- Page 5 and 6: Judit Gerendas La balada del bajist
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- Page 11 and 12: 1 La mirada de Camila pareció reco
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- Page 21 and 22: seguía transcurriendo el drama de
- Page 23 and 24: lo que hizo que los aplausos se red
- Page 25 and 26: 2 El violento zumbido envolvía a l
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- Page 29 and 30: Ella se movía con la fragilidad de
- Page 31 and 32: Ella devolvió la mirada y la sonri
- Page 33 and 34: a la vez que la multitud se interpo
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- Page 37 and 38: —Ya voy, chamo, es que se me perd
- Page 39 and 40: —Joaquín, pana, lo logramos, co
- Page 41: los hubiera regañado. Los miraba d
- Page 44 and 45: azonablemente resignada y risueña,
- Page 46 and 47: el hecho de tener que sumergirse en
- Page 48 and 49: —Señor Philippe, disculpe la hor
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de autobuses del Nuevo Circo, rodea
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de ningún tipo. Alberto miraría i
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de lo mucho que lo había afectado
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en el que alguien suplica y reclama
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4 Nunca antes había hecho tanto ca
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tre tantas barreras, y como era de
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de al lado, en medio de la multitud
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El tiempo lo marcó con el sentido
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El ritmo duro que había estado esc
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sol seguía brillando allá afuera
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tersa, una combinación sorprendent
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La rabia que le empezó a nacer en
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La vorágine que se había apoderad
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la ciudad, y amigos y conocidos y d
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de todos ustedes, para que no haya
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García, la cual se hallaba bien pr
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al que él llevaba, pero en ese mom
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momento se echó para atrás, espan
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Álvaro, había encendido. La gente
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6 Se sirvió otro trago de whisky.
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En el parque comenzó un nuevo día
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enchufes de los cables y con toda l
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curso, ya Joaquín se encontraba en
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Se levantó, ya sereno. El haber vo
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ahí no había reglas posibles. Per
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7 —No, güevón, despreocúpate,
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Era como si el carro volara en el a
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8 Siempre tenía el cabello como si
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confié tanto. Ahora ya es demasiad
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Le hubiera gustado encontrar una f
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sigue rodeando la sombra de ti y si
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zando en el escenario, con su públ
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nocida botella se mezclaban con las
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Teresa le pareció que lo conocía
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Se imaginó al protagonista ovillá
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que se hubiese sometido a esta situ
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piso donde se encontraba su apartam
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astoncitos, que nunca más había r
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mezcla de atracción y horror, pero
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una conmoción ante ese personaje d
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para no hacer el ridículo doblemen
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Eran jóvenes, se amaban, vivían a
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económicos ni alicientes, tiempos
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hombre a quien había que hacerle e
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11 Francisco hacía todo lo que est
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12 Alberto sintió dentro de sí re
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introducir alimentos en ella, sino
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menguante iluminando apenas las cas
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Se sentía orgulloso de la simplici
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no debía permanecer ahí, una nota
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no por la voz de un artista experim
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Philippe, dueño de una intuitiva p
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Hubiera querido pedir perdón, borr
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creencia que evidentemente le conve
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Revisando todos los asuntos vincula
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14 Golpeó con fuerza el lápiz lab
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El anhelado reencuentro no se habí
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puro e incontaminado. Aterriza, her
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montar diez mil obras de las que a
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No, no podía aceptar, eso estaba c
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vínculo lo construía él y ningun
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asomarse al mundo que arrastraba co
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muerto, y la mujer seguía hablando
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esfuerzo para mostrarse calmada, pe
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—Estoy pensando, Mercedes, discú
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inmensas, las bondades de una loter
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—Por supuesto que lo podemos hace
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exageración de sus inesperados vis
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Pero durante el tiempo que hablemos
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—No es cierto que tenemos que hac
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transmitirle algo que fuese capaz d
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hogar, estuviera aquí o en una isl
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años que lleva ese reloj ahí y nu
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—Deja ese asunto quieto, oí que
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Yo salí de ahí tambaleándome, co
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nada, era evidente que las fuerzas
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Finalmente Robert se levantó, se a
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al resto de la gente, o sea, a fin
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equivocado tanto como lo hicieron,
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—Sí, tenemos que usar el sentido
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Mercedes se sulfuró: —¿Qué es
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entonces vamos por las vías pacíf
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—¿En la mía? —se aterró ella
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ehuirían el mantener una relación
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17 Finalmente Philippe se decidió
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algo que no desapareciera con la vi
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ellos la sostenían en medio de esa
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19 El tipo se la quedó mirando com
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mos los derechos de autor a Ciudad
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drentar, miró de nuevo sin disimul
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copa, una copa que se alzaba en rec
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sus propios patrones, y creía habe
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viendo resplandecer los objetos que
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Ahora ya estaba dicho. ¿No era eso
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21 Estaba seguro de que la única a
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subrayaba la musicalidad de las pal
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Ahora miró al muchacho que conocí
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Cuando tú me transportaste a Troya
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los hechos que terminaron rubricado
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Se quedó mirando el suntuoso verde
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tendía por qué le habían asignad
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Alberto se sintió aislado. Prendi
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que hablar de la muerte, habla de l
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Regresó, igual de nervioso. Mientr
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—Chica, ya está bueno —dijo, i
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aunque sin lugar a dudas sus ojos s
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—Sí, de color de guayaba —voci
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o si se alegraba de que hubiera dej
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Los pregoneros todavía voceaban la
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23 —Aquella tarde ella venía com
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No había ahí ningún fuego de osa
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un cantar cuyo tema sostenía él,
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La responsabilidad era mucha, ciert
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que se extendían en lugar del pavi
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Gabriel, aturdido, se deslizó al a
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Aparte del miedo, sintió la humill
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entre volver a la libertad o perman
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26 Échame un ring y hablamos, le h
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no lograba sentirse mejor, de maner
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cómo se encendía una luz en sus m
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desplazaba en la acera les dificult
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27 Atravesaron el mercado. Una mús
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fiado tan plenamente, en quien pens
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él había elaborado su estilo de g
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país del que la mayoría de sus ha
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y entonces ya se produjo un cambio
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María Teresa tomó una carpeta que
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28 Ahí en el barrio, entre sus ami
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que llevaban los pantalones bien pu
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de la música, mediante sonidos, te
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presencia que se imponía voluntari
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Ahora, sentada en la penumbra del p
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pero ya la muchacha completaba su i
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La invadió el deseo de entregarse
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Dios mío, cómo era posible que hu
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Antes de llevar a cabo la operació
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encuentros. Los ámbitos de la casa
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los que permanecen en un mismo siti
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en los suplementos, y cuyas maldade
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urlona. Entonces la ira nació dent
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—Tu amigo parece que no ha tenido
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y la voz que sus seguidores habían
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otros seres humanos, que se llamaba
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Se notaba que hablaba en clave. Per
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se ponía una peluca, una melena ri
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ya metidas en el tránsito, Camila
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forma muy disciplinada, una red le
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Durante el silencio que siguió a e
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María Teresa no pareció haberla e
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en su mente. La muchacha que había
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32 La casa parecía haber cambiado
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—Ahí tienes —dijo tras de ella
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cuenta de lo que él había percibi
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mines corrompiéndose, en una escen
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la ropa que se habían quitado, des
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las colocaría a la luz de su linte
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que nadie tendría que saber nada.
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Tendré que cuidarlo, pensó Camila
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Ella lo miró con la coquetería de
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—No me van a alcanzar, por más q
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nos dejamos dibujar, y no sabemos e
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esada, apenas eso, más nada, al me
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En la oscura sala se comenzó a ent
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todos navegando, como en un cuadro
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35 —¿Y qué hacía ese personaje
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se despertasen en medio de la noche
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otros, circulando siempre entre ell
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había estado picando unos dientes
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La mayoría de los jóvenes estaban
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36 Llevaba rato esperando a que lle
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de una música, una romántica y aj
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—Ahí donde ellos se encuentran n
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37 Jorge sabía que él tendría qu
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38 La luz asordinada de los reflect
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Detrás de bastidores Philippe la c
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Se acordó de Camila interpretando
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cuenta que la enorme masa de gente
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mo se reforzaba el griterío, que a
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gumentos que fuimos aduciendo, en m
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Philippe tuvo la convicción de que
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cieron unos documentos. Se colocó
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Por algún lado estaban disparando.
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Los objetos parecían bañados por
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de la puesta en escena teatral. No
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portancia para ella. Yenifer, para
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darse cuenta de lo viejo que ya est
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hoyo, en este momento en el que la
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de las duras canciones que ella hab
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tan real, tan de verdad, tan invero
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presencia, como una materialidad qu
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el libreto, pero la verdad es que e
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La imagen de Luis, ubicada en la pa
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irreverente había algunos matices
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casi todos, irremediablemente. Ella
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El teatro, sin los espectadores ni
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Solitario en el interior del denso
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y cuyas palabras escucharía. Palab
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