20.04.2013 Views

SindicaliSmo unido defiende libertad y autonomía Sindical y ...

SindicaliSmo unido defiende libertad y autonomía Sindical y ...

SindicaliSmo unido defiende libertad y autonomía Sindical y ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

SURCOS.De SURCOS.INTERNACIONAL nuestra Nuestra bandeja… Bandeja [comunicados, noticias, análisis, opinión]<br />

“la canción proteSta latinoamericana SiGue Siendo eJe de mi<br />

vocación Sacerdotal”<br />

Pbro. Ronal Vargas Araya, Guanacaste, Costa Rica, 10-01-2010<br />

la canción protesta<br />

latinoamericana ha sido un tipo<br />

particular de lenguaje con el que se han<br />

identificado pueblos empobrecidos a los<br />

que se les ha negado la voz, pero no han<br />

renunciado a su espíritu rebelde, con la<br />

intención no tanto de conocer el mundo<br />

sino de cambiarlo; no tanto de una simple<br />

catarsis o ejercicio de resignación sino de<br />

transformación social. y no lo expreso<br />

solamente a nivel internacional sino<br />

también como experiencia personal.<br />

nací en el valle cafetalero de palmares<br />

hoy hace 43 años, el 10 de enero de 1967,<br />

en el mismo año en que se celebraría<br />

en cuba el i encuentro internacional<br />

de la canción protesta, el mismo año<br />

en que mataron a ernesto, el cHe<br />

Guevara, cuando el mundo recién<br />

sufría las consecuencias de la deplorable<br />

guerra gringa en viet nam… considero<br />

providencial que cuando yo comenzaba<br />

a dar mis primeros pasos, también la<br />

teología de la liberación (tl) iniciaba<br />

su caminar oficial, con la conferencia<br />

episcopal de medellín (1968), adaptación<br />

latinoamericana del vaticano ii a la<br />

posible transformación de la realidad de<br />

injusticia y opresión imperantes en el<br />

continente.<br />

en mis años escolares, una de las<br />

primeras canciones que memoricé y más<br />

disfruté cantar todita fue “el cristo de<br />

palacagüina” de mejía Godoy...su canto<br />

me ayudó a ir descubriendo la presencia de<br />

cristo entre los campesinos y los pobres.<br />

en el año 1978, al entrar al seminario<br />

menor de los salesianos en cartago,<br />

compartí con religiosos y compañeros<br />

nicaragüenses que fueron inyectándome<br />

poco a poco el espíritu de la revolución<br />

sandinista. recuerdo particularmente al<br />

hoy sacerdote foster cerdas, quien como<br />

premio de fin de año, nos llevó en viaje a<br />

nicaragua en diciembre de 1979, recién<br />

terminada la revolución con el triunfo<br />

sandinista: el aire victorioso y alegre de<br />

los nicaragüenses, que cantaban encima<br />

de los despojos y escombros producidos<br />

tanto por el terremoto de managua como<br />

por aquel conflicto bélico, entusiasmaron<br />

entonces más mi caminar vocacional. no<br />

olvido que muchos fines de semana en<br />

el seminario nos despertaba a todos los<br />

seminaristas el sonido de en una vieja<br />

grabadora con los alegres cantos de mejía<br />

Godoy y de los Guaraguao de venezuela.<br />

no sería casualidad que para estos años<br />

ya se había gestado en américa latina<br />

la vinculación entre la música protesta<br />

y la naciente teología de la liberación.<br />

en nuestras misas de seminario nunca<br />

faltaron los cantos del peruano J. a.<br />

espinoza; entre los que más gusté cantar<br />

estaban “danos un corazón”, “llegará la<br />

<strong>libertad</strong>” y “dolorosa”, este último con<br />

un fuerte contenido social y de denuncia,<br />

mientras entonaba los dolores de maría<br />

y de sus hijos sufrientes. Sin embargo<br />

entonces mi cantautor preferido sería el<br />

22 [semana Enero del del 2010 04 al 10 de febrero, 2008]<br />

brasileño padre zezinho, cuyas poéticas<br />

y valientes canciones cuestionaron el<br />

sentido que daba a mi vocación sacerdotal,<br />

tanto que un verso suyo caminaría por<br />

mis venas casi 15 años, revolcándome<br />

por dentro hasta colocarse a la par de mi<br />

lema sacerdotal: “yo que quiero vivir en<br />

verdad, te suplico con toda humildad, no<br />

me dejes, Señor, claudicar”.<br />

en este tiempo del seminario nació<br />

también mi afición a la poesía,<br />

particularmente la de corte social, como<br />

fue la del turrialbeño Jorge debravo, el<br />

salvadoreño roque dalton y otros autores<br />

suramericanos. en esos días calló en mis<br />

manos el libro de los “Salmos” de ernesto<br />

cardenal: a partir de su lectura atenta<br />

descubriría un sentido más humanizante<br />

y liberador al rezo habitual de los<br />

salmos judíos que hasta hoy continúo<br />

haciendo…sus lecturas me animaron<br />

también a componer poesía, para liberar<br />

mis angustias existenciales.<br />

entré a la universidad francisco<br />

marroquín (la de mayor ideología<br />

neoliberal) de Guatemala en 1983,<br />

pocos días antes de cumplir mis 16 años.<br />

pronto entendí por qué los estudiantes<br />

rivales de la universidad San carlos<br />

(la de izquierda) nos detestaban,<br />

particularmente cuando calló en mis<br />

manos una de sus más gustadas canciones<br />

de guerra, titulada “la chalana”, donde<br />

unos de sus fragmentos rezaban:<br />

“no valen ni cuatro reales<br />

en este país de traidores,<br />

la venden los liberales<br />

como los conservadores…<br />

vuestros curas monigotes<br />

que comercian con el credo<br />

y patrioteros con brotes<br />

de farsa, interés y miedo”<br />

el contacto con muchos compañeros<br />

centroamericanos, no pocos con<br />

experiencia en luchas armadas, tanto<br />

con el ejército como con la guerrilla,<br />

despertaron en mí una nueva visión de la<br />

realidad social del continente americano.<br />

al entrar al noviciado salesiano en<br />

1984 se nos introdujo en el arte del<br />

“canto gregoriano” y hasta celebrábamos<br />

ocasionalmente la misa en latín...<br />

revivíamos la nostalgia de una época<br />

clásica de hegemonía eclesial. entonces yo<br />

repetía las canciones populares y piadosas<br />

que tradicionalmente entonábamos en<br />

costa rica, cuyo mensaje no pasaba a<br />

más de pedir perdón y resignarse ante<br />

las pobrezas y miserias diarias, con el<br />

consuelo que pronto todo tendría un<br />

final feliz, cuando tuviéramos la “vida<br />

eterna”. no pocas veces un extraño<br />

pensamiento me distraía en medio de<br />

aquellos solemnes cantos ¿será posible<br />

que esa “vida eterna” de felicidad, paz y<br />

justicia pueda comenzar para el pueblo<br />

ya, desde esta vida cotidiana? ¿Habrá un<br />

día en verdad cielos nuevos y tierra nueva<br />

para los más pobres?<br />

aunque los llamados “cantos protesta”<br />

no eran bien acogidos dentro de las<br />

celebraciones litúrgicas, cuando podíamos<br />

entonábamos alguno. y mejor que en<br />

estos años yo dirigía a veces el coro y hasta<br />

animaba musicalmente con el órgano, lo<br />

que me daba cierta <strong>libertad</strong> para escoger<br />

el repertorio musical. donde sí teníamos<br />

plena <strong>libertad</strong> era en el trabajo pastoral<br />

de los fines de semana en comunidades<br />

indígenas y rurales de Guatemala y con<br />

los Grupos Juveniles, donde sí sonaban<br />

fuerte muchos cantos protesta y de<br />

contenido social, a pesar del riesgo que<br />

ello implicaba, pues el régimen militar<br />

represivo acusaba inmediatamente de<br />

comunista y guerrillero a quien escuchara<br />

y promoviera este tipo de música. no<br />

pocos amigos míos fueron fusilados, sin<br />

juicio previo, por esta simpatía artística o<br />

ideológica.<br />

cuando en 1987 presté mi servicio<br />

pastoral en el colegio Santa cecilia<br />

de Santa tecla (el Salvador) pude<br />

experimentar de cerca los efectos de<br />

una guerra civil que tenía dividida a la<br />

población entre quienes apoyaban al<br />

ejército y la oligarquía en el poder o a<br />

la guerrilla de corte antiimperialista;<br />

esta división pegaba fuertemente en las<br />

familias, muchas veces con hermanos<br />

enfrentados al combatir desde diversos<br />

bandos. los “toques de queda” eran<br />

comunes y la ofensiva final de la guerrilla<br />

se aproximaba. mientras tanto, bien fuera<br />

en las clases de música y religión que<br />

impartía en el colegio, o en la animación<br />

vocacional con jóvenes centroamericanos<br />

que atendía en un internado anexo,<br />

la música protesta se dejaba escuchar,<br />

se invitaba a cantar y se comentaba<br />

abiertamente en ambos espacios. fiel a<br />

la tradición recibida, los fines de semana<br />

despertaba a los seminaristas con el canto<br />

de mercedes Sosa, de mejía Godoy o<br />

de otros compositores religiosos o no<br />

tanto…<br />

en mi primer año de teología, allá por<br />

1989, un compañero guanaco me facilitó<br />

un cassette en el que había logrado<br />

grabar de forma rudimentaria la misa<br />

popular salvadoreña, subiendo a la<br />

montaña con un sacerdote jesuita de la<br />

uca que ocasionalmente visitaba a los<br />

guerrilleros. entonces me di a la tarea<br />

de traducir musicalmente aquel tesoro<br />

literario, pasando al pentagrama las notas<br />

exactas de aquellos tremendos cantos de<br />

liberación. las partituras de esta misa<br />

popular salvadoreña muy pronto se<br />

hicieron famosas entre los estudiantes<br />

con mayor compromiso social. recuerdo<br />

todavía las palabras del compañero<br />

Humberto flores, hoy catedrático<br />

universitario en el Salvador: “al escuchar<br />

estos cantos me cuestiono seriamente<br />

sobre mi futuro; ¿serviré mejor a dios<br />

haciéndome sacerdote o internándome<br />

con la guerrilla en la montaña para<br />

liberar a mi pueblo? el testimonio de los<br />

sacerdotes camilo torres en colombia y<br />

Gaspar García en nicaragua, que habían<br />

escogido la segunda opción, lo habían<br />

golpeado fuertemente…y más lo haría el<br />

cruel asesinato de los jesuitas perpetrado<br />

por el ejército en la uca de San Salvador<br />

el 16 de noviembre de 1989.<br />

este mismo año, a raíz de una investigación<br />

que hice sobre la vivencia de la sexualidad<br />

de los seminaristas salesianos y de una<br />

carta que escribí fundamentando mis<br />

puntos de vista en contra de la expulsión<br />

de varios compañeros jóvenes, por parte<br />

de unos pocos sacerdotes extrañamente<br />

llamados “superiores mayores”, también<br />

yo resulté expulsado de la orden<br />

Salesiana en Guatemala y obligado a<br />

regresar a la casa de mis padres en costa<br />

rica. está decisión de “los superiores”<br />

dejó bien claro a todos los demás que<br />

“estaba prohibido disentir”. en medio de<br />

la desolación e incertidumbre por aquel<br />

traspié sobre mi futuro, sería la música la<br />

que me traería consuelo y ánimo.<br />

después de laborar en 1990 como profesor<br />

en el colegio de palmares reingresé al<br />

camino sacerdotal, pero ahora con los<br />

diocesanos en el Seminario mayor de<br />

paso ancho, donde me volví más fanático<br />

de la música interpretada por mercedes<br />

Sosa y Silvio rodríguez, entre otras. Se<br />

acercaba la mal llamada “celebración de los<br />

500 años del descubrimiento de américa”<br />

y el ambiente era propicio para respirar<br />

la patria Grande y denunciar esta y otras<br />

invasiones con que los imperios de ayer<br />

y de hoy seguían mancillando a nuestros<br />

pueblos…y qué mejor que la música<br />

protesta para despertar la consciencia<br />

popular. las comunidades guanacastecas,<br />

donde recién comenzaba mi servicio<br />

pastoral, cantarían conmigo el lamento<br />

por las consecuencias de 500 años de<br />

colonización y despojo en nuestras tierras.<br />

no olvido una hora Santa que me tocó<br />

dirigir en el Seminario donde cambié<br />

los tradicionales cantos eucarísticos por<br />

aquel canto de la misa nicaragüense “vos<br />

sos el dios de los pobres”, y por “Gracias<br />

a la vida” y “Sólo le pido a dios”…<br />

los comentarios en contra de no pocos<br />

compañeros y sacerdotes formadores no<br />

se hicieron esperar. la tensa situación<br />

volvería a la calma pocos días después<br />

con las palabras del rector del Seminario,<br />

padre Guido villalta: “aunque nadie me<br />

miró, yo también participé en esa Hora<br />

Santa, orando desde la parte alta del<br />

coro y no escuché nada heterodoxo ni<br />

contrario a la doctrina de la iglesia”.<br />

continua en paGina 23

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!