Capítulo XIII - Bicentenario

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y velas fueron robadas por los quo quisieron cogerlas.
Nuño de Guzman y sus dos compafleros, no ambiclo-
nando otra cosa que atesorar riquezas, hcterori a un lado
todos los deberes hácia el rey, la humanidad y la justi
cia, para entregarse por completo a la adquisicion de
grandes tesoros. 'Fenian para poder alcarizar el objeto que
se liabiari propuesto, un intérprete 6 nahuatlato de los
indios, que les servia satisfactoriamente. So liarnaba ese
intérprete de los nativos Garcia del Pilar, y por su con-
sejo rnandaron a todos los caciques quo se presentasen en
Méjico, para tratar de algunas cosas importantes. Como
era costunthre de los caciques 11ev-ar siempre ailgun regalo
A las autoridades, desde sus mas remotos tiempos, Nuflo
de Guzman y sus dos compaheros, recibieron valiosos oh-
sequios que aumentaron su codicia. Contentos del brillante
resultado del ilamamierito, lorepitieroti diversas ocasiones;
PiIar, dice el obispo Zumárraga, era quien los recibia;
desgraciado del que venia con las manos vacias y no era
del santo bautisino de lo quo entonces se los hablaba ryan
gusto les saliO este arbitrio que lo repitieron varias veces.>
F:1 rey do Michoacan, Francisco Caltzouzi, fué quien en-
viO mas valiosos presentes de oro y plata, siendo Su generosi
dad el orIgen de su clesgracia. Daspertada la codicia
de Nuflo dc Guzman eon Ia vista do los ricos metales, so
propuso sacar todo ci provecho do la buena disposicion
que el monarca miehoacano manifestaba de servir a la.
corona. Para conseguir su objeto, Ic hizo liarnar, dicién-
dole quo tenia que cornunicarlo algunas cosas importarites.
El rey Caltzonzi se presentO al presidente, lleváridole un
esplOndido regalo. Nuflo de Guzman hizo entonces que