para leer durante el finde 24 noviembre
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sucedería en un contexto individual ya algo enrarecido. Por entonces Villa ligaba<br />
titularidades con suplencias. Se comenzaba a especular sobre su falta de minutos, su<br />
pap<strong>el</strong> en <strong>el</strong> equipo y su supuesto descontento. La lesión terminó con todos los<br />
comentarios, pero su ausencia prolongada comprometió aun más <strong>el</strong> futuro d<strong>el</strong><br />
asturiano, al menos volviéndolo incierto. Cuando volvió ya no estaba Pep, sino Tito, y<br />
su pap<strong>el</strong> en <strong>el</strong> Barça era un factor por descubrir que aún hoy no está claro. Ha entrado<br />
en <strong>el</strong> equipo según ha recuperado la forma, mostrándose hasta ahora muy efectivo<br />
cuando ha tenido chance. Es probable que en este Barc<strong>el</strong>ona más caótico Villa tenga<br />
más oportunidades de brillar en toda su naturaleza de realizador, pero de momento su<br />
concurso con <strong>el</strong> Barça sigue siendo bastante intermitente. ¿Qué rol le dará Vilanova<br />
cuando se encuentre en plena forma, si es que no lo está ya? ¿Cuántos goles tendrá<br />
que marcar <strong>para</strong> ganarse <strong>el</strong> puesto de titular?<br />
“Desde la clínica era difícil marcar”.<br />
La cuestión de cuál es su rol en <strong>el</strong> Barc<strong>el</strong>ona es muy difícil de responder, y acaso no hay<br />
mejor prueba de su dubitativo periplo en Can Barça. Es bastante peculiar ver en tal<br />
situación a un jugador que es <strong>el</strong> máximo goleador histórico de la S<strong>el</strong>ección (53 goles) y<br />
<strong>el</strong> decimotercer realizador de todos los tiempos en la Liga, con 166 tantos hasta ahora.<br />
Hace años podría haber recalado en cualquier club grande d<strong>el</strong> mundo, inflándose a<br />
meter goles en una demarcación más propicia, pero fichó por <strong>el</strong> Barc<strong>el</strong>ona de los<br />
bajitos.<br />
Y tuvo sentido. Y aún lo sigue teniendo.<br />
Su pap<strong>el</strong> en <strong>el</strong> Barça de Tito no tiene por qué ser su pap<strong>el</strong> en <strong>el</strong> Barça de Pep (en<br />
cualquiera de las dos temporadas), así que en ad<strong>el</strong>ante <strong>el</strong> futuro de Villa será todo lo<br />
grande que queramos imaginar. El Guaje sigue siendo un d<strong>el</strong>antero estr<strong>el</strong>la en un<br />
equipo sin d<strong>el</strong>anteros, lo cual es un maravilloso contrasentido, pero todos esperan<br />
poder solventar este galimatías. Privados d<strong>el</strong> asturiano como ‘9’, a no ser que Messi<br />
cometa la rareza de lesionarse, Villa aún puede dar grandes tardes por la izquierda o<br />
por cualquier parte, como ya ha demostrado en muchas ocasiones. El equipo ya no<br />
avanza hacia <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de los 10 centrocampistas, sino al d<strong>el</strong> híbrido de múltiples<br />
marchas, lo cual facilita las cosas al asturiano. Terminada su primera época en <strong>el</strong> Barça,<br />
saldada con grandes enseñanzas y varios títulos ganados, comienza otro tiempo <strong>para</strong><br />
él, realmente impredecible, en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> asturiano tratará de recuperar todo <strong>el</strong> brillo<br />
dormido. La historia de Villa en <strong>el</strong> Barc<strong>el</strong>ona es compleja, llena de episodios agridulces,<br />
de fotos f<strong>el</strong>ices con pero, <strong>el</strong> d<strong>el</strong>antero escorado a pierna cambiada, <strong>el</strong> caníbal<br />
reconvertido, que no es p<strong>el</strong>otero ni extremo, <strong>el</strong> suplente de nois como Cuenca o T<strong>el</strong>lo.<br />
Al fin, parece claro que al Barc<strong>el</strong>ona había que venir como fuera, aunque a veces<br />
sobrevivir a un grande pueda ser la peor de las pruebas posibles.<br />
* Carlos Zúmer es periodista.<br />
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