Tratado sobre las costumbres humanas - Biblioteca SAAVEDRA ...

Biblioteca SAAVEDRA FAJARDO
de Pensamiento Político Hispánico
Francisco López de Villalobos,
Tratado sobre las costumbres humanas.
sino saber artículos para renegar dellos; y ay entre ellos tan exquisitos y tan espantables
géneros de blasfemia, que son para pasmar a los oyentes y hazer horror y
encrespamiento de los cabellos. ¡Oh abominable y nefando menosprecio de Dios! ¡Oh
absurdísima y nunca bien castigada trayción, cometida desvergonçada y públicamente
contra el rey de todos los reyes, contra el Emperador de todos los cielos y la tierra,
contra quien nos dio ánima intellectiva y doctrina evangélica para podernos salvar y
llevar consigo al cielo, contra quien nos quiso y nos quiere más que a su vida, y más que
a su honrra, y dio en rescate y precio nuestro la vida y la honrra en la cruz, donde quiso
morir cruel y deshonrradamente. contra quien nos da de comer y de vestir, y nos llama y
nos acoge cada día que le queremos buscar! ¿A este maltratamos con desenfrenadas y
malditas lenguas? ¿Contra este descargamos nuestras diabólicas yras? ¿A este nos
atrevemos? ¿Por qué no nos sorbe luego la tierra? ¿Por qué no nos da luego el castigo
que merescemos? Antes por ello le devíamos más venerar y amar que sufre nuestras
pasiones y nuestros ímpetus, que no quiere que nos perdamos, sino que bueltos en
nuestro juycio y en mejor acuerdo conozcamos nuestras flaquezas, y le pidamos perdón
y misericordia. Otro si los príncipes suffren los adulterios de los soldados. ¡Oh quántas
mugeres casadas, honestas y devotas han forçado en la desenfrenada furia de los sacos!
Y por más acrescentar la torpedad del deleyte, acuerdan de hazerlo en presencia de sus
maridos, y quanto los tristes pacientes más se deshazen en lágrimas, tanto es mayor su
plazer y su palacio y chocarrerías, para más acrecentar el dolor en quien lo padece. ¡Oh
miserables casos de fortuna y permisiones grandes de Dios para que desamemos y
tengamos aborrescimiento a las cosas desta infelicísima vida, y pongamos en la otra
todo nuestro caudal, y todos nuestros negocios, pues que en ella no ay ni puede aver
semejantes ladrones! ¡Oh quántas así mismo donzellas honrradas y muy guardadas, con
destruyciones y muertes de sus padres han sacado estos, y puestas al público burdel las
hazen ganar dineros para ellos! Todas estas cosas y otras muchas se amontonan y cargan
sobre la cabeça de los príncipes que son principio y origen del escándalo; y creo yo que
si bien considerasen al comienço todos estos daños, menos vezes y con más dura
deliberación se levantarían a las armas.
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