Febrero 2012 - Diocese de Ourense
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Iglesia Universal<br />
<strong>de</strong> la gran riqueza <strong>de</strong> la oración sacerdotal<br />
<strong>de</strong> Jesús, que os invito a leer y a<br />
meditar, para que nos guíe en el diálogo<br />
con el Señor, para que nos enseñe a<br />
rezar. Así pues, también nosotros, en<br />
nuestra oración, pidamos a Dios que<br />
nos ayu<strong>de</strong> a entrar, <strong>de</strong> forma más plena,<br />
en el proyecto que tiene para cada<br />
uno <strong>de</strong> nosotros; pidámosle que nos<br />
«consagre» a él, que le pertenezcamos<br />
cada vez más, para po<strong>de</strong>r amar cada vez<br />
más a los <strong>de</strong>más, a los cercanos y a los<br />
lejanos; pidámosle que seamos siempre<br />
capaces <strong>de</strong> abrir nuestra oración a las<br />
dimensiones <strong>de</strong>l mundo, sin limitarla a<br />
la petición <strong>de</strong> ayuda para nuestros problemas,<br />
sino recordando ante el Señor<br />
a nuestro prójimo, comprendiendo la<br />
belleza <strong>de</strong> interce<strong>de</strong>r por los <strong>de</strong>más;<br />
pidámosle el don <strong>de</strong> la unidad visible<br />
entre todos los creyentes en Cristo -lo<br />
hemos invocado con fuerza en esta Semana<br />
<strong>de</strong> oración por la unidad <strong>de</strong> los<br />
cristianos-; pidamos estar siempre dispuestos<br />
a respon<strong>de</strong>r a quien nos pida<br />
razón <strong>de</strong> la esperanza que está en nosotros<br />
(cf. 1 P 3, 15). Gracias.<br />
Sala Pablo VI. Miércoles, 1 <strong>de</strong> febrero<br />
<strong>de</strong> <strong>2012</strong><br />
Queridos hermanos y hermanas:<br />
Hoy quiero hablar <strong>de</strong> la oración <strong>de</strong><br />
Jesús en Getsemaní, en el Huerto <strong>de</strong><br />
los Olivos. El escenario <strong>de</strong> la narración<br />
evangélica <strong>de</strong> esta oración es particularmente<br />
significativo. Jesús, <strong>de</strong>spués<br />
216 · Boletín Oficial · FEBRERO <strong>2012</strong><br />
<strong>de</strong> la última Cena, se dirige al monte<br />
<strong>de</strong> los Olivos, mientras ora juntamente<br />
con sus discípulos. Narra el evangelista<br />
san Marcos: «Después <strong>de</strong> cantar el himno,<br />
salieron para el monte <strong>de</strong> los Olivos»<br />
(14, 26). Se hace probablemente<br />
alusión al canto <strong>de</strong> algunos Salmos<br />
<strong>de</strong>l ’hallél con los cuales se da gracias<br />
a Dios por la liberación <strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong><br />
la esclavitud y se pi<strong>de</strong> su ayuda ante las<br />
dificulta<strong>de</strong>s y amenazas siempre nuevas<br />
<strong>de</strong>l presente. El recorrido hasta Getsemaní<br />
está lleno <strong>de</strong> expresiones <strong>de</strong> Jesús<br />
que hacen sentir inminente su <strong>de</strong>stino<br />
<strong>de</strong> muerte y anuncian la próxima dispersión<br />
<strong>de</strong> los discípulos.<br />
También aquella noche, al llegar a<br />
la finca <strong>de</strong>l monte <strong>de</strong> los Olivos, Jesús<br />
se prepara para la oración personal.<br />
Pero, en esta ocasión, suce<strong>de</strong> algo<br />
nuevo: parece que no quiere quedarse<br />
solo. Muchas veces Jesús se retiraba a<br />
un lugar apartado <strong>de</strong> la multitud e incluso<br />
<strong>de</strong> los discípulos, permaneciendo<br />
«en lugares solitarios» (cf. Mc 1, 35) o<br />
subiendo «al monte», dice san Marcos<br />
(cf. Mc 6, 46). En Getsemaní, en cambio,<br />
invita a Pedro, Santiago y Juan a<br />
que estén más cerca. Son los discípulos<br />
que había llamado a estar con él en el<br />
monte <strong>de</strong> la Transfiguración (cf. Mc 9,<br />
2-13). Esta cercanía <strong>de</strong> los tres durante<br />
la oración en Getsemaní es significativa.<br />
También aquella noche Jesús rezará<br />
al Padre «solo», porque su relación con<br />
él es totalmente única y singular: es la<br />
relación <strong>de</strong>l Hijo Unigénito. Es más,<br />
se podría <strong>de</strong>cir que, sobre todo aquella<br />
noche, nadie podía acercarse real-