Padre Melvin Doucette – Mensajes 2012 - Apariciones de Jesús y ...

llegando, os halle a vosotros no cual quiero, y vosotros me halléis a mí cual no queréis; temo
que halle entre vosotros contiendas, emulaciones, enojos, riñas, maledicencias,
murmuraciones, engreimientos, alborotos. Temo que, en llegando otra vez, me humille mi Dios
ante vosotros y tenga que llorar por muchos de los que antes habían pecado y no hicieron
penitencia de la impureza y fornicación y disolución a que se entregaron.”
Queridos amigos,
Siempre estoy necesitado de ayuda financiera para pagar mis cuentas. Tengo algunas que son
urgentes. Si alguien puede ayudarme se lo agradeceré infinitamente.
(A continuación encontraréis el Mensaje de Nuestro Señor y Redentor entregado al padre
Melvin. Jesús le habló con estas palabras:)
“Estáis todos llamados a amar, Mi hermano Melvin y todos Mis hermanos dispersos por los
países del mundo. Lo importante es el amor desinteresado a través del cual amáis a los
que encontráis como si cada uno fuera Yo, vuestro Salvador. Decidles que los amáis y
demostradles a través de vuestras acciones que verdaderamente los amáis. Hoy en día hay
mucho amor egoísta. La gente os ama por lo que puede obtener de vosotros. Esto no es lo que
debe hacer un discípulo Mío. Jamás deberíais aprovecharos de otra persona en beneficio propio.
Si tenéis problemas, ellos os ayudarán: eso es lo que debe hacer todo cristiano. Os he dicho
en el Evangelio que ayudéis a los pobres, a los enfermos, a los niños y a los ancianos.
Toda persona que sufre se identifica Conmigo, vuestro Hermano. Por lo tanto, si los
ayudáis, es a Mí a quien estáis ayudando. Os bendeciré y recibiréis de Mí dones especiales.
San Pablo no quería imponerse a la gente que visitaba. Ni siquiera les pedía comida. Trabajaba
duro para tener dinero para comprar lo que necesitaba, pero estaba siempre dispuesto a
ayudar a los pobres y a los enfermos. Os bendigo y os considero Mis amigos.”
Padre Melvin
Miércoles, 18 de julio de 2012
“Fidelidad al Evangelio."
Lectura de la Epístola de San Pablo a los Gálatas 1, 6-17:
“Me maravillo de que tan pronto os hayáis pasado del que os llamó por la gracia de Cristo, a un
evangelio diferente. No es que haya otro evangelio, lo que hay es que algunos os alborotan y
pretenden desquiciar el Evangelio de Cristo. Pero, aun cuando nosotros o un ángel bajado del
cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema. Lo que
antes os hemos dicho, ahora lo digo de nuevo: ‘Si alguno os anuncia un evangelio
diferente del que recibisteis, sea anatema.’ ¿Trato quizá de conciliarme el favor de los
hombres o más bien el de Dios? ¿O busco complacer a los hombres? Si yo tratase de complacer
a hombres, no sería siervo de Cristo.
Porque os hago saber, hermanos, que el Evangelio predicado por mí no es de inspiración
humana; pues no lo he recibido ni lo he aprendido de hombre alguno, sino por revelación de
Jesucristo. Vosotros habréis oído hablar de mi conducta otro tiempo en el judaísmo: cómo con
gran furia perseguía yo la Iglesia de Dios y la devastaba; y en celo por el judaísmo aventajaba
a muchos de los coetáneos de mi nación, siendo excesivamente celador de las tradiciones de
mis padres. Mas cuando plugo a Aquel, que me reservó para sí desde el seno de mi madre y
me llamó por su gracia, revelar en mí a su Hijo, para que le predicase a los gentiles, desde
luego no me preocupé de aconsejarme con la carne y la sangre, ni subí a Jerusalén para ver a
los que me precedieron en el apostolado, sino que me retiré a la Arabia, desde donde volví otra
vez a Damasco.”
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