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Este <strong>libro</strong> se terminó de imprimir en octubre de 2008, en los talleres de la FUNDACIÓN IMPRENTA DEL MINISTERIO DE LA CULTURA, Caracas, Venezuela. Son 3000 ejemplares, impresos en papel Enzocreamy 59,8 grs.
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La balada del bajista
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1 a edición, 2006 1 a Reimpresión
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Se acordó de una representación d
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muy tenuemente, sin prisas y sin fa
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mismas, produciendo como una resona
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No pertenecía esta figura trágica
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texto, obviamente, del autor, y tam
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ir entibiando también al mismo tie
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de lo esencial. En el hogar de esta
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que la representación les había o
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las caras tapadas por los cabellos
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esencial, y esa muchachita que hab
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famoso, para luego de inmediato sen
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pero que en realidad era un milagro
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de que habían logrado el éxito y
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aquí en esta solitaria oscuridad.
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noche. La noche en la que se acabab
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con todas sus pesadillas y sus male
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3 Su arraigado sentido ético se re
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der recurrir a las palabras ni al s
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de una manera totalmente inverosím
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de eso unos treinta años, maldita
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Ahora era aquí abajo, en la sala d
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ubicada en el parque de atracciones
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fondo, antes de llegar al Toys City
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se en alguno de los bancos cercanos
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desde una perspectiva y otra, ejerc
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gente que había unido sus voces a
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que resultar un negocio más produc
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él era capaz de producir, un poco
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Fue bordeando un bar tras otro, del
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Inconscientemente, Luis dio un par
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5 En general no fumaba más de medi
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un ser humano que hasta unos instan
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dice, tenían que demostrar que la
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Miró a Gabriel con asombro, con do
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mientos. Analizaba el contorno de l
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se le aproximó José Antonio, sin
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contrario, algún sector insospecha
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cían también sus pasajeros, los c
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alguien había colocado su relucien
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ecer la oscilante belleza de la sol
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afuera, con sus modernos y sofistic
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Lentamente Gabriel alzó la urna, y
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que la invadía. Giró el cuello a
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un continuo espasmo, devolviendo tr
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percibido Vivaldi, y tantísima gen
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—No importa. Me lo podría comer
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Continuó comiendo, mientras seguí
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en medio del movimiento. Él fue el
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entrar, y una vez adentro, se sinti
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coño había entrado a rezar si no
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Cómo se burló de mí, el maldito
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Su mamá, tan distinguida siempre,
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era, un entierro. Pero otros coment
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a observar sus zapatos desteñidos
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9 No terminaba de vislumbrar la esc
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que todavía había un posible futu
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culando sobre ello, puesto que en e
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su camino, como si nada hubiera pas
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como venido del fondo de antiguas m
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y concisas palabras: soy actor. No
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piezas exactas que le servirían pa
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das de retórica, de las que se val
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vislumbrar, desde comienzos de la t
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10 Parecía salida de un medallón
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hasta el interior profundo de sus e
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Un día un pensamiento que debió d
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En la cocina encontró unos bocadil
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De todas maneras los castigos se si
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la puerta por donde ella tendría q
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de ese ser excluido y situado en el
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con gestos, con la mano, torciendo
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alma unos celos inexplicables, por
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a este chico? —continuó espolean
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13 Abrió una lata de cerveza y tom
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los unos a los otros y nuevas imág
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A Beatriz el nacimiento de su hijo
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sólo escuchaba el rugido de los au
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15 Fue a atender el teléfono despr
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cercándolo, dándole a entender qu
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cundario, derivado, más bien inexi
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ía iniciado su entrada a la nada,
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En el momento de entrar a la panade
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lo pensé de verdad, no fue que lo
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do las palabras—. Pero dígale qu
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jugando, no se desplazaron hasta la
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estaría en condiciones de reconoce
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aunque por dentro estuvieran dicien
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pasos que lo habían conducido hast
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sado a una dimensión enloquecida,
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Otro de los integrantes del grupo s
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En ese momento sonó el timbre. El
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viéndola irse desanimando, enmara
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me imagino que usted tiene un posgr
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mía, y la comida no me pasaba por
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quitarse de encima una mosca que lo
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ofendo, pero yo te traje esta plati
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todavía algo, aunque lo más proba
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la estaba mirando a ella. Nos compr
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Philippe tomó en sus manos la acei
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—¿Volver a los montajes de prote
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poco mentalmente del debate. Se rec
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tros montamos un gran espectáculo,
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16 Aunque terminaron por tomar la d
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—¿Por qué no bajamos al litoral
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Y luego de un rato de silencio, agr
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que empezar como una ceremonia reli
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18 Todos eran distantes, como si du
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Cada vez que él se entregara a toc
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nos causaría gran satisfacción tr
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carpeta en la que se había asegura
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20 Ya desde afuera se escuchaba el
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Se quedaron mirándose las dos, fre
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vida se había colocado junto a la
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no quiso dar crédito a sus oídos.
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Pero luego recordó que había asum
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canela, como el que hacía su mujer
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gravitó por un instante sobre ella
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Philippe se disponía a contestar c
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más se congratuló por haber logra
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Philippe los miró malhumorado: —
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—Todos hemos salido premiados aqu
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qué tal el grado de cinismo al que
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y ahora no tenía derecho a darle r
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22 Joaquín tomó otro trago de su
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cuyos corazones germinó este proye
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como si tuviéramos doce años, Tom
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¿Quién escogió este maldito luga
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Los ojos de Joaquín se detuvieron
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—Creo que no alcanzo a comprender
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arregló a su vez en un pequeño ra
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yo le estaba diciendo. Yo le dije q
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24 Francisco sentía que Laura, cua
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25 Había transcurrido demasiado ti
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Bebió el café caliente y salió e
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desde adentro, como si un punto de
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—¿Tú eres el lidercito, no? Ere
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empezó a divagar otra vez. Se preg
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ido —agregó, lo que hizo que la
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Caminaba con rapidez. Necesitaba ca
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hasta ahora no se han puesto en con
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El asfalto pareció derretirse bajo
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Pensó de nuevo en Gabriel, y en cu
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Las ofertas de la Biblia se mezclar
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en sí misma y la fe en Marco Vinic
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debajo de ellas, incluso las de est
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en tu camino, en un espacio que se
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De tanta muerte que habían encontr
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Si supieras, Marco Vinicio —pens
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El bajista se había colocado en un
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29 Miró la chaqueta de gamuza, tir
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cena, en seres corporeizados a fant
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los actores se quitaban el maquilla
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mento de liturgia, materializada en
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A Camila le provocó dejar el telé
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enviaban sus creencias y sus fantas
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30 Sentado en un banco, en la glori
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debemos preocuparnos, antes que nad
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El jardín resplandecía con sus fl
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Pensó en Sonia, la cual nada podí
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En cuanto a él, lo habían sometid
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o un reflejo, un contorno lateral q
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de éste se hallaban a punto de ced
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31 Su esbelta figura, que a tantas
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de broma y bulliciosos, llenaban la
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Ella llevaba bluejeans y una blusa
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Sus dedos hurgaron en su bolso y sa
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dad los grupos dramáticos competí
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ción del muchacho en torno al cual
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Afuera caía la lluvia. Pero el son
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Yo sí creo que tenemos que asaltar
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—Me siento mal entre ustedes, me
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La golpeó la inquietud, y entonces
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Hizo con la lengua un chasquido de
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con tanto arte, eso tenía que reco
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Pero no, todavía no era hora de ir
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33 La noche refulgía a través de
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a, que no tenía esquemas con las c
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34 Un aire de agresiva fiereza se o
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seduciendo. El rostro de un muchach
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iendo sus trazos, y miró directame
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los claros límites que él les hab
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Como en sueños, se fueron despojan
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ocasiones particulares se mezclan c
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idea de su exclusión de en medio d
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surgido del llamado de la noche. La
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—Ahora, si a donde llega es a un
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de su liviana sustancia podían esc
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necesario, se aislaría de todos es
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volumen, ahí bajo la bóveda que s
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había iniciado con tan buenos ausp
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y, torturada, se preguntó si detr
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De la fiesta que Ciudad Sitiada hab
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Nuevas oleadas de gente pasaron y s
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al halago a su vanidad, que Philipp
Page 420 and 421: homogénea, en un amasijo de gente,
Page 422 and 423: Tengo que concentrarme, se dijo, ha
Page 424 and 425: hizo la promesa de no prestarse nun
Page 426 and 427: autopista se disparaba detrás del
Page 428 and 429: como salidos de entre las malezas,
Page 430 and 431: Camila. Espacios destemplados, esce
Page 432 and 433: diversos espacios ya no parecían e
Page 434 and 435: le pareció vislumbrar que estaban
Page 436 and 437: Un vendedor de refrescos pasó junt
Page 438 and 439: María Teresa para entonces ya sab
Page 440 and 441: a la turbulencia sin sentido que de
Page 443 and 444: 39 El tiempo parecía haberse dormi
Page 445 and 446: Finalmente el que había querido ha
Page 447 and 448: Paula, enfrentada a Yenifer, habló
Page 449 and 450: Desde atrás se aproximaba Yenifer.
Page 451 and 452: cesión de acertijos, tendría que
Page 453 and 454: —Todo lo que está aquí señalad
Page 455 and 456: Se abrieron al sinsentido de la noc
Page 457 and 458: pantalla, y ahora se encontraba aqu
Page 459 and 460: se echaba hacia atrás de nuevo, tr
Page 461 and 462: La ausencia de Yenifer de en medio
Page 463 and 464: 40 Caminaba con su rítmico andar,
Page 465 and 466: La quejumbrosa tristeza de la músi
Page 467: Índice
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