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Calvino - Sermones Sobre Job.pdf - Quechuas

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en la introducciÛn o en la conclusiÛn. Adem·s, en el llamado o la oraciÛn, al final del sermÛn<br />

<strong>Calvino</strong> solÌa mencionar ciertos pensamientos primordiales sobre los que habÌa predicado, de<br />

modo que la gente los recordase el "inclinarse en humilde reverencia." Este llamado a la<br />

oraciÛn normalmente se componÌa de 100 a 150 palabras. Se lo encuentra en las traducciones<br />

al inglÈs del Siglo XVI, pero es omitido por Nixon. Hay ejemplos en la colecciÛn de sermones<br />

de <strong>Calvino</strong> llamada "Los Misterios de la Piedad" antes mencionada.<br />

Para <strong>Calvino</strong> la introducciÛn nunca est· calculada a cumplir los propÛsitos que le asigna la<br />

retÛrica normal, es decir, a conquistar la atenciÛn o despertar la receptividad del oyente<br />

respecto del pensamiento principal. Para <strong>Calvino</strong> es simplemente el comienzo del sermÛn,<br />

nada m·s. Watier dice que para <strong>Calvino</strong> la introducciÛn no es tanto un pÛrtico como un umbral,<br />

y aunque normalmente es breve, en algunos casos abarca un tercio del sermÛn. Ello<br />

demuestra en quÈ pequeÒa medida cumple una funciÛn cuidadosamente prescrita.<br />

Todo esto, por supuesto, no significa que los sermones de <strong>Calvino</strong> carezcan de un<br />

desarrollo ordenado y de una lÛgica coherencia. <strong>Calvino</strong> no podÌa menos que ser sistem·tico<br />

en su pensamiento y presentaciÛn. DejarÌa de ser Èl mismo si no razonara intensamente y<br />

argumentara sistem·ticamente. A su propio modo los sermones no son menos lÛgicos que las<br />

Instituciones. En cada esfera particular de pensamiento <strong>Calvino</strong> procede adecuadamente de lo<br />

conocido a lo desconocido, y de lo menor a lo mayor. La base inductiva de sus juicios<br />

exegÈticos quiz· no se revele totalmente, pero hay evidencias suficientes de ella para asegurar<br />

que es adecuada. Sus deducciones siempre son inexorablemente lÛgicas y, juntamente con su<br />

perspicacia pastoral, Èstas explican la extraordinaria fuerza de la aplicaciÛn de sus sermones.<br />

Es digno de notar que un maestro del aprendizaje como indudablemente lo fue <strong>Calvino</strong><br />

haya predicado deliberadamente sin la excelencia retÛrica que pudo haber exhibido f·cilmente.<br />

Sus escritos dogm·ticos demuestran cuan resumida y sistem·ticamente podÌa manejar<br />

cualquier tema, y cuan agudamente analÌtico podÌa ser su tratamiento de un concepto o tema.<br />

Su correspondencia lo revela como un maestro de la agudeza y del ingenio cuando la ocasiÛn<br />

lo requerÌa. En sus presentaciones p˙blicas, ajenas a su pulpito, <strong>Calvino</strong> mostraba una vasta<br />

erudiciÛn y un estilo brillante, propios de la oratoria, pero ajenos a la homilÌa. Los predicadores<br />

de las iglesias primitivas probablemente fueron en la mayorÌa de los casos, hombres de tan<br />

escasos dones y estudios que eran incapaces de usar otra cosa que no fuese la homilÌa. Pero<br />

<strong>Calvino</strong> poseÌa la totalidad del vasto equipamiento de su impecable educaciÛn cl·sica, y<br />

conocÌa la artÌstica trama del sermÛn escol·stico. No era por carencia sino con un propÛsito<br />

deliberado que usaba la homilÌa en su pulpito. Solamente existe una explicaciÛn y Èsta est· en<br />

su doctrina de la predicaciÛn. <strong>Calvino</strong> estaba profundamente convencido de que la tarea de<br />

predicar no es sino la de presentar fielmente la palabra de Dios, aclararla inequÌvocamente y<br />

todos los oyentes, hacer oÌr su llamado a la conversiÛn, exponer sus amonestaciones y arrojar<br />

su luz sobre el sendero de la vida. En el pulpito <strong>Calvino</strong> querÌa ser el humilde siervo de la<br />

palabra y la simple homilÌa era la que mejor se prestaba a ese propÛsito.<br />

El uso eficaz de la homilÌa requiere una extraordinaria maestrÌa en las escrituras, puesto<br />

que el sermÛn no descansa para su efecto en artificios lÛgicos o retÛricos. Bien sabido es que<br />

<strong>Calvino</strong> poseÌa tal maestrÌa de las escrituras, y que predicÛ a travÈs de la mayor parte de la<br />

Biblia. Sin embargo, es de notar, que no era el ˙nico en hacerlo. Bullinger, por ejemplo,<br />

pr·cticamente predicÛ a travÈs de toda la Biblia en los primeros diez aÒos de su ministerio,<br />

predicando a razÛn de un mensaje por dÌa. Los ministros de las primeras iglesias de la Reforma<br />

asumÌan como asunto prioritario el estudio y manejo de las escrituras. El mismo mÈtodo de<br />

predicaciÛn que usaban se lo requerÌa. La Biblia era su principal fuente y la homilÌa su mÈtodo.<br />

El dogma y credo modelaba su pensamiento pero realmente no otorgaba cuerpo a sus<br />

sermones. Sin embargo, en siglos posteriores el Ènfasis cambiÛ. En el Siglo 17 la dogm·tica y<br />

el credo reemplazarÌan a la Biblia como principal fuente de predicaciÛn, y aunque las escrituras<br />

no eran ignoradas, la retÛrica volviÛ a controlar la estructura del sermÛn. Los movimientos de<br />

reforma y avivamiento que surgieron de tanto en tanto en diferentes paÌses siempre volvÌan a

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