Febrero 2012 - Diocese de Ourense
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Iglesia Diocesana<br />
ner presente que las tierras mucho más<br />
cercanas a Roma se habían corrompido<br />
<strong>de</strong> paganismo, <strong>de</strong> pesimismo y <strong>de</strong> influencias<br />
orientales, <strong>de</strong> las cuales la más<br />
respetable era la <strong>de</strong> Mahoma. También<br />
en Francia emergió una construcción<br />
esplendorosa que brilla como las lanzas<br />
y las espadas: las primeras agujas<br />
<strong>de</strong>l gótico. Hoy observamos los grises<br />
edificios góticos que <strong>de</strong>bieron ser muy<br />
distintos cuando se alzaron, blancos<br />
y refulgentes, en los cielos <strong>de</strong>l Norte,<br />
parcialmente <strong>de</strong>corados con oro y brillantes<br />
colores; fue un nuevo vuelo en<br />
la arquitectura. Se trataba <strong>de</strong> la nueva<br />
París que <strong>de</strong>jó como legado el rey santo<br />
Luis <strong>de</strong> Francia. Se dice que cuando llegó<br />
a París le mostraron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un monte<br />
el esplendor <strong>de</strong> aquellas incipientes<br />
y nuevas agujas arquitectónicas, mientras<br />
le <strong>de</strong>cían algo así como: “¡Qué estupendo<br />
<strong>de</strong>be ser poseer todo esto!”. A<br />
lo cual Tomás solo murmuró: “Preferiría<br />
obtener ese manuscrito <strong>de</strong> San Juan<br />
Crisóstomo que no consigo”.<br />
Entre los estudiantes estaba Tomás,<br />
notorio solo por su figura alta y abultada.<br />
Se quedaba tan mudo durante los<br />
<strong>de</strong>bates que sus compañeros comenzaron<br />
a sospechar <strong>de</strong> su torpeza. Lo llamaron<br />
el “buey mudo”, siendo objeto<br />
no solo <strong>de</strong> burla sino también <strong>de</strong> lástima.<br />
Un estudiante bienintencionado<br />
le tuvo tanta compasión que trató <strong>de</strong><br />
ayudarlo hasta que se encontró con un<br />
pasaje difícil sobre el que tuvo dudas.<br />
Tomás sugirió una posible solución,<br />
que resultó ser correcta. El benévolo<br />
estudiante se quedó admirándole,<br />
168 · Boletín Oficial · FEBRERO <strong>2012</strong><br />
cambiando la ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los extraños<br />
rumores que sobre Tomás circulaban.<br />
Se ha escrito en verdad que “su amor<br />
por la verdad venció a su humildad”, lo<br />
cual bien entendido, es absolutamente<br />
cierto. El propio Alberto Magno rompió<br />
el silencio con su famosa profecía:<br />
“lo llamáis buey mudo. Pues os digo<br />
que este buey mudo bramará tan fuerte<br />
que sus bramidos llenarán el mundo”.<br />
Santo Tomás estaba siempre dispuesto,<br />
con su entusiasta humildad, a<br />
dar las gracias por todo el pensamiento<br />
recibido. Sin embargo, su propio pensamiento<br />
estaba a<strong>de</strong>lantado al <strong>de</strong> San<br />
Alberto y al <strong>de</strong> los otros aristotélicos.<br />
La rehabilitación <strong>de</strong> Aristóteles fue una<br />
revolución <strong>de</strong> gran relevancia para su<br />
época. No obstante, tuvo la buena fortuna<br />
<strong>de</strong> guarecerse bajo la sombra <strong>de</strong>l<br />
gran y <strong>de</strong>stacado fraile cuya respetabilidad<br />
era difícil <strong>de</strong> poner en duda, el<br />
culto y ortodoxo Alberto Magno. En el<br />
monasterio <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> París, don<strong>de</strong><br />
ambos amigos encontraron alojamiento,<br />
aparece otro fraile, que también fue<br />
su amigo. Se trata <strong>de</strong> San Buenaventura,<br />
el franciscano, que se hizo tan amigo<br />
<strong>de</strong> Santo Tomás, el dominico, que<br />
los contemporáneos los compararon<br />
con David y Jonatán. San Buenaventura<br />
pue<strong>de</strong> ser representado como el<br />
padre <strong>de</strong> todos los místicos, cuyo lema<br />
es “saborear y ver”, con quien también<br />
compartiría las mismas inquietu<strong>de</strong>s en<br />
la búsqueda <strong>de</strong> la verdad.<br />
Santo Tomás tenía un largo y claro<br />
pedigrí. Él mismo está constantemente