Parte 1 - Federación de Asociaciones de Profesores de Español

ideas provenientes del exterior (comunidad sefardita)
coincide con el amplio desarrollo de un movimiento
mesiánico, el sabatianismo, que les da si cabe mayor
fuerza (y conciencia de grupo).
Estos contactos internacionales también se muestran
en las lecturas nuevas a que tienen acceso los chuetas
en Mallorca, y que una vez más son trasunto de las
relaciones que mantienen con un mundo converse de
mayor amplitud que el limitado de la isla. Así, la Inquisición
conseguirá obtener una confesión de Rafael Valls
sobre no sólo sus contactos con grupos judíos de origen
sefardita en el extranjero, sino sobre sus lecturas:
El chueta Raphael Valls confesó que había traído
un libro ‘de un viaje a Liorna y Esmirna’ y lo había
prestado a Pedro Onofre, el libro contenía ‘differentes
oraçiones hebraycas en castellano y en lengua hebrayca.
Una fuente importante de lo que sabía Onofre y
la comunidad chueta procedía ‘de un libro en quarto
manuscrito’ titulado Ramillete de flores de varias oraciones
que había heredado de su padre. Lo había copiado
‘porque estava maltratado el original, le tiró en
el mar y se reservó la copia’. Otras lecturas las hacía
en casa del tabernero [tendero] Valls ‘que era una Biblia
en castellano y otro que se llama Almenara de
la luz, que es un libro de exemplos y otros de cosas
espirituales para los observantes de la ley de Moysés.
(Peña Díaz 92)
La Almenara de la luz (Menorat ha-Maor) del rabino
toledano Isaac Aboab (fl. s. XIV) es obviamente
un documento no sólo relevante sino crucial para la
historia de los chuetas mallorquines. Fue traducido al
castellano por el hakam (talmudista) Rabbí Jahacob
Hages (Jacob Hagiz, 1620-1674) (De los Ríos 622, Albarral
Albarral, Carlebach y, para un panorama general,
Díaz Mas y Romero) y se publicó en Livorno (1657) y
Ámsterdam (1708), con muchas más publicaciones en
la lengua original hebrea durante estos años (por ejemplo,
en hebreo con comentario hebreo y traducción
judeoalemana en 1701, en Ámsterdam). De hecho, el
libro aborda el problema del status judío de aquellas
comunidades de conversos que no habían querido (o
podido) regresar al judaísmo. La obra no es polémica,
sino pedagógica, “intended to supplement their
[marrano’s] fragmentary Jewish knowledge” (Carlebach
23), a la vez tratado ético y código halákhico. Puede
verse a simple vista que el asunto tocaba directamente
a los chuetas. La conclusión del libro es también clara,
a pesar de los muchos subterfugios de su razonamiento:
siguen de iure perteneciendo a la comunidad judía,
particularmente de haber habido motivos justificables
en su conversión. El traductor quiere que la obra sirva
de ayuda a los marranos que viven en obscuridad
hasta que aprendan la base de la práctica y praxis de
la religion judía. Su fuente es básicamente la Aggadah
rabínica. Se discute en la obra el estatuto de las ofertas
LITERATURA E HISTORIA
Los chuetas, pueblo maldito.
Religión y economía en los siglos xVI-xVIII.
de conversos ingleses a Jerusalén y el autor responde
diciendo que si la motivación de la conversión fue el
miedo por sus vidas, pueden aceptarse como judíos,
aunque deben ser despreciadas si su motivación fue
exclusivamente económica (mantenimiento de sus
fortunas). La obra se divide en 7 secciones, cada una
con el título de Ner (o ‘lámpara’) e intenta presentar
las verdades morales y religiosas del judaísmo. Su tono
de sinceridad le aupó a un puesto relevante en el ánimo
popular, en particular como substitute de sermons
durante el culto sabático. La traducción español parece
haberse leído ante reuniones de fieles no muy versados
en la Ley, ya desde la época medieval. La obra se publicó
a expensas de David de Jahacob Valensí, de origen
claramente valenciano, residente en Liorna (de donde
había llegado proveniente de Fez, como Hagiz). Las
investigaciones de Carlebach también muestran fehacientemente
las conexiones del traductor (que acabaría
emigrando a Jerusalén con un cargo de director educativo
de la academia [bet ha-midrash] Beth Jacob [fundada
por la familia Vega de Verona],) con Pisa, Verona
y Venecia, todos centros de gran actividad económica
y cultural sefardita. Por señalar las conexiones con el
movimiento de Sabbetai Zevi, indiquemos que Jacob
Hagiz fue el rabino hierosilimitano encargado de pronunciar
la excomunicación del autoproclamado Mesías
judío. Su hijo, Moses Hagiz (1671-1750), educado por
su abuelo Moses Galante, además de estudioso talmúdico,
fue uno de los judíos más prominentes en la comunidad
de Ámsterdam en el siglo XVII. Su trabajo en
particular destaca como polemista contra la herejía y
su afán central fue el de unificar el rabinato (ver Selke,
76-77; sobre La Almenara de la luz (Liorna, 1656) véase
Albarral Albarral y Hayim 194).
Sobre las lecturas de los conversos mayorquines,
aún hay más datos que podemos traer a colación:
Una apropiación similar [la de textos canónicos
leídos con propósitos heterodoxos]
era la del chueta Pedro Onofre que conocía
y explicaba la historia del pueblo de Israel
‘por haverlo leydo, a lo que pareze, en el Flos
Sanctorum, o en el libro llamado Monarchia
Ecclesiástica’. Estos libros, sobre todo el ultimo,
los tenía en su casa y eran muy leídos
entre los judaizantes mallorquines porque
‘contenían differentes capítulos que tratan
de algunos benefiçios que Dios hizo al pueblo
de Israel y a los Padres de la ley antigua’.
(Peña Díaz 93)
En el proceso anterior a éste (el de 1677) del mismo
Pedro Onofre, que también había sido encausado,
reconocía que gran parte de la culpa de haber caído en
‘errores’ se debía a que
‘como era inclinado a leer libros, leyendo
en el Flos Sanctorum, en la Monarchia ec-
Octubre-Diciembre 2009 Página 65