Desarrollar el sentido del humor, una misión imposible »Laura ...

un Gran autor para un Gran prEMio
Jaime alfonso sandoval
es autor de libros infantiles
y juveniles y ha ganado el Premio
Gran Angular en dos ocasiones,
la primera con la obra El Club
de la Salamandra y la segunda
con República mutante. También
ha sido ganador del premio
El Barco de Vapor con la obra
Fantasmas, espectros
y otros trapos sucios. Su obra
está conformada por más
de ocho exitosos libros.
Actualmente sigue escribiendo
guiones de televisión y tiene
en proceso más libros
para niños y jóvenes.
Cinco palabras
alrededor del humor...
¿sólo cinco? cuando me dijeron que pensara
en palabras que sirvieran como detonantes
para mi ejercicio de escritura
se me ocurrieron muchas más. Por ejemplo,
imaginé la posibilidad de hablar sobre
el color del humor, porque el humor
muda de tono: se puede volver blanco o
negro. Del mismo modo, hay chistes verdes
o colorados... Y hasta me puse a cavilar
cómo serían los chistes anaranjados
o bicolores.
también recordé que el cuerpo tiene
humores que según los viejos tratados de
medicina nos hacían tener una personalidad
y un físico característicos. recordé
las ilustraciones de los sanguíneos, los
coléricos, los flemáticos... imaginé que
los libros también podrían ser así. conozco
algunos libros más bien biliosos y muchos
de humor melancólico.
Pero de todas las palabras que me vinieron
a la cabeza, elegí sólo cinco,
las que están más cerca
de mis historias, de
mis personajes, esos seres
llenos de defectos y
anhelos, que a pesar de
sus desventajas buscan
mejorar el mundo, o al menos
su propio mundo.
por jaime alfonso sandoval
El humor muda de tono: se puede volver blanco
o negro. Del mismo modo, hay chistes verdes
o colorados...”
Dicen que para hablar del humor hay
que ponerse muy serios. no hay que darle
más vueltas al asunto; empecemos.
Tono
Yo nunca me propuse a escribir con humor
ni ser “chistoso”. la verdad es que
me salió sin pensarlo. Hace muchos
años, cuando estudiaba en la escuela de
escritores de la sociedad general de escritores
de México, en un taller literario
me tocó leer un cuento que había escrito,
y que según yo era terriblemente
triste. Pero cuando lo leí, todos mis compañeros
estaban divertidísimos riendo a
carcajadas, al final hasta yo. al maestro
incluso se le salieron las lágrimas.
Después entendí lo que había pasado:
en algún momento de mi tristísimo relato
salió mi verdadero tono. creo que todos
los escritores tenemos algo que define
la manera de ver el mundo: se le
puede llamar nuestro tono. el
mío usa humor, ironía, la risa
franca... siempre he pensado
que el mundo es complicado,
y a veces muy
duro, como para
tomarlo siempre
tan en serio.