Desarrollar el sentido del humor, una misión imposible »Laura ...

la palaBra En EscEna
laura García arroyo
nació en España en 1975. Cursó
la licenciatura en Traducción
e Interpretación en la Universidad
Pontificia Comillas en Madrid.
En el año 2000 obtuvo
el Certificado de Actitud
Pedagógica (CAP) para ejercer
como docente en Lengua
y Literatura. En 2006 colaboró
con la Universidad Iberoamericana,
realizando cápsulas de radio
semanales sobre el origen
de las palabras. Ha colaborado
en diversos medios
de comunicación. Actualmente
participa en el programa
“La dichosa palabra”,
transmitido por el Canal 22.
La palabra
en escena
por laura García arroyo
Tú no te apures, mientras
la mar tenga albures.”
Una dosis de humor es una buena dieta en la vida diaria. El lenguaje se presta
mucho para provocar risas y el doble sentido es una práctica más que recurrente
para lograrlo. Así visto, idioma y humor parecen ir de la mano hacia
una gran carcajada.
Humor
Para estar de humor hay que saber qué
significa... el humor se define como un
estado de ánimo, una disposición del espíritu
o una manera de comportarse, se
entienda lo que se quiera enteder por
ello. la palabra “humor” proviene de la
palabra latina umor que signficaba “líquido”,
y es que antiguamente se pensaba
que el cuerpo humano estaba compuesto
por cuatro humores o líquidos que regulaban
los estados de ánimo: la bilis, la
CuRiosidadEs
flema, la sangre y la bilis negra. el carácter
humorístico corresponde al humor
sanguíneo. esta teoría pronto tuvo aceptación
y se siguió desarrollando entre
los filósofos y físicos de la grecia clásica,
que la adoptaron para explicar el funcionamiento
del hombre a partir de ella.
el equilibrio de todas ellas llevaría al
buen estado de salud físico y mental y al
alejamiento de enfermedades (que serían
un exceso o un déficit de alguna de
ellas, debido a la dieta y a la actividad).
toMado dEl HoMEnajE al iii conGrEso dE la lEnGua Española
señores: un servidor,
Pedro Pérez Paticola,
cual la academia española,
“limpia, Fija y da
esplendor”.
Y no por ganas de hablar,
pues les voy a demostrar
que es preciso meter mano
al idioma castellano,
donde hay mucho que
arreglar.
¿Me quieren decir por qué,
en tamaño y en esencia,
hay esa gran diferencia
entre un buque y un buqué?
¿por el acento? Pues yo,
por esa insignificancia,
no concibo la distancia
de presidio y presidió,
ni de tomas a tomás
ni de topo al que topó.
por eso no encuentro mal
si alguno me dice cuala,
como decimos Pascuala,
femenino de Pascual.
Mas dejemos el acento,
que convierte, como ves,
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