07.05.2013 Views

Universidades en América Latina – Marcela Mollis - Agrupación ...

Universidades en América Latina – Marcela Mollis - Agrupación ...

Universidades en América Latina – Marcela Mollis - Agrupación ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ecuación de costos/b<strong>en</strong>eficios apuntando a la “crema del mercado”7. Por supuesto, <strong>en</strong> tal ecuación tampoco<br />

se contabilizan los resultados de la investigación básica y aplicada ni los servicios subsidiados que prestan las<br />

universidades públicas (ver Sztulwark y Bisang, 2001, cap. 8).<br />

El arancelami<strong>en</strong>to<br />

Para el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to neoliberal, es inequitativo que los ciudadanos pagu<strong>en</strong> impuestos para que los ricos<br />

reciban educación gratuita. Como evid<strong>en</strong>cia se se?ala a qui<strong>en</strong>es pagaron su educación secundaria y ahora<br />

gozan de la gratuidad universitaria. Esta argum<strong>en</strong>tación sólo puede sost<strong>en</strong>erse si se defi<strong>en</strong>de un sistema<br />

fiscal regresivo, basado <strong>en</strong> el IVA y con escasa capacidad para cobrar altos impuestos a los que más ti<strong>en</strong><strong>en</strong>8.<br />

El dilema de la gratuidad es especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong>fatizado por el economicismo, no sólo por razones fiscales y de<br />

mercado sino por su teoría simplificada del comportami<strong>en</strong>to humano racional9. Sin embargo, una visión<br />

prospectiva ori<strong>en</strong>tada por el interés g<strong>en</strong>eral indica que hay que al<strong>en</strong>tar y no desal<strong>en</strong>tar la decisión de seguir<br />

estudiando. Que, por muchos a?os al m<strong>en</strong>os, el empobrecimi<strong>en</strong>to al que se ha sometido a la ciudadanía hará<br />

que un arancel que efectivam<strong>en</strong>te resolviera el problema del financiami<strong>en</strong>to no pueda ser pagado por la gran<br />

mayoría, lo que lo convierte más <strong>en</strong> una cuestión de fundam<strong>en</strong>talismo de mercado o de conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia para el<br />

desarrollo del mercado privado. Por lo demás, incluso “<strong>en</strong> los países del ‘Primer Mundo’, las universidades <strong>–</strong><br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de su condición estatal o privada<strong>–</strong> dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong> para su financiami<strong>en</strong>to primero de<br />

subsidios sustanciales y secundariam<strong>en</strong>te del arancelami<strong>en</strong>to de sus matrículas” (Pugliese (h), 2001).<br />

La gratuidad no necesita ser def<strong>en</strong>dida como una cuestión de principio, sino como la mejor respuesta al uso<br />

socialm<strong>en</strong>te efici<strong>en</strong>te del conjunto de recursos de la sociedad. Un bu<strong>en</strong> sistema de educación, ci<strong>en</strong>cia y<br />

técnica, financiado por r<strong>en</strong>tas g<strong>en</strong>erales, subsidia la formación de ciudadanía y democracia y el espíritu<br />

empr<strong>en</strong>dedor y cooperativo de la sociedad y las empresas nacionales, y cumple real y no apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te con<br />

el mandato de la equidad. La pret<strong>en</strong>dida equidad por la vía del arancelami<strong>en</strong>to de los servicios de salud,<br />

educación, seguridad, justicia y otros bi<strong>en</strong>es públicos es<strong>en</strong>ciales sólo lleva a más inequidad. La justicia social<br />

se dirime <strong>en</strong> las reglas que regulan a la acumulación del capital, las relaciones sociales y políticas, y la<br />

jerarquización del sistema de derechos humanos (?qué derecho asigna su lugar a los demás? ?el derecho a la<br />

vida digna de todos, o el derecho a la acumulación sin límites de unos pocos?) (Hinkelammert, 1986).<br />

Subsidio a la demanda<br />

El subsidio a la demanda que propone el neolibealismo es un complem<strong>en</strong>to de la privatización sustantiva<br />

(consist<strong>en</strong>te <strong>en</strong> inducir comportami<strong>en</strong>tos empresariales aunque la gestión sea de ord<strong>en</strong> estatal): los<br />

estudiantes que demuestr<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er méritos sufici<strong>en</strong>tes y falta de recursos t<strong>en</strong>drían acceso a becas, y las<br />

instituciones educativas competirían por conseguir estudiantes con becas porque eso les permitiría recuperar<br />

los costos mediante el pago de la matrícula por parte del Estado. Dado el hecho de que estos sistemas<br />

sigu<strong>en</strong> si<strong>en</strong>do costosos para el Estado, el paso sigui<strong>en</strong>te es proponer que las becas se transform<strong>en</strong> <strong>en</strong><br />

créditos educativos. Como esto podría volver a reinstalar el cli<strong>en</strong>telismo y los altos costos de gestión pública,<br />

se propone dar este negocio a los bancos privados, <strong>en</strong> lo posible con garantía colateral del Estado o de<br />

compa?ías aseguradoras. Si esos mismos bancos no pudieron dar crédito a las PyMES porque las<br />

consideraban de alto riesgo y por los altos costos de administración de tales créditos, imaginemos los<br />

intereses y condiciones que pondrán a un crédito de este tipo.<br />

Ingreso restringido<br />

En cuanto al dilema del ingreso, la argum<strong>en</strong>tación neoliberal vi<strong>en</strong>e <strong>en</strong>vuelta <strong>en</strong> los múltiples pliegues del<br />

manto de equidad.<br />

Para ellos, es inequitativo que los ciudadanos pagu<strong>en</strong> los costos g<strong>en</strong>erados por estudiantes morosos,<br />

llamados “crónicos”, que no terminan o demoran <strong>en</strong> terminar sus carreras. Esto supone que esos estudiantes<br />

no se forman ni devuelv<strong>en</strong> a la sociedad su formación, y que los costos de esa masa flotante e intermit<strong>en</strong>te<br />

de alumnos son significativos, algo que sólo puede sost<strong>en</strong>erse si el presupuesto se basa <strong>en</strong> números de<br />

alumnos regulares “dibujados”. Pero si éste fuera el problema, simplem<strong>en</strong>te hay que auditar a la población<br />

estudiantil <strong>en</strong> sus diversos estadios y costear los servicios educativos necesarios cada a?o, pues de hecho<br />

una parte muy alta de los profesores ya son contratados.<br />

También lo consideran inequitativo porque los que “no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mérito sufici<strong>en</strong>te” ocupan espacio y usan libros<br />

y equipos junto con los que sí son meritorios. Un argum<strong>en</strong>to que resulta contrario a toda concepción de<br />

sociedad democrática e incluso a qui<strong>en</strong>es propugnan sustituir la igualdad por la igualdad de oportunidades.<br />

De hecho, la difer<strong>en</strong>cia de “mérito” al ingresar a la universidad no es un punto de partida de la carrera de la

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!