Febrero 2012 - Diocese de Ourense
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Al inicio <strong>de</strong> la Cuaresma, resulta<br />
provi<strong>de</strong>ncial este encuentro litúrgico,<br />
con motivo <strong>de</strong>l tránsito a la eternidad<br />
<strong>de</strong> la Hna. María Francisca; la invitación<br />
imperativa <strong>de</strong> la palabra <strong>de</strong>l Señor<br />
¡tened! nos recuerda aquella otra <strong>de</strong> la<br />
Escritura Santa ¡estad atentos y vigilantes!<br />
…el Señor viene, se acerca, está<br />
aquí. El hecho <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> los otros<br />
se convierte para todos en una realidad<br />
propedéutica, es como un entrenamiento<br />
a lo divino en la escuela <strong>de</strong>l divino<br />
servicio; es <strong>de</strong>cir, en el seguimiento <strong>de</strong>l<br />
Señor ¡somos <strong>de</strong>l Señor! El morir, que<br />
le confiere a nuestra existencia un valor<br />
radical y una exigencia vivida en lo<br />
cotidiano, es también una realidad que<br />
siempre viene acompañada por su dramatismo,<br />
en algunos casos es una realidad<br />
<strong>de</strong>sgarradora, sobre todo, cuando<br />
nos sorpren<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> un niño,<br />
o <strong>de</strong> un joven. El mismo sacerdote, al<br />
encontrarse en esas situaciones tan difíciles,<br />
poco tiene que <strong>de</strong>cir; la pastoral<br />
<strong>de</strong> la Iglesia nos invita a recogernos<br />
en el silencio elocuente <strong>de</strong> la oración y<br />
ayudar a las personas <strong>de</strong>l entorno con<br />
nuestra presencia. ¡Qué difícil resulta,<br />
entonces, hacerles <strong>de</strong>scubrir, que el<br />
Buen Dios no ha querido ni quiere la<br />
muerte!. Esta realidad constante que<br />
nos afecta directa o indirectamente tiene<br />
que ayudarnos a <strong>de</strong>scubrir a todos<br />
que no somos eternos, ¡no somos dioses!.<br />
Acordaos <strong>de</strong> aquellas palabras <strong>de</strong><br />
la Escritura: De ninguna manera moriréis.<br />
Es que Dios sabe muy bien que el<br />
día en que comiereis <strong>de</strong> él, se os abrirán<br />
los ojos y seréis como dioses, conocedores<br />
<strong>de</strong>l bien y <strong>de</strong>l mal (Gen. 3, 4-6).<br />
La Voz <strong>de</strong>l Prelado<br />
Es el grito sugestivo, y a la vez <strong>de</strong>sgarrador<br />
<strong>de</strong>l Enemigo, invitando al hombre<br />
a que se rebele contra Dios. Esa gran<br />
rebelión es el pecado que los Padres y<br />
la Tradición <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong>nominan<br />
pecado mortal, cuyo fundamento se<br />
encuentra en la soberbia humana. La<br />
ruptura con Dios, es consecuencia <strong>de</strong><br />
la soberbia que preten<strong>de</strong> hacernos y<br />
creernos como Dios, ¡es la rebelión <strong>de</strong><br />
la criatura contra su ser y su verdad! el<br />
pecado <strong>de</strong> creernos dioses ha introducido<br />
en el plan <strong>de</strong>l Dios misericordioso<br />
el hecho <strong>de</strong> la muerte. ¡El pecado es<br />
causa <strong>de</strong> la muerte!. De ahí que nosotros<br />
al reunirnos en torno al altar <strong>de</strong> la<br />
Palabra y <strong>de</strong>l Sacrificio, proclamamos<br />
la muerte y resurrección <strong>de</strong> Jesucristo,<br />
y como consecuencia <strong>de</strong> esta realidad<br />
esperamos la victoria <strong>de</strong>finitiva sobre la<br />
muerte, sobre la muerte eterna.<br />
Al celebrar la Eucaristía en la comunión<br />
<strong>de</strong> este misterio <strong>de</strong> fe y amor<br />
que es la Iglesia, estamos abriendo una<br />
puerta a la esperanza y con Ella <strong>de</strong>cimos:<br />
Creo que mi Re<strong>de</strong>ntor vive y que,<br />
al final, me alzaré <strong>de</strong>l polvo; <strong>de</strong>spués<br />
que me arranquen la piel, ya sin carne,<br />
veré a Dios; yo mismo lo veré, y<br />
no otro, mis propios ojos lo verán (Job.<br />
19, 25-27).<br />
Mis queridas Hermanas Clarisas: En<br />
las palabras que os dirigía <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la<br />
lectura breve <strong>de</strong> las II Vísperas <strong>de</strong>l Domingo,<br />
os <strong>de</strong>cía que sobre el dintel <strong>de</strong><br />
la puerta que da acceso al coro alto hay<br />
unas palabras que os recuerdan cuál<br />
es la clave <strong>de</strong>l ser humano sobre este<br />
FEBRERO <strong>2012</strong> · Boletín Oficial · 157