Yugos para tres vacas. Una técnica desaparecida de ... - CEDDAR
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Ager 5 30/7/04 10:22 Página 172<br />
<strong>Yugos</strong> <strong>para</strong> <strong>tres</strong> <strong>vacas</strong>. <strong>Una</strong> <strong>técnica</strong> <strong><strong>de</strong>saparecida</strong> <strong>de</strong> doma <strong>de</strong>l ganado vacuno en la Sierra Norte <strong>de</strong> Madrid<br />
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arar “a junto”, sin <strong>de</strong>jar lomos ni surcos, o sea la forma <strong>de</strong> sembrar el centeno y el<br />
inmediatamente mayor se empleaban <strong>para</strong> “rejacar” trigo. En algún caso podía no<br />
existir alguno <strong>de</strong> los tipos citados, como sucedía en Serrada <strong>de</strong> la Fuente, don<strong>de</strong> nada<br />
más que tenían dos mo<strong>de</strong>los: el <strong>de</strong> arar, que servía tanto <strong>para</strong> trigo o centeno, como<br />
<strong>para</strong> patatas, y el <strong>de</strong> carro, que se usaba, a<strong>de</strong>más, <strong>para</strong> arar las patatas con posterioridad<br />
a la siembra. En cuanto a los tamaños, tampoco estamos <strong>de</strong> acuerdo en que el<br />
yugo <strong>de</strong> carro sea el mayor; ya que este lugar le correspon<strong>de</strong> claramente al yugo con<br />
el que se aran los terrenos <strong>de</strong>dicados a patatas.<br />
5. La doma <strong>de</strong>l ganado vacuno<br />
en la Sierra Norte <strong>de</strong> Madrid<br />
La edad <strong>para</strong> comenzar a domar a las novillas solía ser algo variable, en función<br />
<strong>de</strong> la necesidad que se tuviera <strong>para</strong> reemplazar a uno o a los dos animales que integraban<br />
la yunta. Junto a este factor, digamos externo, en cada localidad existía una<br />
edad teórica que era conveniente aprovechar. Ésta variaba entre los dos y los <strong>tres</strong> años.<br />
La mayoría <strong>de</strong> los pueblos han optado por los dos años y medio (Horcajo <strong>de</strong> la Sierra,<br />
Robregordo, Aoslos, Braojos –“antiguamente” se domaban con más edad–, Berzosa <strong>de</strong><br />
Lozoya) o los <strong>tres</strong> (La Serna <strong>de</strong>l Monte, Prá<strong>de</strong>na <strong>de</strong>l Rincón, Manjirón, La Acebeda,<br />
Serrada <strong>de</strong> la Fuente, La Puebla <strong>de</strong> la Sierra, Pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Buitrago, Horcajuelo, Madarcos<br />
y Montejo <strong>de</strong> la Sierra), quedando sólo Gandullas y Robledillo <strong>de</strong> la Jara a la hora<br />
<strong>de</strong> señalar los dos años como edad idónea.<br />
En ocasiones, la elección <strong>de</strong> una edad <strong>de</strong>terminada está motivada por algún<br />
tipo <strong>de</strong> argumento lógico que la avala. En Aoslos, aunque se comenzaba a los dos años<br />
y medio, no entraban en la yunta hasta los <strong>tres</strong> ya que sólo a partir <strong>de</strong> esa edad se<br />
consi<strong>de</strong>raba que la cornamenta podía resistir el esfuerzo. Esta misma razón nos fue<br />
dada en La Puebla <strong>de</strong> la Sierra: hasta los <strong>tres</strong> años “la cuerna no estaba acepada” o<br />
“estaba muy tierna” (Montejo <strong>de</strong> la Sierra). Otro argumento, proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Manjirón,<br />
e interesante por lo que diremos luego, es que no se podían domar novillas con más<br />
<strong>de</strong> <strong>tres</strong> años porque “cogían resabios”, que dificultaban su doma. No obstante, como<br />
siempre, no hay una afirmación sin su contraria, y así, en Pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Buitrago, nos<br />
comentaron que aquellas personas que no tenían necesidad <strong>de</strong> recambio urgente <strong>para</strong><br />
la yunta podían retrasar el inicio <strong>de</strong> la domesticación hasta los cuatro años; más a<strong>de</strong>-