que usted<br />

controle su lengua y deje que Dios supla lo que falta a los hombres. Eso, entonces, es lo que<br />

<strong>Job</strong> querÌa decir.<br />

AquÌ est· Elifaz sugiriendo a <strong>Job</strong> que Dios castiga a los malvados a efectos de revelarse<br />

como Juez del mundo, para demostrar al mundo que ellos se arman en vano, que no<br />

escapar·n de su mano, Aunque quiz· tengan un gran sÈquito y estÈn en gran compaÒÌa, Dios<br />

los destruir· a todos. øPero por quÈ? Cuando esta proposiciÛn es aplicada a <strong>Job</strong> es para<br />

hacerle creer que Dios es su enemigo, porque Èl es un malvado, y que en Èl tambiÈn no hay<br />

sino hipocresÌa. Entonces, esta proposiciÛn ha sido equivocadamente aplicada. Por eso, no es<br />

sin motivo que Èl diga, muy bien, estas son cosas conocidas para mÌ, y si las necesitara, ahora<br />

las aplicarÌa a mÌ mismo; pero son cosas que no van al grano." <strong>Job</strong> sabÌa que no estaba siendo<br />

afligido por causa de sus pecados, que no era ese el propÛsito de Dios; no es que no se haya<br />

considerado culpable y digno de soportar aun m·s, si Dios hubiera querido examinarlo<br />

estrictamente. Sin embargo, sabÌa que Dios no lo estaba tratando asÌ por causa de sus<br />

pecados, sino que tenÌa alg˙n otro propÛsito. Sabiendo esto <strong>Job</strong> rechaza las proposiciones que<br />

le son presentadas. øY por quÈ? porque no van al grano. "Ustedes me son," dice,<br />

"consoladores molestos." øLa razÛn? Es porque no le traen ning˙n remedio adecuado. De esta<br />

manera somos amonestados a que, cuando queremos consolar a nuestros semejantes en sus<br />

penas y pruebas, no hagamos conclusiones apresuradas; puesto que existen muchos que<br />

eternamente tocan en la misma cuerda sin considerar a la persona a la que hablan, porque a

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