RAUL GOMEZ JATTIN.pdf - Fundación Cultura Vallenata
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"Toda muerte produce desconsuelo y lamento pero es un camino de<br />
obligación para todos, como dice Pablito Flórez. Yo creo que Raúl no fue<br />
un suicida, fue atropellado por un carro. Quizá él estaba esperando un<br />
taxi y quizás los que pasaban no le paraban y el que finalmente se<br />
decidió a llevarlo paró en otra acera, y cuando atravesó, se lo llevó otro<br />
carro que venía a mucha velocidad". Pero suicidio, no fue. Se lamenta<br />
su muerte porque se acaba su producción pero queda su trabajo".<br />
Miércoles 28 de mayo de 1997<br />
Un santo que reía a las puertas del<br />
infierno<br />
Wenceslao Triana<br />
Cuando alguien muere, los humanos solemos revisar los<br />
recuerdos que nos quedan de ese alguien, encontrarles<br />
sentidos adicionales y pasarles una imaginaria capa de<br />
fijador para que el tiempo no consiga borrarlos.<br />
Eso ha sucedido en estos días con todos los que fuimos<br />
testigos conscientes de la vida tortuosa que eligió ese<br />
poeta al que un carro fantasma dio muerte cuando apenas<br />
clareaba el jueves pasado.<br />
Muchos tuvimos que ver de cerca o de lejos con ese hombre que dolía y<br />
aterraba como una enfermedad.<br />
Para muchos su aspecto sucio, su sonrisa desdentada, sus cabellos<br />
amarillos de los últimos días, su amabilidad o su agresividad<br />
imprevisibles, la terrible y dolorosa libertad que había conquistado a<br />
través de la indigencia, serán difíciles de olvidar.<br />
Personalmente, no podré dejar de recordar esa mezcla de vértigo y<br />
vergüenza, ese pavor primitivo que sentía cada vez que lo veía.<br />
Nunca me golpeo. Nunca me persiguió. Nunca apagó cigarrillos sobre<br />
mí.<br />
Nunca me arrojó agua o café para poner en evidencia el servilismo y la<br />
vulnerabilidad que nos ponemos con nuestro vestuario.