Las primeras telas de Vicente y Simonetta - Museos de Buenos Aires

Mexican Stamp Designs” de F. V. Field, de la sempiterna Editorial Dover, y no lo pensamos mucho. Podíamos
tomar de allí diez diseños libremente y así lo hicimos. Tuvieron mucho éxito pues llenaban un vacío que
existía desde hacía mucho: las telas para ambientaciones masculinas. Era difícil no caer en un escocés
o en algún rayado de telar a la hora de poner un despacho o un dormitorio para los hombres argentinos,
tradicionalmente muy –y hasta demasiado- conservadores.
Desde el principio usamos tonos de ocres, tierras, algún burdeos. Muchos pigmentos fueron enriquecidos
con minerales molidos u óxidos que tomábamos prestados al arte cerámico gracias al “pasado ceramista”
de Vicente. La basta textura del algodón o el lino de fondo resistía casi cualquier agregado no ortodoxo.
Teníamos muestras de colores tomadas de los cerros de Purmamarca y Tilcara, localidades de la Provincia
de Jujuy y a ellos nos atuvimos. De todas formas, y todo hay que decirlo, estos diseños no nos produjeron el
entusiasmo de los Tradicionales y los Toiles de Jouy y fuimos sorprendidos, una vez más por la extraordinaria
acogida que tuvieron.
Estos motivos mejicanos son muy antiguos, algunos de antes de la era cristiana. Fueron grabados en
tablillas de arcilla encontradas en tumbas y sitios arqueológicos. A primera vista, diríamos que se trata
de pintaderas, moldes usados para estampar textiles. Su dibujo, su escala y en especial el hecho de que
muchos conforman un pattern continuo así lo sugieren. Los ejemplos que sobrevivieron a la humedad del
clima son tejidos y no aparece una sola tela estampada en las innumerables figurillas y objetos cerámicos
que ilustran todos los aspectos de la vida cotidiana. Es menos aventurado suponer que estas tablillas
portátiles fueran una especie de imprenta de la época. En poder de brujos y chamanes, los diseños pueden
haber sido reproducidos sobre papel de corteza de árbol y ofrecidos propiciatoriamente a las deidades que
representan. No olvidemos que algunos pueblos de la antigüedad tenían una idea panteísta del universo y
sentían la necesidad de presionar sobre las fuerzas naturales —agua, tierra, sol— para conseguir su favor y
lograr que el ciclo vital se mantuviera constante. La gran mayoría de las tablillas proviene de Cuitzeo, sitio
arqueológico hasta hoy poco conocido, situado al Norte de la actual Michoacán. Los motivos representados
son muy diferentes unos de otros. Algunos sugieren el movimiento del agua, en otros aparecen flores muy
sintetizadas, un tercero representa la figura humana con curiosa cabeza triangular, una guarda de aves
poco identificables recorre un cuarto...
En el Museo Textil de Terrassa, existe una tela hecha años después, en 1987, cuando nuestra libertad para
recrear y combinar elementos era mayor. Es una pieza única en la que conviven dos motivos diferenciados
por el color y unificados por algunas pinceladas a mano alzada en color fucsia.
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