Capítulo XIII - Bicentenario
Capítulo XIII - Bicentenario
Capítulo XIII - Bicentenario
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CAPITULO <strong>XIII</strong><br />
Liega Cortés a Espaila.—Muere Gonzalo de Sandoval. —Casual encuentro de<br />
(?ortós y de Pizarro en hi Rávida.—l3rilIante recepeion que la corte hace a<br />
Cort6s.—E1 monarca da Is Cortés el tItulo de Marques del Valle de Oajaca.—.<br />
Varias concesiones que le hace y pueblos que le (la en seftorlo.—Le coufirma<br />
el nombramiento de capitan general de la Nueva-Espafia.--El Papa concede<br />
a Cortés ci patronato del hospital de Jes(is.—Se casa Cortés con la hija del<br />
conde de Aguilar.--Llega a Méjico la Real Audieucia.—Iristrueciones que<br />
se le dieron.—Conducta reprobable que observd.—Se apodera de los bienes<br />
que Cortés tenfa en la Nueva-Espafla.----Que en Inglaterra se hacian eselavos<br />
y se mareaban con hierro candente,—Providencias del monarca en favor<br />
de los indios.—Nombra el rey a Fray Juan de Zuniftrraga, obispo de Méjico.<br />
—Arbitrariedades y excesos cometidos pot' Ia Audiencia.—Aetos contra los<br />
religiosos quo defendian en el pülpito los derechos de la humanidad. La<br />
Audiencia hace qUo se eleve una solicitud pidienclo que no vuelva Cortés a<br />
Méjico.—Los O1)i81)OS y los religiosos, asf como otros nauchos espafloles, pia<br />
don al rey que quite ci mando a la Audiencia—Parte Nufto de Guzman a<br />
la conquista de Jalisco.<br />
1528 y 1529<br />
La navegacion de Flernan Cortés fué de las mas felices.<br />
Favorecido por un viento bonancible y constante, Ilego<br />
A deseubrir las costas de la madre patria, sintiendo, al<br />
verlas, esa dulce emocion que no es Liable describir, y que<br />
1!'<br />
I'l<br />
I
44S HISTORIA DE MEJICOe<br />
intentarlo seria profanar ci sentimierito mas ptiro y noble<br />
del alma.<br />
Era Pri bS [)riineros Was del rnes do Alayo de 1528.<br />
Los iJOS velefos barcos, pasando Ia barra de Salles, en-<br />
traroii a los cuarenta y Un dias de navegacion, al pequeflo<br />
puerto de Palos, el mismo en donde treirita y c'ineo aims<br />
antes hahia desezubarcado CristObal Colon, de vuelta de<br />
Sn (lescubrimiento del Nuevo Mundo. Al pisar el suelo<br />
natal, liernan Cortés y los que con él iban hincaron en<br />
tierra Ia rodilla, y aizando las manos al cielo, dieron<br />
gracias al rfodopoderoso por el feliz viaje que les habia<br />
concedido.<br />
Entre los caballeros que se hallaban al lad.o de Cortés,<br />
se veia a Gonzalo de Sandoval, que Ilegaba algo erifermo<br />
de calenturas. El vahente capitan que se habia distin-<br />
guido por su prudencia, su uidelidad y su esfuerzo en ]as<br />
rudascampaflas de hi Nueva. Espafla, ilegaba falto de sa-<br />
lud M pals en que Itabia 'visto la primera luz del sol. Xe-<br />
cesitando reposo y ponerse on cura, se alojo on casa do<br />
Un cordelero do jarcias y cables, pues no prestaba ci cor-<br />
to pueblo de Palos grandes recursos iii cornodidades al<br />
viajero. Inrne(liatamente se le dispuso una cama para que<br />
descansase, y se arreglaron las habitaciones destinadas<br />
para éI.<br />
Ekrnan Cort6s, con el fin de encontrar nfl local mas<br />
cOrnodo para su inumerosa comitiva en tanto que daba<br />
aviso al rey de su ilegada, dejO a 'Sandoval al cuidado de<br />
sus enados, y se dirigiO con los demas companeros de<br />
'viaje, al convento do franciscanos de Santa Maria do la<br />
Rãvida, en que se alojO Cristobal Colon cuando marcho
IT<br />
CAPITUL() XJII. 449<br />
do Portugal a proponer a Isabella catolica el .lescubri-<br />
iento del Nuevo Munclo.<br />
m<br />
El convento tie Li Rávida estaba a coda cTistancia de<br />
Palos, y pronto Ilegaron los viajeros al amplio monasterip<br />
doride fueron recibidos con ]as dernostraciones nias seflaladas<br />
do aprccio.<br />
Mientras los religiosos so e.sineraban en obsequiar a sus<br />
ilustres liuOspedes, el cordelero de Palos, donde habia<br />
quedatlo entkrmo Gonzalo de Sandoval, proyeetahn una<br />
accion indigna contra su ah)jado. Ilabia visto colocar ã•<br />
los criados dcl doliente eapitan, trece harras de oro en una<br />
area hue colocaron en el mismo cuarto. La vista del rico<br />
metal despertO Ia codicia del cordelero, y esperO tin momento<br />
favorable para poner en obra el plan pie se hahia<br />
propuesto. La enfermedad de Sandoval habia tornado Asir"<br />
nwiDtes proporciones, y el enfermo se hafiaba sin fuerzas<br />
3? easi cadavOrico. El cordelero, rnanifestándose ulteresa(Io<br />
en su salu(1, les dijo 5 sus criados que corriesen irimediatamerite<br />
a la Rávicla y dijesen a Cortés quo Sandoval so<br />
hallaba en extrema gravedad y quo fuese a verle. Los<br />
criados que, con efecto, veian inao a su capitan, salieron<br />
hâcia el convento. El cordelero al verse solo, so dirigiO<br />
al sitlo en quo estaban las barras y ]as sacO del cofre, a<br />
presencia (IC Sandoval que, no terilendo Cueizas para nioverse,<br />
se viO precisado a guardar silencio, temiendo que<br />
el criminal le asesmase. Heriian Cortés al saber ]a gravedcii<br />
en que se hallaba su leal amigo, marchO innediatamente<br />
ii Palos, para aconipañarle en sus i'iltimos mornentos.<br />
El cordelero de jarcias se habia fugado mitre tanto a<br />
Portugal lievaridose las ti-eec bartas (lie øro. Corts, al vet<br />
ToMo IV 57
4 5 0 HISTORIA DE MEJICO.<br />
Ia gravedad de su amigo, no se liegO a separar ni un solo<br />
instante (lie su lado, cuidándole con un cariflo fraternal.<br />
Gonzalo de Sandoval, viendo que se acercaba ci término<br />
de su vida, se dispuso 6 Ia muerte con piedad y resigna-<br />
cion cristianas. RecibiO con fervor los auxilios que al mo-<br />
ribunclo presta la religion católica, y espirO con trariquili-<br />
dad, despues de haber dejado en•su testamento, por alba-<br />
cea, a Cortés, y por herederas a sus hermanas. Asf muriO,<br />
a la beila edad de treinta y tin aims, uno de los capitanes<br />
was caballeros y valientes que pasaron 6. la Nueva Espa-<br />
na. Pertenecia a uria familia distinguicla, y habia nacido,<br />
comb Cortés, en Medellin. Era hombre de sencillas cos-<br />
tumbres, desinteresado y franco, prudente en el consejo y<br />
fuerte en los combates. La pintura pie el sincero Bernal<br />
Diaz del Castillo hace de él , no puede ser mas honrosa para<br />
Un militar. En todos sus actos revelO siempre que su (ii-<br />
ca aspiracion era la de alcanzar la giloria do un buen sol-<br />
dado. Hernan Cortés dispuso que sus exequlas se celebra-<br />
Sen COfl toda solemnidad, y su cadaver fué sepultado en el<br />
monasterio de la Rávida, a donde fuó conducido por algu-<br />
nos de sus fieles soldados y acompañado de su querido<br />
general. Hernan Cortés sintiO profundamente la muerte<br />
de su leal amigo, y tuvo este motivo mas para el luto que<br />
yestia por SLI padre y por su esposa.<br />
Durante los (has que Hernan Codes permaneciO en el<br />
convento de la Rávida, Ileg6 al mismo morìasterio don<br />
Francisco Pizarro, que iba a embarcarse on ci puerto de<br />
Palos para emprender la conquista del Peru. El segu'ndo<br />
iba a dar principio a una empresa gigantesca, cuando ci<br />
primero habia dado dma a la que se tenia como fabulosa.
IL<br />
-'I<br />
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t•YI<br />
CAPfTULO <strong>XIII</strong>. 451<br />
. . . .<br />
Alli, en el mismo sitm en que Colon rnanifest.O a Fray<br />
Juan Perez de Marchena su coiiviccion de la existencia<br />
de Un Nuevo Mundo, se hallaban los dos hombres ex-<br />
traordinarios que representarori los primeros papeles en el<br />
teatro de la America. Ambos eran antiguos amigos, pues<br />
Be conocieron en la isa de Cuba, y aun existia entre ellos<br />
parentesco, pues Ia madre del conquistador Lie Méjico era<br />
Pizarro 3,' Oreilana. Otra coineidencia rara hace singular<br />
aquella casual reunion. Entre los individuos de ha comitiva<br />
de Cortés se hallaba Juan de Rada, quien pasando mas<br />
tarde al Peru, y tomando parte en las an ilaciones suscita-<br />
das mas tarde en aquella parte de la America, siguiO el<br />
particlo de los Airnagros, y para verigar Ia muerte de don<br />
Diego, se hizo jefe do la conspiraciOn contra Pizarro a<br />
quien quitO la vida. AsI bajo las bOvedas de aquel modes-<br />
to monasterio donde se albergO el descubridor del Nuevo<br />
Mundo, se hul1aban el hombre que acababa de agre-<br />
gar a Ia corona de Espafla, el Norte de las 'vIrgenes<br />
regiones de aquel rnisrno mundo; el que poco después afla-<br />
diO el Sur, notable por las aurIferas minas de su suelo, y<br />
el que habia de matarle despues de las terribles vicisitu-<br />
des pasadas para el logro de su empresa.<br />
Descie el momento quo Hernan Cortés liegO a la Rávi-<br />
da, escrihio a ]a corte anunciandole su Ilegada. La sor-<br />
presa que causO esta noticia, es indescriptible, por la ra-<br />
zOn de que nadie la esperaba. Toclos habian estado en la<br />
creencia de que seria preciso usar de la fuerza para hacer<br />
salir de Méjico al conquistador, y no pudieron menos quo<br />
sorprenderse al verlo presentarse espontánearnente para<br />
desvanecer los cargos quo se le hacian. El hombre a quien
1<br />
'-1<br />
S<br />
HISTORIA. DE MEJICO.<br />
se le liahia piritado dispuesto a oponerse a las (lis l ioHelones<br />
reales, roferentes a resilericiarle, ilegaba cuamlo no<br />
habia salido aun de Espana la Audiencia encargada del<br />
guhierno de Méjico y de juzgarie. El Paso (lado por Cot'tés,<br />
era la contestacion mas elocuente con que j)oclia contestar<br />
a los quc le acusaban de estar resuelto a no ceder<br />
el inando de Ia Nueva Espana a nirigun otro. Su ilegada<br />
le vindicO a losojos del monarca y de Ia nacion, y sirviO<br />
tie flO1)1E3 contestacion a ]as calun)nlas de sus enenugos.<br />
Las riuhes de Ia sospecha se desvanecierou, y ci soberano,<br />
110 dudando ya de la fidelidad dcl hombre que le habia<br />
dade nunierosas a)' Pleas prOVilaCiaS, diO Ordenes para que<br />
en todos los lugares (le su tránsito, fuese recibido y ol)se-<br />
(jwaclo coz.ino corresporHha al distiriguido rnárito quo hal)ia<br />
contraido eon sus notables servicios a la corona. La noticia<br />
de su ilegada se habia extendhlo con rapidez &éc'triea<br />
de Un extremo al otro de la. peninsula. La faina liahia<br />
i'egonado sus preelaras hazanas, y el nombre de Curtes<br />
era proiiunciado con entusiasmo por todas ]as elases dc Ia<br />
sociedad.<br />
El afamado general, despues (le despedirse do los modestos<br />
iieligiosos de la Ravida y de orar jutito a bet tumha<br />
do sa quendo amigo Gonzalo de Sandoval, ernprendiO su<br />
; Tiaje al interior, aconlparla(la do su lucida cornitiva. La<br />
geute ansiosa de conocer al llornl)rc cuyos hechos excedian<br />
a los fantásticos de las leyenclas caballerescas, acuclia<br />
do todas panes a verb. Los catnitios por doride tenia<br />
que 1)asar, se hallaban eubiertos pot' la multitud de iridiiduus<br />
do todos sexos y eIades que acudian de las &deas<br />
prOxiInas. En las polilaciones del trinsitu el gentlo era<br />
C
-<br />
(JA I-'li i: L() Xlii. 453<br />
innieliso. Las casas y loS balcoies se aiquilaban a pl'ecios<br />
subidos, y se levantarori tablados a uno y otro lado de las<br />
calles para que los ansiosos espectadores pudierari fljar Ia<br />
sta en el Iiároe cpie, Slfl auxzlio ningurio do ha corona,<br />
habia agregatlo aurIferas St extensas pi"ovincias at cetro.de<br />
Castilla. Homan Cortés no ostentaba lujo en el tnije quo<br />
vestia. Gustaba de la sencillez y de Ia elegancia, y mar-<br />
cliaba con mi vestido de graciosa heehura pie realzaba<br />
las varornles forinas do su airoso cuerpo. El pñblico, agol-<br />
paudose por todas partes, to victoreaba con entusiasmo, y<br />
miraba con agradable sorpresa el extrano y caprichoso<br />
traje tie los nobles iiados que daban al espectaculo un<br />
tiiite novelesco. No par:cia SU entrada, como dice un art-<br />
tigU() historiador, la de un gran vasallo, sino que diegaba<br />
(le las Indias con el acompañarniwilo y inajestad de unì<br />
emperador<br />
ilernan Cortás SO dirigid dc la Rávida a los befl.os es-<br />
tad.os del duque de Medinasidonia quo le recibiO con cx-<br />
traorditiario agrado. Despues Lie haber pasado algunos<br />
Was en su .compañia, recihiendo vu trato magnuuico, con-<br />
tinuO su viaje, dirigiéndose, pm' acto de devociOn, at mo-<br />
iiasterio de Nuestra Senora de Guadalupe. hi duque, at<br />
despedirse, le regalO unos excelentes caballos andauces y<br />
le hizo los aias lisonjeros oCreclinientos.<br />
La casualidad liizo (jtiC Cfl los mornentos que Itegaba at<br />
(2)
4 t4 HISTORIA DE MEJICO.<br />
monasterlo de Guadalupe se hallase en el doña Maria do<br />
Mendoza, mujer de Francisco (le los Cobos, comendador<br />
mayor de Leon y gran privado del eniperador Cérlos V.<br />
En flha do compa<br />
ilustre dama se hallaba mm hermana<br />
sup, jOven do singular helleza, y algurias otras senoras<br />
tie disttnguüia cuna.<br />
Ifernari Cortés, al saber que se ericontraba alli la espo-<br />
sa del alto personaje quo ocupaba ea la corte el lugar 1-<br />
mero entre Jos amigos del monarca, se dirigiO a visitarla,<br />
para ofrecerla sus servicios. El firm y respetuoso trato<br />
del general, su coriversaciOn amena, fácil y variada, sus<br />
finos motlales, en que so veian asocla(ios Ia digrndad que da<br />
la costumbre del mando, con h afabilidad y respetuosa<br />
franqueza del hombre sin vanitlad y sin orgullo, causaron<br />
una iwprcsion favorable en la ilustre dama y sus amigas.<br />
El general aprovechO aquella favorable ocasion para ha-<br />
cer gala desu Iliberaildad, y se mostrO espéndido, vega-<br />
lando exquisitas ,joyas do oro a las ilustres darnas, decli-<br />
cando las mas notables a la esposa del comendad.or. Las<br />
finas atenciones del general, hijas de sus hidalgos senti-<br />
mientos y do rnnguna manera de la baja adulacion, I ue-<br />
ron apreciadas en su justo mérito por las obsequladas da.e<br />
m as, als<br />
cuaes escribieron a la corte, que se hallaba en<br />
Toledo, eartas altamente favorables a Cortés, que le<br />
prepararon un acogirniento verdaderamente notable en<br />
ella . La escrita por doña Maria de Mendoza, produ-<br />
jo un efecto admirable en ci ãnimo de Jos quo Ia le-<br />
yeron. El comendador, coritento de lo que su esposa le<br />
comunicaba, se presento al rey con Ia earth, y le supli-<br />
cO quo en todo favoreciese al leal vasallo quo se habia dis-
tiUr_: : !<br />
jF J )f<br />
viclos a la corona.<br />
APfTL'LO <strong>XIII</strong>. -155<br />
JJ•)j , fldeUdaI al rnonarca y' sus ser-<br />
Curnplidos con los deberes del catOlico y del caballero,<br />
Ilernan Cort.és se dirigiO del rnonasterio de Guadalupe<br />
a Toledo, donde, como lie clicho, estaba entonces la corte.<br />
Un inmenso gentlo salió de la poblaciOn a esperar al<br />
general castellano al saber que so aproximaba. El duque<br />
de Béjar, el condo, de Aguilar, y otros grandes señores<br />
coil toda la nobleza, marcharon a recibirle a las 1)uertas<br />
de hi ciudad, y le acompaflaron al suntuoso alojarnierito<br />
que ci monarca habia nmndado disponer.<br />
Estos mornentos debieron ser los mas gratos que disfru-<br />
to en su vida el conquistador de Méjico. Aquella recep-<br />
crnn en que el pueblo eritero y la nobleza le manifes-<br />
taban lo mueho en que estirnaban sus hechos y sus<br />
liazanas, era la recompensa mas satisfactoria a sus ser-<br />
'Ticios.<br />
Al siguiente dia fué recibido en audiencia por el em-<br />
perador. Hernan CortOs, al presentarse a Ia presencia del<br />
moriarca , hinco la rodilla en tierra , pero Cárlos V le<br />
mandO levantar, y escuchO con agrado la interesante re-'<br />
lacion quo ágrandes rasgos le hizo de sus servicios en la<br />
Nueva Espana. Terniendo cansar la atencion del monar-<br />
ca, lie enftegO un memorial, en donde, despues do referir<br />
todo lorelativo a los palses que habia agregado a la coro-<br />
na de Castilla, se quejaba de los mjustos agravios que le<br />
habian inferido en Méjico los ouiciales reales Salazar y<br />
Chiririos , perjudicándole on su honra y sus intereses,<br />
rnostránclose igualmerite ofendido del tesorero Estrada,<br />
que habia tratado do humillarle y escarneceHe. El rey
456 HISTORIA DE MIJICO.<br />
quedO rnuy satisiecho de CorLés, y sintió profunila satisfac-<br />
cion at ver deshechos los cargos con pie Ia enemistad y<br />
la envidia do sus émulos habian tralado de empaflar Sn<br />
nombre. En las subsecuentes conversaciones que Carlos V<br />
tuvo COil el general, le consultaha con frecuencia sobre<br />
los puntos mas importantes para el buen gobierno de<br />
la Nueva Espana, y rnuy espeidalinente sobre todo lo que<br />
pudiera hacerse en then dc los inthos y por el adelanto de<br />
la indusiria interior del pals. El monarca habia examina-<br />
(10 deterudarnente las telas, mosaicos y obras de joyerIa<br />
que le presentO Cortés, y se forrnO un concepto ventajoso<br />
de la inteligencia (le los naturales. Como si tratase 4*3<br />
reparar la injusticia de haber dudado de hi lealtad de tin<br />
hombre en quien vela la fidelidad y la nobleza, aprove-<br />
chaba las oportunitlades pie se le presentaban, pai'a iim-<br />
nifestarle la eonfianza que de 61 tenia. Cuando se presen-<br />
taba en 1iublico, sieropre Ilevaba a Cones a su lado, y en<br />
todas partes to distingiiia. Bernal Diaz del Castillo reile-<br />
re un hectio que revela la preferencia que Càr!os V La-<br />
cia del conquistador do Méjico sobre los graudes (le,<br />
corte.<br />
Uri domingo en que el monarca se hallaha oyendo misa<br />
mayor con to mas granaulo do la corte, llegO Hcrnan Cor-<br />
tés poco despues, cuando todos permaneciari en sus sitios,<br />
y pasando por delante (le ellos, fué A sentarse, poi' mail-<br />
dado del nionarca, junto at conde de Nassau, Principe<br />
soberano de Alernania, que ocupaba el asiento inmediato<br />
at del emperador. No dejO esto de excit.ar los celos y Ia<br />
crilica do los grandes; critca y celos que desvanecieron<br />
el duque de Béjar y ci conde de Aguilar, liaciéndoles ver
;I<br />
l 1<br />
.<br />
CAPITULO <strong>XIII</strong>. 4 53<br />
que (:ortes no habia obrado por voluntad propia, sino por<br />
disposicion del monarea. En nada sin embargo se manifes-<br />
to de una manera mas patente ci aprecio de Carlos V a<br />
Cortés, que en el caso que -tToy a referir. Pocos dias des-<br />
pues de haher ilegado ci general a Toledo, cayo grave-<br />
mente enfermo, haciendo temer a todos por su vida. El<br />
rey, acompariatlo de la grandeza, fuó a visitarle a su alo-<br />
jarniento. Esta distincion fué mirada en aquellos tiempos,<br />
como Ia mas singular que un monarca podia hacer, y to-<br />
dos los esoritores hacen mencion de ella, como si por sI<br />
I<br />
- sola imprimiese el agraciado una digrudad superior en a<br />
: todas ]as recompensas.<br />
: La presencia del soberano puede decirse que flue<br />
4<br />
medicina eficaz que reanirnO la vi(la de Cortés. La agFa-<br />
, dahie emocion que sintiO, mo un balsamo consollador quo<br />
r le hizo olvidar todos los padecimientos fIsicos. Mucha<br />
0<br />
parto tuvo Ia salisfaccion moral quo sintiO por Ia visita<br />
. del monarca, en el restablecimiento (IC su saluth<br />
t<br />
T-<br />
El apreeio manifestado por Carlos V a! hombre que ha-<br />
Na arrastrado peligros sin nümero para serviHe, fué<br />
verdadera aprobacion publica de su condueta. Satisfecho<br />
de su fidelidad, qiilso premiar espléndidamente los im-<br />
: portantes servicios del hombre a qmen injustarnente haj:<br />
bian cahimniado. Para hacerlo corno magnáruimo Fey, le<br />
: concediO, por diversas cédulas fechadas todas ci C de Ju-<br />
4<br />
-..<br />
ho de 1529 en Barcelona, el tItulo do Marques del Valle<br />
, do Oajaca, con el señorfo de veiritidos villas y veintitres<br />
J<br />
mil vasallos, y la duodécima parte de ]as tierras que en<br />
lo sucsivo conquistase por juro de heredad . El monarca<br />
le halna ofrecido dare todo el reino (le Michoacan; perc<br />
i ToMo TV 58
458 HISTOIUA DE MEJICO.<br />
Haman Codes prefirio las veintidos villas, qua eran has-<br />
tante pobladas y de campifla amena (1).<br />
Tambien se le dieron la casa nueva y vieja de Mocte-<br />
zuma; las tierras ae la Tiasparia, qua hoy se conocen con<br />
el nombre de Rancho de los rfeetates y como posesiones<br />
de recreo, los peñoles de Jico y Tetetpulco, on pie abun-<br />
daha la caza de venados y conejos. Se le conflrmO de nue-<br />
-vo el nombraimento de capitan general de la Nueva Es-<br />
pafla, y se le dio el habtto de Santiago, qua no admitlo<br />
porque se le diO sin eneomienda, pues aunque su noinbre<br />
consta on los libros de aquella Orden, iii en sus retratos,<br />
ni en sus armas, Ui en sus tILuths, se ye quo lo tuviese. Lo<br />
quo no lograron alcanzar los amigos de Cortés fuO qua se<br />
le volviese a dar la gobernacion. Mucho se eáforzarori en<br />
ello, y un dia an qua su amigo el conde de Nassau ins-<br />
taba sobre el mismo asunto, le contestO Carlos V con<br />
cierto enfado: quo no volviese a hablarle de lo qua esta-<br />
ha resuelto a no conceder: (lU he dado an iiiarquesado,<br />
agregO, quo produce mas rents quo la que teneis do vues-<br />
tro condado Lie A1emania.t' A Cortés, sin embargo, se le<br />
hizo Ia negativa do una manera qua an iiada purliera<br />
ofenderle. Le manifestO el monarca, epic ni Cdlon qua des-<br />
cubrio el Nuevo Mundo, ni el gran Capitaii Gonzalo Fer-<br />
nandez de Cordoba, que sujetO el reino de Népoles, al-<br />
carizaron esa gracia. Todo lo demás quo, solicitO Cortés, le<br />
(1) Los nombres de las villas eran Quauhuahuac, Huayaxic, Tecoantepec,<br />
Motalzinco, Atlacu paya, (IIo) Facil,aa) 1'oluca, rluaxtepec, U tiatepee, E tian,<br />
Xalapan, Teuquilaba, Coyoacan, Calimaya, Antepec, Tepuztlan, Cuitlapari,<br />
Aeapiztlan, Quetlaxea, Tuxtla, Tepeacan, Ixcalpan y Atloixtian.
CAPfTULO xiii. 459<br />
fué concedido por ci monarca. Pklio quo Ia Audiencia<br />
conocicra en la injusta muerte y bárbaros tormentos que<br />
Nuño de Guzrnan diO a Pedro Gonzalez de Trujillo, solo<br />
porque se habia opuesto, con toclo dereeho, a que exten-<br />
diera su jurisdiccion fuera de los lindes de la provincia<br />
tie Pánueo. Respecto del atroz hecho del tesorero Estrada<br />
de haber mandado cortar la mano al soldado liamado Cor-<br />
tejo, acanzó que el primero, fuera multado en una res-<br />
petable cantidad de marcos de oro por los daños causados<br />
al segundo; que entregase a éste tres mil ducados, que es<br />
en IC) quo Cortejo estimO la pérdida de la mano, y deposi-<br />
tase otros dos mil para el pago de las costas. Al mismo<br />
tiempo se le ObilgO 6. Estrada 1 pie diera las flanzas do<br />
presentarse al consejo y se diO Orden do quo se Ic notifi-<br />
case que salliera desterrado de M6jieo. Herrian CortOs vol-<br />
viO a solicitar que a los paises quo hahia agregaclo a la<br />
corona se les conservase el nombre de Nueva Espana; y<br />
el monarca, creyendo justo obsequiar su deseo, dispuso<br />
pie en lo sucesivo se conociesen bajo aquella denornina-<br />
cion todas las provincias situadas entre Ia extrernidad de<br />
Honduras y cabo de hi Florida.<br />
El emperador, quo habia visto on Hernan Cortés un<br />
hombre de recto juicio y de notables conocirnientos en<br />
todo lo relativo a 1\16jico, consuPtaba con & sobre los pun-<br />
tos que juzgaba más importantes. Entre estos, se hallaban<br />
la 1ibrtad (le los naturales y ci exirnirles do penosos tra-<br />
bajos pie pudiesen perjudicarles. El emperador 'dO con<br />
verdadera satislaccion, que las ideas de Reran Cortés so<br />
hallaban en completa harmonfa . con ]as que Jo eseribian<br />
los prelados de Ia capital de la Nueva Espafla y el respe-
460 HISTORIA DE MPAICO.<br />
table obispo de Tlaxcala Fray Julian Garcés. Seguro en-<br />
tonces del acierto, participO al COflSCJO las noticias adqui-<br />
ridas, y con su acuerdo mando prornulgar ]as siguierites.<br />
]eyes: Quo nadie ocupase a los indios en ilevar en horn-<br />
bros eargas de un punto a otro, aunque se les pagara su.<br />
jornal y se [es mantuviera, puesto que hahia ya en<br />
pals las bestias do carga de quo antes so carecia; que no<br />
so les empleara en mudar la corriente de los rios O arro-<br />
yos ni en la edificacion de casas, sino era Ia indispensa-<br />
ble del encornendero: quo no se exigiese (1i3 ellos nada<br />
fuera del tributo, bajo la pena de una mulia de valor<br />
cuadruple a los contra ventores: que no se les ocupase en<br />
el tiempo de sus sernenteras: quo ni aun a los que se su-<br />
blevasen, se les aplicase la marca xii se les sacase a otra<br />
provincia; se renovO la pena de muerte contra los pie<br />
pretestan(io pie estaban sublevados algunos pueblos, en-<br />
trasen en ellos haciendo cautivos; y se mandO, par ülti-<br />
mo, que todos los pie hubiesen sido antes reducidos a<br />
cautiverio, fueran pueslos inmediatainente en lil)ertacl..<br />
A los jOvenes indios que salieron de Li Nueva Espana<br />
con CuriOs y que éste presentO en la cone, se dispuso quo<br />
se les these un trato eseogido, se les vistiese a Ia espano-<br />
la, y se volviesen a su pals a expensas del soberano,<br />
o bien con el general cuaudo regresase a la ?\ueva Es-<br />
pafla.<br />
Hernan CorLOs habia triunfado completarnente de sus<br />
enemigos. La envidia do los éniuos enmudeciO, y los cor-<br />
tesanos, imilando la condueta del inonarca para manifes-<br />
tar la aprobaeiOn do sus actos. se mostrabazi afectuosos coa<br />
su f'avorecido general. Asi Cortés sin mas titulos de no-
we<br />
L<br />
CAPITULO <strong>XIII</strong>. 461<br />
Neza in mas nombre que aquel qu con sus heehos y sii<br />
rnérito habia ganado, se viO elevado al nivel de los nobles<br />
mas euvanecidos con su i1utre nacirniento.<br />
El conquistador de Méjico habia obtenido todas las dis-<br />
tinciones y favores quze podia ambicionar, y mucho mas<br />
acaso de lo que pudo acariciar en su ardiente inmginacion.<br />
Sus servicios habiau sido prerniados do una maitera Vera<br />
daderamente espléndida. La estirella de la fortuna, de los<br />
horiores y de las distinciones brillaba en todo su esplen-<br />
dot' Para el general espanol. Las nubes de la ezividia ha-<br />
hian sido desheclias por lit fulgente luz de la vei'dad, y el<br />
cielo tic su gloria aparecia brillante y sereno en toda su<br />
extension.<br />
Hernati Cortés, atihelarido manifestar al Papa el respe-<br />
to y cariño do tin fiel hijo de la Iglesia, le enviO con Juan<br />
de Rada, un precioso presento, clándole noticia de los nu- ,<br />
merosos pueblos que liahiari abrazado el cristiariismo.E<br />
sumo pontiuice Clemente V11, escuchO la descripeion<br />
hecha por Juan de. Rada, con verdadera satisfaccion y<br />
coinpiacencia, juzgando los servicios prestados por Corté3<br />
a la relig b<br />
iOn, com dignos del may s alto prernio. Querien-<br />
do dat' una prueba de lo inucho en que estunaha la ar-<br />
diente fO del que habia expuesto su vida en la propagacion<br />
del Evangelio, sirviendo a Dios y a su rey, Ic conccdiO<br />
el pairoriato perpétuo del hospital do la PurIsima Con-<br />
cepcion, más conocido actualmente con el nombre de Je-<br />
sus Nazareno, que fundO Cortés cast iriniediatamente des-<br />
pues de la conquista, asi como do todos ks denias hospi-<br />
tales qua fundase, con otras muchas gracias espirituales<br />
Para estos establecirnientos. Por otra hula, legitimO a los
462 ITISTORTA DE MEJICO.<br />
hijos naturales pie ci conquistador tuvo en diversas mu-<br />
jeres. Juan de Rada lievO a Roma, a Ia vez que el rega .-<br />
lo, los indios que hacian cliversas y curiosas suertes. El<br />
Papa y los cardenales gozaron mucho con la destreza ma-<br />
nifestacla por los naturales del Nuevo Mundo, y les acari-<br />
ciarori con paternal arnor.<br />
Hacia algun tiempo quo Hernan Cortés tenia concerta-<br />
do uriirse en matrimonio con f)? Juana do Záfliga, hija<br />
del conde do Aguilar, D. Cárlos Ramirez de Areillano, y<br />
sobrina del duque de Béjar, D. Alvaro de ZUfliga. Era<br />
joVen quo unia a una exLremada belleza, alias cualidades<br />
morales. La boda se celebrO con el fausto propio de las<br />
elevadas personas quo contraian matrimonio; y entre ]as<br />
exquisitas joyas que Cortés regalO a su ilustre esposa, se<br />
contaban las cinco notables piedras que se juzgaban es -<br />
rneraldas, aunque no eran más quo jade O serpentina; pe-<br />
ro que estimándose por esmerahlas, se les daha un valor<br />
exorbitante. Por una sola de esas piedras ofrecieron trein-<br />
ta mil ducados urios joyeros genoveses dc Sevilla quo co-<br />
nierciaban en rrurquIa. Las cinco creidas esmerahias, fue-<br />
ron valuadas en men xml ducados. Una estaba labrada en<br />
forma do rosa: otra tenia Ia figura de una corneta: otra<br />
representaba un pez con ojos de oro, en que los lapidarios<br />
aztecas manifestaron su habilidad: Ia cuarta tenia Ia he-<br />
chura deuna cainpanilla, guarnecida de oro, con uria no-<br />
table y limpa perla por badajo, en cuya orla se lela:<br />
(Bendito sea el quo to criO; * y Ia quinta figuraba una<br />
taza con el pie' de oro, do donde salian cuatro cadenitas<br />
tambien de oro, que on ci centro rernataban con una per-<br />
]a de exquisito oriente: en el pedestal le 1)USQ Hernan
t.<br />
CAPITULO <strong>XIII</strong>. 463<br />
'I Cones, quo era aficionado al latin, estas palabras de Ia<br />
!<br />
I<br />
:<br />
J3iblia que el Salvador dijo de San Juan Bautista: litter<br />
natos mnulzcruni lion Surrecijit nzajov. 4ii\ lugurto hubo ma-<br />
yor entre los nacidos de rnujera<br />
Entre tanto que llernan Cortés recibia el prernio debido<br />
a sus servicios, la Audiezicia, compuesta, como lie (hello,<br />
de los oldores Juan Ortiz de Matienzo, Alonso de Parada,<br />
Diego Delgadillo y Francisco Maldonado, marchaba ha-<br />
cia la Nueva Espana, do cuyo gobieruo iba a encargar-<br />
se. Se habia hecho a la vela antes de saber Ia br'illante<br />
recepcion hecha al conquistador, y cuando aun se erela<br />
pie el rey le Iralaria mal. Al liegar a Veracruz debian<br />
avisar a Nuflo tie Guzman, quo se hallaba de gobernador<br />
de Páuuco, yjuntos dirigirse a la. capital. En las instruc-<br />
ciones reales quo, Ilevaban, se disponia que los oiclores tra-.<br />
jeran varas de justicia; quo la Audioucia 'viera si era con-<br />
* vciiieute que liubiera O no abogados en el pals, pues<br />
:<br />
1<br />
inientras urios los pedian corno neeesarios para defender<br />
sus bienes, otros aseguraban quo su establecimiento no<br />
serviria mas que para fornentar pleitos ruinosos y divisio-<br />
nes en las farnilias; quo hiciesen un encabezamiento ge-<br />
. floral de los nativos de lit Nueva Espana y que tin ejem-<br />
plar del libro quo so formase, estu.viera en el oficio del<br />
contador. Se recomendaba la cria do caballos y que un-<br />
. piLlieran la do mulas, a fin de quo prosperase aquella y<br />
no descuidase su mejoranñento. Al tocar este punto se le<br />
V decia quo cuidasen do que los indios no aprendiesen a<br />
11'<br />
manejar loS coree1cs. Esta advertencia pie hoy parecerá<br />
extraña, x'econoeia entonces Un motivo do conservacion.<br />
Los españoles en el pals erau muy pocos atm; pero siendo
464 FIISTORIA DE MEJ LCD.<br />
los mnticos que salian dirigirel caballo, podian acudir fa-<br />
cii y prontarnente 6. cualqwer punto que se sublevase,<br />
alcanzando a sus contran()s a :Toflde quiera qua fueseT,<br />
cosa (flh( les hubiera sido imposible do la otra manera. Era<br />
irna ruedida precautelar, dictada corno un deher de con-<br />
servacion. Esta prohibición no se extendia a los hijos de<br />
espanoles nacidos en el pals, pues eran los que mas montaban<br />
a caballo; y la gente del campo, ilamada ranchera,<br />
no asistia a sus labores sino en su arrogante corcel. La<br />
fama de buenos ginctes lIegO a ser proverbial en Europa<br />
respecto de los mejicanos, como se deduce de las pala-<br />
bras que coloca el inmortal Cervantes en su Quijote, cuari-<br />
do para ponderar la destrezá en el manejo del caballo<br />
dice, montaba como un mejican.o. Pero ni aun a todos los<br />
indios alcanzaha Ia pro1iibici6n de tener ni manejar el<br />
corcel. Muehos caciques y jefes indigenas que espontá-.<br />
neamente habian acometido Ia empresa do agregar a la<br />
corona de Castilla algunas pr ovincias no conocidas aun<br />
por los espau.oles, tenian armas de fuego y cahallos de<br />
que les proveian las autoridades españolas. Los caciques<br />
Fernando (To, Tapia y Nicolás de San Luis que poniOndose<br />
al frente do sus vasallos emprendieron, corno veremosmas<br />
adellante, Ia conquista de los chichimecas, tenian cahallos,<br />
mosquetes y polvora pie les enviaban (le M4jico los go-<br />
bernantes castellanos.<br />
En otra de ]as instrucciones so ordenaba pie la pragmAtica<br />
do vestir y hi prohibicion de jugar a los dados, se<br />
observase. En lo relativo al juego, solo se perrmtia apostar<br />
en ci de naipes, diez duros en veinticuatro horas. Se<br />
nmndaba que se pusiese el almojarifazgo do mi siete y
CAPITULO <strong>XIII</strong>. 465<br />
rnedio por ciento sobre mercaderfas y rnanteninuientos:<br />
quo adquiriesen noticias exactas de Ia extension del tern-<br />
torio de la Nueva Espana: que tratasen de forrnai' casa (IC<br />
nioneda; tuviesen cuidado de los bienes de los finados pa-<br />
ra. etitregarlos religiosamente a sus dueflos, y que no se<br />
dejase embarcar a los pretendientes de los oficios sin tes-<br />
timoniales de Ia Audiencia. Respecto de la residencia de<br />
Cortés, se les seuialaba el modo con (jue debian hacerlo, no<br />
clebiendo hacer innovacion ninguna respecto de los repar-<br />
tiruientos dados por él: solamente en el caso de que fallethese<br />
algun encomeidero, se les facultaba para pie diesen<br />
la vacante a a]guno de los espafloles nhas arneritacios y<br />
casado, quo residiese en el lugar de su eneomienda; sien-<br />
do condicion indispensable ci cuidado en hi instruccion (le<br />
los indios en la religion cristiana, trat6ndo1os corno libres<br />
quo. eran.<br />
Horiran a los monarcas espanoles las benéfleas disposi-<br />
ciones pie ilietaban iara poner a los indios a cubierto de<br />
Ia ambicion de algirnos rnalvados, que no faltan, por des-<br />
gracia, en riingnna nacion del rnun(lo, y quo.se aprove-<br />
chai)arl deaque11os momentos en quo auri no se planteaha<br />
nil golierno, ft .se tenia gente ni autoridades en Ia mayor<br />
parte de los purilos Lie las lejarias costas. Preseute es pre-<br />
ciso toner esto, no para disculpar a los quo cornetian los<br />
abusos, contra los cuales la Espana enLera se manifeslaba<br />
justamente indignada, sino para no olvidar que en todos<br />
los palses, on los momentos de eslablecer cualquier go-<br />
hierno, se han cometido graves injusticias, pie se han re-<br />
mediado rims tarde; y que si no han sido posible a ningn-<br />
na nac'wn evitar esos abusos cornetidos en su inismo suelo,<br />
ToMo IV 59
4<br />
0'<br />
}I'ISTORIA DE MEJICoo<br />
a los ()JOS, PO decirlo asI, de los gobernantes, rnas dificil<br />
le seria al gobierno espanol evitarlos, cuando se comeban<br />
a distancda do dos mil leguas, en paIses poco firmes en Ia<br />
obediencia prornetida, y on provincias en que, como he<br />
dicho, no se habia establecido autoridad ninguna. Va he-<br />
hubs visto que Cortés enviO a perseguir a una partida quo<br />
desembarco en un punto de Honduras, y de la cual los<br />
indIgenas se habian quejado.<br />
Sabierido Carlos V, precisamente por los espanoles lion-<br />
ratios, residentes de la Nueva Espafla, que algunos de los<br />
riuevos militares declaraban cautivos a los prisioneros,<br />
alegaifflo que en tiempo de sus reyes indigenas eran he-<br />
elms esclavos los prisioneros, O sacnficados, se rnamfestO<br />
indignado del abuso. Inmediatarnente dio una Thy irnpo-<br />
niendo la pena de muerte a los que en lo sucesivo obi'asen<br />
de aquella manera, y mandá quo se pusiesen en liheriad<br />
a tO(1OS lOS que habian sido reducidos a cautiverio al<br />
cogidos con las armas en Ia mano. Igual jen a mandO que<br />
seaplicase ii los quo marcaran con hierro candeiite a los<br />
prisiorieros inchos, costumbre terrible de aquella epoca,<br />
que estal)a en uso en Francia y on Ingaterra, y pie en<br />
plerio siglo xix, aplicaron los Estados-Unidos de America<br />
A sus desertores en hi guerra contra MCjico. El conde de<br />
Hereford, despues duque do Sommerset, nombrado pro-<br />
tector del reino de Inglateri'a on los primeros años del<br />
rein ado de Eduardo VJ, diO uiia ley on 15 •iS, en pie se<br />
condenaba a los vagamundos a ser esciavos por espacio<br />
de dos aflos, y marcados con hierro rusiente ('l).> For lo<br />
(1) Goismith, Mist. de Inglaterra.
I aflos,<br />
:<br />
..<br />
;<br />
.<br />
td<br />
CA P P<br />
<strong>XIII</strong>. 467<br />
que Lace 5. la Francia, dicho tengo, en otro capftiin, hue a<br />
los contlenados a galeras se les rnarcaba, liasta liace pocos<br />
si es que no so le g marca auri, con hierro ardienclo.<br />
Hago mencion de lo g mismos actos hechos por otras in-<br />
ciones, no solo eritonces sino en épocas posteriores, no<br />
porquie no lamente yo toda peria terrible, cualqwera que<br />
sea el siglo en que se haya aplicado 6 apliquc, sino para<br />
mariifestar pie era urn costumbre general, y que es una<br />
: eicesiva exigencia pretender que Espana, adelantandosed<br />
su siglo, obrase de distinta manera que los denias paises<br />
: de Europa. Preciso es advertir además, pie los conquista-<br />
: dores espaholes, solo declarabari, cautivos y marcaban , a<br />
!<br />
.<br />
i<br />
k '<br />
.<br />
:<br />
r<br />
los quo, habiéndose agregado a la corona de Castilla, se<br />
levantaban en armas y calan prisloneros, juzg5ndoles ya<br />
como a rebeldes.<br />
Otras muchas disposiciones expidiO al nhiSnTlc3 tiempo cjue<br />
las referithis, para el huen gobierno, Orden y prosperidad<br />
de aquellas extensas provincias. So mandá quo los enco-<br />
menderos perrnaneciesen en sus repartirnientos, so pena de<br />
perderlos; que no se forzase a los indios 5. trabajar en las<br />
minas, cosa quo Cortés ordenO desde el prncpio,<br />
t,nicarnento trabajabari en ellas lo g prisioneros heclios en<br />
alguna sublevacion, despues de haber jurado vasallaje al<br />
inonarca de Castilla.<br />
En otra de las disposicioucs dadas por ci monarea se<br />
denaba que todos los aflos se embarcaran para Espana niños<br />
nobles, hijos de caciques 6 de señores, para que recibie-<br />
ran. una educacion escogida, adecuada a su nacirniento,<br />
: en los colegios principales y monasterios mas distinguidos,<br />
t que era en donde en aquelth época residia la elencia.
468 FIISTORIA DE MEJICO.<br />
sequiando esta noNe disposicion, se enviaban anualmente<br />
veiñte jOvenes indios de la nohieza, que eran tratailos con<br />
las rnas atLas consi(Icraciorles. AsI, ci gobierno espartcd,<br />
lejos de pretender tener a la clase inthgena en las tinieblas<br />
de la iguorancia, corno algunos escritores han asegurado,<br />
procui'aba extender Ia. Iuz de la ciencia entre ellos,<br />
consiguiendo que muehos brillaran como historiadores de<br />
su pals. Sabia el emperador, por fieles informes que se<br />
le habian dad.o, que todo lo quo el cHina de Europa per-<br />
judk,aba a los indios ya hombres, rohustecia 5 los pie<br />
ibaii en la nrnez; y por esta causa libro al rrnsrno tiempo<br />
Un mandamiento, ordenando que todos los indios que se<br />
hallaban comprendidos en los prirneros y liabian ido a Es-<br />
paña con cualquier motivo, fiieran Ilevados a sus respee-<br />
tivos paises. AsI el inon.arca espaflol consegma evitar quo<br />
algunos de sus vasallos abusasen de su posicion, Ilevasen<br />
indios tie enaiquiera de sus posiciones de America, ya con<br />
pretexto de oriados sups, ya de rebeldes heclios prisios<br />
neros, O ya con otro pretexto. Para que esta disposiwon<br />
tuviera & dehido cuinplirniento, dio Orden a los ofJeiales<br />
reales (le Sevilla, que lilciesen vover a cuantos indios<br />
ilegaseri del Nuevo Mundo, buscaseri a todos los quo se<br />
hallabari en la peninsula, y pie, colocáridolos en los bit-<br />
pies que hacian los viajes a la America, fueran ilevados<br />
a sus respectivos palses. Cái'Ios V declaro entonces lo que<br />
ya desde el principio itabian deelarado los reps catolicos<br />
.<br />
Isabel y Fernando, 1 ernando, esto es, que los ndios eran tan libres<br />
COnhO los espanoles. No se olvidO el monarca on sus dis-<br />
posiciones, de los negros do Africa, quo ya pan en-<br />
tonces so habian Ilevado alguna vez a la Nueva Espnfla,<br />
6
:<br />
:<br />
V .<br />
CAPITULO Xlii. 469<br />
einpleándolos on las minas y en Ia cafìa de azücar ileva-<br />
da por iferrian Cones.<br />
El servicio de los negros fué introlucido en la isla de<br />
Cuba y Santo Domingo en 1517, corno tengo manifestado<br />
en el segundo tonio de esta obra , a corseeuencia (10 ]as re-<br />
presentaclones del padre las Casas, paralibrar a los indios<br />
de la fatigade esos duros trabajos, que juzgO quo podian<br />
soporlarlo facilmente los negros de Afiica, cOrno rnás ro-<br />
bustos. Los ministros flamencos,que rodeaban al prineiplo<br />
a Carlos V, aeptarori ci pensarniento, que fué aprobado<br />
por el monarea, como medida henéflea para los naturales<br />
de la America, y eoncedio el privilegio a rnayordomo<br />
mayor, que era tainbien fiarnenco, para. la reinisiori de<br />
cuatro mil negros 5. las islas. Ya esla proposicion hRbia<br />
sido hecha al saI)io cardenal Cisneros pm' otros MEN i(Iuos<br />
algun tierupo antes, cuando p(b muerte de Fernando el<br />
catOiico, en 1316, quedo tie regeute del reino; pero el vir-<br />
tuoso y célebre hombre de Estado espanot, qne cofisidera-<br />
ha iguales a todas ]as razas, prohiblO severarnente que so<br />
le hablase de ello, pues no habia derecho para hacer es-<br />
clavo a ningun hombre. Asi el padre .las Casas, ilevado<br />
de su justo arnor a los indios, eontribuyo al tráfico do otra<br />
raza que no le merecia iguales consideraciones (I).<br />
(1) El apreciabie escritor mejicano D. Emilio del Castillo Negrete, en una<br />
. :<br />
obra quo In publicado Con el tftuo de oNf6jico en el Siglo XIX,D thee que ]as<br />
; . Casas ((fu6% un agente rnuy activo para traer la raza africana ft la Nueva Espaha,<br />
con el ünico y exciusivo fin do aliviar a Ia ran indigena de sus erueles<br />
:. trabajos, por set' aqueulos mas fuertes.2o En esto, como vemos, ha sufrido un<br />
error, pues aun no se tenia noticia de la existencia de Méjico, cuanclo las Ca-<br />
-I<br />
r<br />
sas soliciti la disposicion referida. La introduecion de los negros africanos en<br />
tc
47 HISTORIA. DE MEJICO.<br />
En las disposiciones dadas por el monarca, respecto, co-<br />
mo lie dicho, do los negros de Africa que algunos habian<br />
ilevado p a Méjico iara el trabajo de las minas y ci ciii-<br />
tivo de la cafia de azicar, ordenO que los casados pudie-<br />
ran redirnirse,paganclo sus dueflosveirite maroos de oro, y<br />
a proporciori ]as mujeres y niflos.<br />
Slendo uno de los deseos mas ardientes del monarca la<br />
propagacion (le la religion catOlica y el buen trato hácia<br />
los indios, dispuso enviar vara obispo de Méjico, un pre-<br />
lado sabio y virtuoso, como habia enviado a Fray Julian<br />
Garcés para Tlaxcala. La casualidaci hizo que conociese 5.<br />
Fray Juan de Zurnárraga, que se distinguiO despues, en<br />
Ia Nueva España, por su caridad evarigéllica. Iiabienclo<br />
marchado Carlos V a pasar la sernana santa en el conven-<br />
to de franciseanos en el Abrojo, cerca de Valladolid, ilegO<br />
a poder apreciar las virtudes del prelado del convento, en<br />
las conversaciones quo con él tu.vo. Hahian Ilamado Ia<br />
atenciori del monarca, la devocion y gravedad con que le<br />
viO celebrar los clivirios oficios, no menos quo su espIritu<br />
de pobreza. De esta Ultima virtud tuvo una prueha paten-<br />
]a Nueva Espafla finS porque el tráfieo se hallaba establecido desde 1517 en lag<br />
Antillas, no por solicitud ningutia especial de filántropo sacerciote. Hay una<br />
costumbre, en ml crncepto, muy perjudicial a Ia claridad de La verdaci histOrica,<br />
eon relacion a Méjico. La mayor parte de los escritores modernos, al ha-<br />
blar de Los indIgeuas de la Nueva Espafia, mezelan a. los indios de las Antillas<br />
y de todos los demás puntos de la America, y sin separaciOn de fechas, de cir-<br />
eunstancias, ni de palses, hacen aplicables ft los primeros las exageradas descripciones<br />
quo el padre las Casas hizo al pintar los padecimientos do los otros.<br />
De aquf resulta nit mall para el lector de Ia historia de Méjico, pties huna por<br />
sucesos pasados 11. los indIgenas de a Nueva España, las exageraciones con<br />
que se ban pintado los liechos relativos a los indfgcnas de otros paises.<br />
I
CAP1TULO -XIll. 471<br />
te que llego a cautiv'arle. I-labia mandado ci rey dar una<br />
lirnosna considerable a Ia comunidad, y con gràta sorpre-<br />
sa \riO que el digno guardian la hizo repartir a los pobres,<br />
sin pie los religiosos saliesen do su acostumhrada parsi-<br />
monia. La accion do Fray Juan do Zumárraga cautivO al<br />
inonarca, y despues de enviarle a una comision religiosa a<br />
Vizcaya, su pátria, pues era natural de Durango, Is nom-<br />
bro primer obispo tie Méjico en 1528. El respetable prela-<br />
do, eligiendo por compafleros para la propagacion de la<br />
doctrrna del Salvador, religiosos do aensolada virtud, se<br />
ernbarcO hacia lit Nueva Espana, aunque sin consagrarse,<br />
animado de los mas puros deseas por el hieri de los indios,<br />
cuya proteccion le liabia encargado rnuy encarecidamente<br />
el soberano. Casi en los momentos que el respetable ebis-<br />
0 desembarcaba en el puerto de Veracruz, ilegaban al<br />
misino punto los oldores que formaban la. Audiencia que<br />
debia gohernar la Nueva Espafla.<br />
1528.<br />
Era en lospnrneros dias d& mes tie No-<br />
liegada viembre de 1528 cuando los nuevos gober-<br />
de a primera .<br />
Audiencia a<br />
nantes saliaron a tierra. No queriendo dete-<br />
Mejico. nerse en Veracruz, se pusieron en cammo<br />
para la capital, sin esperar a su presidente Nuno de Guz-<br />
man, enviandole un mensajero con ci aviso (IC SU [legada.<br />
El cabildo del dia 113 del mismo mes, nonibrO tres regido-<br />
•res que fueran a Celicitarles por sullegada y 6 acompa-<br />
narles en el viaje (1). A los trece Was do encontrarse en<br />
(1) En el cabildo de 4 do Diciembre del mismo aflo de 1528 so autorizi al<br />
mayordomo de ciudad ipara que compre toldo pan los arcos y casUllo que so<br />
hace, y que a. cada uno de los cuatro trorupetas se diesen dos vans de damas-<br />
I
47 IlIsFORIA DE MEJICO9<br />
la capital, rnurieroli, do pulinonfa, dos do los oidores, quo,<br />
fueron Maldonado y Parada. Quedaron, por lo mismo,<br />
ejerciendo la autoridad suprerna, INlatienzo y Delgadillo.<br />
Los cabildos, quo liasta eritonces se habian celebrado en.<br />
la casa que CortOs tenia en el Empedradillo, dejaron ya de<br />
verificarse aflf, sin duda porque se habia destinado para<br />
habitacion de la Audieneia. El pie so efectuO el 10 do Di-<br />
cieinbre del mismo año de 1529, fué en la easa de Bernar-<br />
dino Vazquez de Tapia; y todos los siguientes descie el If<br />
del expresado mes, se tuvieron 'sen las casas de cabilclo,<br />
quo es la cârcel pUblica,x' o actual ediflcio de la diputa-<br />
don, para cuya construccion so senalaron seis solar es,<br />
desde quo se hizo el piano de Ia ciudad.<br />
1529. Nuno do Guzman asisliO al cabildo que so<br />
veriIkO el dia f.° do Enero de 1529, pam presidirlas elec-<br />
clones, pie recihieron nueva forma descie ese año, to-<br />
mando diverso catheter todo el gobierno municipal, cesan-<br />
do las facullades omnimodas quo hasta aquella fecha ha-<br />
Na tenido ci ayuntarniento.<br />
Uno do los prime ros actos de la Audiencia fuó conti-<br />
nuar Ia residencia de Cones, quo hahia quedado interrum-<br />
picla por Ia muerte de Luis Ponce do Leon. Los ene-<br />
migos del conquistador, quo ignoraban la manera con que<br />
habia sido recibido en la corte, y que, por el contrarie,<br />
Co COD SUS tiocaduras de tierra pars ]as trompetas para Ia entrada de Jos se-<br />
fiores 1)residentes 6 oidoresa Por menudas que parezean estas noticias, dice<br />
el estimable eseritor mejicano D. Lucas Alam ein, (des da inucho interés la<br />
antigiledad, y por e]las so ye la economla muy recomendable con que proce-<br />
than nuestros inayores en todo lo qua era gastos püblicos.D
.<br />
k<br />
><br />
Los apoderados del conquistador, entre los cuales se<br />
hallaba su pariente el licenciado Juan de Allamirano, a<br />
quien dejO encargado de Ia administracion de sus bienes,<br />
ver Ia pradisposiciori quo tenian contra el conquista-<br />
dor, recusaron a los oidores y apelaron at monarca. Nada,<br />
sin embargo, alcanzaron. Li factor Salazar, de quieri Nuno<br />
y Delga dillo so hicieron mntimos amigos desde pie Hega-<br />
ron, hasta el extremo de no separarse de ci in aun para<br />
. dermir, lievado de su odio hacia Codes, aumeritaba el<br />
que ellos le tenian, y nada habia que let ..; (letuviese en el<br />
(1) No obstante ser una calumnia la acusacion respecto a Ia rnuerte de su<br />
esposa, que ni aun el padre las Casas que (laba acogida a cuarito era ofensivo<br />
a los conquistadores, Ia llegO a dar crédito: no obstante el desprecio con quo<br />
la viO el gobierno espaflol y estar desmeritida pm' Bernal Diaz, no ha faltado<br />
esentor que trescientos alTos despues, querlen(lo (lenqrrar Ia memoria de<br />
Cortés, La haya querido presentar como indudable. iPoco envidiable tarea Ia.<br />
de falsear Ia historia calumniando!<br />
ToMo Iv 60
474 H1STO1UA DE MEJICO.<br />
plan de arruinarle que se habian propuesto. En los escri-<br />
tos que en los tribunales presentaba el factor Salazar<br />
contra ci hombre que en nada le habia ofeud.ido, usaba<br />
de las frases mas ofensivas y le trataba con el mayor des-<br />
acato, acusándole de mal servidor del rey. El licenciado<br />
Juan de Altamirano, juzgando inconvenientes las pala-<br />
bras de Salazar, se puso en pió, y con respetuosa (ligni-<br />
dad, suplico al presidente y los oidores que ordenasen al<br />
factor, quo, en lo sucesivo guardase on los escritos las con-<br />
sideraciones debidas a todo caballero, no permitiéndole<br />
ningun. dicterio contra Cortés, quo era y habia siclo un<br />
leal servidor del soberano. Lejos de ser obsequiada lajus-<br />
ta reclamacion del apoderado del conquistador, al siguien-<br />
to dia so presentO Salazar con otro escrito en quo se pro-<br />
digaban nuevas y mayores injurias a. Cortés. El licencia-<br />
do Juan de Altamirano reclamo contra ellas; y viend.o<br />
quo Salazar, lejos de retirarlas, pronuneiO otras mas ofen-<br />
sivas, sacO el punal quo ilevaba colgado al cinto, y se<br />
arrojO sobre el factor para herirle. Por fortuna de Salazar,<br />
lograron Nuno de Guzman, Matienzo y Delgadillo abra-<br />
zarse d&Altamirano y evitar el golpe. La ciudad se con.-<br />
moviO con este aconleciiniento desagradable, disgustada<br />
de Ia altauerIa de los nuevos gobernantes y del factor. La<br />
Audiencia enviO preso, a las atarazanas, al licenciado Juan<br />
do Altamirano, y a Salazar a su. casa. Los Tie habian<br />
militado bajo las Ordenes do Cortés, unidos a varios dis-<br />
tinguidos vecinos de la ciudad, fueron a pedir a Nuflo de<br />
Guzman quo tratase con bondad al apoderado del conquis-<br />
. tador, y tres dias despues el licenciado Altarnirano fiié<br />
puesto en libertad.
S<br />
. CAPITULO XII!. 475<br />
; La Audiencia, observando una conducta poco digna, y<br />
,<br />
.<br />
r<br />
t<br />
I<br />
permitiendo todo lo que tendia a denigrar la memoria de<br />
Cortés, continuO la residencia, manifestando en la breve-<br />
dad con que resovia los asuntos mas delicados y de ma-<br />
yor interOs, la prevencion con pie obraba contra el con-<br />
quistador. Uno de los cargos que la calumnia habia le ws<br />
vantado contra Cortés, fué que habia gastado los caudales<br />
pertenecientes a la corona, en las comodidades do su per-<br />
sona y en el lujo de sus palacios; y este punto, que podia<br />
considerarse corno de los principales pie habian motivado<br />
su residencia, fué resuelto de una manera contraria a la<br />
justicia. A pesar do que nada probaron ni podian probar<br />
respecto de ese terrible cargo, la Audiencia secuestrO las<br />
aihajas y muelAes de Cortés, y no satisfecha con esto, los<br />
vendieron en pñblica almoneda. Las reclamaciones ma<br />
absurdas eran atendidas cuando se diri gian al con qui sta-<br />
dor y a sus antiguos compafleros. Todos los que habian<br />
acompahado a Cortés en la expedicion contra Fanutlo de<br />
Narvaez, fueron condenados a pagar una cantidad de oro,<br />
. para indemnizar a las familias de los soldaclos do Narvaez<br />
que habian muerto aflh, y además se les hizo salir des^<br />
terrados de la capital. No satisfecho aun el odlo do los go-<br />
bernantes contra el conquistador, hicieron pie los cuatro<br />
buques que tenia en Zacatula , dispuestos para nuevos<br />
descubrimientos, quedasen abandonados. Quitaron Ia in-<br />
teligente persona que Cortés habia dejado encargada de<br />
los barcos, y lit lievaron presa a la ciudad, donde le con-<br />
denaron a pagar tres mil. casteilanos, sin mas culpa que<br />
la de haber sido ocupado por el conquistador. Ahandona-<br />
dos asi los buques, Ilegaron casi a podrirse, y las jarcias
476 H1STORIA DE MEJICO6<br />
y velas fueron robadas por los quo quisieron cogerlas.<br />
Nuño de Guzman y sus dos compafleros, no ambiclo-<br />
nando otra cosa que atesorar riquezas, hcterori a un lado<br />
todos los deberes hácia el rey, la humanidad y la justi<br />
cia, para entregarse por completo a la adquisicion de<br />
grandes tesoros. 'Fenian para poder alcarizar el objeto que<br />
se liabiari propuesto, un intérprete 6 nahuatlato de los<br />
indios, que les servia satisfactoriamente. So liarnaba ese<br />
intérprete de los nativos Garcia del Pilar, y por su con-<br />
sejo rnandaron a todos los caciques quo se presentasen en<br />
Méjico, para tratar de algunas cosas importantes. Como<br />
era costunthre de los caciques 11ev-ar siempre ailgun regalo<br />
A las autoridades, desde sus mas remotos tiempos, Nuflo<br />
de Guzman y sus dos compaheros, recibieron valiosos oh-<br />
sequios que aumentaron su codicia. Contentos del brillante<br />
resultado del ilamamierito, lorepitieroti diversas ocasiones;<br />
PiIar, dice el obispo Zumárraga, era quien los recibia;<br />
desgraciado del que venia con las manos vacias y no era<br />
del santo bautisino de lo quo entonces se los hablaba ryan<br />
gusto les saliO este arbitrio que lo repitieron varias veces.><br />
F:1 rey do Michoacan, Francisco Caltzouzi, fué quien en-<br />
viO mas valiosos presentes de oro y plata, siendo Su generosi<br />
dad el orIgen de su clesgracia. Daspertada la codicia<br />
de Nuflo dc Guzman eon Ia vista do los ricos metales, so<br />
propuso sacar todo ci provecho do la buena disposicion<br />
que el monarca miehoacano manifestaba de servir a la.<br />
corona. Para conseguir su objeto, Ic hizo liarnar, dicién-<br />
dole quo tenia que cornunicarlo algunas cosas importarites.<br />
El rey Caltzonzi se presentO al presidente, lleváridole un<br />
esplOndido regalo. Nuflo de Guzman hizo entonces que
CAPfTULO <strong>XIII</strong>. 477<br />
It? Llestinasen algunas piezas en su inisnia casa, y le de-<br />
tuvo ell Méjico, exigienclode él continuos preseuLes do<br />
Otto y plata, pie guarciaba sin dar nada a sus dos compa-<br />
fleros. No conociendo ninguno do los tres gobernantes<br />
lirnites a su ambicion, se hicieion duenos tie los niejores<br />
repartirnientos cle quo habian despojado a Codes, y de los<br />
que le eran adietos; y fattando a las reiterad.as disposiclo-<br />
nes del inonarea, obligaban a trabajar a los iriclios sin re-<br />
munerarles su trabajo, ocupándoles on la construccion de<br />
algunos molirios )r casas qu.e fabricaron en las cereanias do<br />
la capital, contánclose entre osos edificios, el moliiio do<br />
Santo Domingo de Tacubaya, quo fué propiedad. de Nuno<br />
do Guzman. No mas hufflanos con los indios quo con los<br />
partidarios de Cortes, les molestaban; y cuaudo, acosados,<br />
se sublevaban algunos pueblos, enviaban contra ellos gen-<br />
te, sacando utilidad do los prisioneros, a quienos declara-<br />
ban cautivos y marcaban cc,mo a rebeldes. Estos actos tie<br />
injusticia no se cometian en las provincias prOxirnas a. la<br />
capital ; pero si en algunas lejanas, y sobre todo en la pro-<br />
vincia de Páuuco, donde Nuflo de Guzman habia dejado<br />
uno quo to sustiluyera on el mando, pero quo obraba bajo<br />
su influencia. En esta provincia, los abusos Ilegaron al<br />
mas alto extremo y la despoblacion de ella fué notable;<br />
ya ror los cjue con el pretexto do haberse rebelado eran<br />
lievados como cautivos a otras provincias, ya por los que,<br />
temiendo correr la misma suede, se internaban en ci pals.<br />
El nümero de los que fueron enviados a las Antillas por<br />
Nuno de Guzman haciendo un indigno tráflco con ellos,<br />
segun los que le acusaron cuando el rey inando que so le<br />
residenciara, ascendiO a cuatro mu, que fueron enviados
478 HISTORIA DE MEJICO.<br />
en diez y siete buques. Podra acaso haber exageracion en<br />
la cifra corno suele existir siempre en los cargos que se<br />
hacen contra toclo adversario; pero do cualquiera manera<br />
que sea, el hecho fué altarnente opuesto a los sentimien-<br />
Los do humanidad , a la opinion de sus compatriotas a<br />
quieries oprirnia, y a las Ordenes del monarca. Estos actos<br />
de crueldad, cometidos por la avaricia de un gobernante<br />
desobediente a su rey yocliadode sus compatriotas, hajuz-<br />
gado Un escritor, que imprimen una mancha en ci nombre<br />
español (1). No pueden imprirnir maneha ninguna en la<br />
honra de un pueblo las faltas lii crIrnenes de un individuo<br />
ni de varios. La nacion que castiga, como castigO Espana,<br />
A. esos maos gobernantes que hollaron ]as Ordenes del rey,<br />
no es ni puede ser solidaria de los actos cometidos por aL-<br />
gunos miembrosde ella. No existe un solo pals en el mundo<br />
(Tue 110 haya terndo ladesgracia dealgun gobernante, azote<br />
do Ia hurnanidad, que no haya hecho pesar su yugo sobre<br />
extraflos y nacionaes; y sin embargo, esos palses no Ilevan<br />
xii pueden lievar, la infarne nota de los quo faliaron a sus<br />
deberes. Eri ninguna ciudad, en ninguna aldea, falta al-<br />
gun malvado que se complace en el daflo, y quo goza en<br />
(1) El apreciable escritor mejicano D. Ignacio Alvarez en sus uEstudios<br />
sobre I et historia general de Méjico, despues de poner qulénes fueron nornbrados<br />
por Cárlos V para formar Ia Audiencia, dice pie diO ala presi]encia de<br />
este respetable cuerpo Ct Nuflo Beltran de Guzman, gobernador de la provincia<br />
del Pánuco, creyéndole hombre de mucha integridad y justificacion; pero<br />
como Si Ufl inhlujo fatal presidiera a todas las disposiciones de Ia corona de<br />
Castillaacerca del Nuevo Mundo, para dejar una mancha en el nombre espafbi,<br />
los acontecirnientos posteriores vinieron a demostnr el engaflo que padeeiO<br />
Cárlos V en el nombramiento de Ouzmanj,
Si GAPITULO Xlii. 479<br />
L<br />
L<br />
lo g vicios; pero no por esto dejan do ser laboriosas y hon-<br />
radas esas ciudades y aldeas. El crImen de un particular,<br />
cualquiera quo sea su nacionalidad, no afecta en manera<br />
alguna al pals a quo pertenece. Solo podria caer la des-<br />
houra, sobre un pals que premiase los crimeries; pero de<br />
ninguna manera sobre el que los castiga. Si las socieda-<br />
des humanas han de ser juzgadas por la generalidad y no<br />
por las excepciones, corno es un pnneipio de justicia, la<br />
España puede lisonjearse de haber enviado a Al éjico una<br />
serie de gobernarites probos que la honran. El gobierno<br />
do la primera Audiencia, noiubrado cuando todavIa no<br />
tenia la corte los suuicientes datos de las exigencias del<br />
pals ni del estado que guardaba, se condujo de una ma-<br />
nera indigna; pero so acudiO inmediatamente al rernedio<br />
al saber sus desmanes, como veremos en breve, y los in-<br />
diVdUOSr cpie inarcharon a residenciarles y a ocupar su<br />
puesto, dejaron en el pals una memoria eterna de su bon-<br />
dad., do su justicia, do su saber y do su arnor hácia lii<br />
raza indIgena.<br />
Hecha esta digresion que he creido conveniente para<br />
manifestar mi opinion respeeto de algunas apreciaciones<br />
quo he juzgado equivocadas, paso a ocuparme de los actos<br />
reprensibics ejecuta(los pm' Nuño de Guzman y sus corn-<br />
paneros de gobierno.<br />
No satisfeclios con la opresion ejereida contra los espa-<br />
holes honrados y los paculicos naturales, se entregaron<br />
a otra clase de excesos que la sociedad vió con rndigna-<br />
cion. ilabia on Ia ciudad de Texc,oco una casa de retiro,<br />
donde, bajo la direccion de una respetabile dama españo-<br />
la, de virtud y de saber, se educaban algunas jOvenes in-
ISO IIISTORIA DE MEJICO.<br />
dias, pertonecientes a la nobleza. Er, esa casa, quo 'venia<br />
i ser tin co]egio en que vivian reunidas ]as erlucandas y<br />
algunas viulas do caciques, quo anhelaban itistruirse en<br />
la religion eatOlica, so encontraban dos hermosas jOvones<br />
quo se hacian notables pot si gracia y su modestia. El<br />
asilo, quo podia considerarse sagrado, fuó violado un dia<br />
roano armada por disposicion del oilor De]gadillo. Un<br />
hermano do ste, A quieri nombraron justicia mayor de<br />
Oajaca, fu6 ci que entró en el eiliflcjo, y sacando a las dos<br />
jOvenes, las hizo ilevar en hombros do indios por ci camino.<br />
La noble directora española so presentO Ilorando aT<br />
obispo Zumarraga, quejanclose del heeho. En vano ci digno<br />
prelado reclarnaba contra aquellos actos escandalosos;<br />
su voz era desolda por los que se habian propuesto<br />
atisfacer su ambicion y sus brutales pasiones. La faita<br />
de pudor de arpiellos tres indignos gobernantes, en Jo que<br />
concierne at hello sexo, está pintada en estas pahhras<br />
quo el virtuoso obispo eseribió al emperador, al dare noticia<br />
de los abusos cornetidos por sus malos servidores:<br />
V. Al. ha creido enviar un presidente y oidores; pero<br />
hay actualmente una presidenta y oidoras, que han lievado<br />
Ia audacia hasta sentarse bajo el dosel real y pronunciar<br />
alli las sentencias ellas con Salazar, son ]as que<br />
todo to disponen. Po;:lrá aeaso estar recargada de colondo<br />
Ia piritura hecha por ci virtuoso prelado en este punto<br />
que él no presenciO; pero por mucho quo so modique ci<br />
cuadro, siempre clejará trazados los rasgos de la osadfa y<br />
atrevimiento de los hombres a quienes daba a conocer al<br />
monarca.<br />
No e 1iii aba Iuflca!ulefl te ci noble colo flel senor Zu-
CAPITULO XIU. 181<br />
márraga a rnanifestar por escrito sus quejas al soberano,<br />
pi(lien(lo Ia destitucion de unos hombres que tenian opriinida<br />
a la sociedad entera, sino quo procuraba, pot medio<br />
do si'iplicas y de particulares conferencias con los miembros<br />
de la Audiencia, hacer que entrasen en el recto sendero<br />
que les habia trazado el monarca, no persiguiendo a<br />
los españoles y mirando con paternal cariiio a los indios.<br />
Viendo quo sus esfuerzos nada alcanzaban por los medios<br />
de la persuasion, hizo que la palabra de los religiosos se<br />
escuchase en los pülpitos en aquellas fuciones a que los<br />
gobernantes asistian. Los oradores sagrados tocaban alli<br />
todos los puntos que juzgaban convenientes para que reinase<br />
Ia buena armonfa eutre los españoles y las autoridades;<br />
y se detenian inuy especialmente en la defensa de los<br />
indios, manifestando a la Audiencia quo, ofenderles en Jo<br />
mas ininirno, era faltar a las instrucciones del monarca.<br />
En una do ]as funciones religiosas a que concurrieron Nuho<br />
de Guzman y los oidores, se diO an easo que afectO en<br />
extremo a los fieles que se haflaban en ci templo. Un respetable<br />
sacerdote tornO a su cargo el sermon que correspondia<br />
a la fiesta, Lieno do celo apostOlico, so extendió<br />
sobre los deberes del hombre hácia sus semejarites, y tocando<br />
con acierto los cristianos sentimientos del monarca<br />
en favor do Ia raza indIgena, censurO, con enérgica docuencia,<br />
los actos do la Audiencia, que estaban en pugna<br />
con las cristianas disposiciones do la corona. Indignado<br />
Nuño de Guzman do ver reprohados sus actos, rnandO a<br />
uno de sus oficiales a que impusiera silencio al orador. El<br />
digno niinistro del Crucificado, no atendiendo mas que al<br />
cumplimiento de su deber hácia la hurnanidad, conti-<br />
ToMo IV 61
4S2 HISTORIA, DE MEJICO.<br />
nuO, sin inrnutarse, su discurso. El orgu1oso presidente,<br />
arrebataclo entonces de ira, hizo bajar por fuerza al ora-<br />
dor del pulpito, y dicto Orden de destierro contra el. La<br />
mediacion del obispo Zumárraga hizo que no se lievase<br />
A efecto la Ultima providencia.<br />
Nunca brillaron con mas pureza y esplendor las virtu-<br />
des 37 la elocuencia de los primeros misioneros espanoles,<br />
que defendiendo, con las saritas rnáximas do la religion<br />
del Crucificado, los fueros de la humanidad y de la civi-<br />
lizacion. Ellos eran los apOstoIes do la verdadera libertad,<br />
predicando ci respeto y cariño a todas las clases de la<br />
sociedad, la garantIa de los individu.os, cualquiera que the-<br />
so su clase, la proteecion al débil, y la fraternidad gene-<br />
ral. El amor y el ardiente celo que los religiosos desple-<br />
garon en favor do los naturales, les atrajo el efecto de los<br />
pueblos indIgenas, que veian en los ministros de la nueva<br />
religion sus protectores, sus amigos y sus maestros.<br />
Cuando mas envanecidos se haltaban Nuflo de Guzman<br />
y stis coinpañeros dcl mando quo ejercian y se lisonjeaban<br />
de ejercer largo tiempo ci poder, liegarori algunos buques<br />
con la nolicia de la exceleute recepcion hecha a Coflós, y<br />
de las disUnciones eon que le habia honrado el monarca<br />
premiando su fidelidad y servicios. Estas nuevas alanna-<br />
ron a los miembros de la Audiencia, rJli que Cortés<br />
volvieseá la Nueva Espana ejerciendo su antigua autori-<br />
dad. Nuno de Guzman y los oidores, viendo pie si no ha-<br />
manì un esfuerzo supremo para detener a Cortés en Espa-<br />
na, se les escapaba el mando de ]as manos, perdiendo a<br />
la vez el favor del soberano, ocurrieron a un medio que<br />
juzgaron efieaz. Convocaron los ayuntamientos de la
CAPITULO <strong>XIII</strong>. 483<br />
Nuteva-Espana para que eligieran procuradores, y en la<br />
mayor brevedad posible se presentase en la capital, don-as<br />
de se celebraria uria junta general on que se iba a tratar<br />
de asurxto importantes al servicio del rey y del pals. Con<br />
efecto, acudieron al ilamamiento; pero al ver quo ci objeto<br />
principal era solicitar del monarea cjue pro}iibiese la vuel-<br />
ía de Fleruan Cortés a MOjico, manifestaudo ([lie SU pre-<br />
sencia en ci pals era inconveniente para los intereses de<br />
la corona, acusándole de desleal al rey, se negaron al<br />
deseo de la. Audiencia. En vano esta recurriO 5. los medios<br />
que juzgO mas eficaces de seducciori: los procuradores, la<br />
mayor parte antiguos soldados de Cortés, eritre los cuales<br />
se hallaba Bernal Diaz, manifestaron que no podian sus-<br />
cribirse al deseo de los gobernantes, porque tenian la<br />
conciencia de que su antiguo general era y habia sido uno<br />
de los mejores servidores de Ia corona. La Audiencia, in-<br />
dignada por la negativa, despojO a Jorge de Alvarado y a<br />
Pablo MejIa de los repartimientos que disfrutaban, con<br />
pretesto de quo iban a incorporarlos a Ia corona; pero no<br />
fué sino para agraciar eon ellos al tesorero Alonso de Es-<br />
trada y al contador Rodrigo de Alhornoz. Viéndose contrariados<br />
en su propOsito, desterraron a noventa y seis de<br />
los compafleros que habian militado a las Ordenes de Cor-<br />
tés, y que so manifestaron contrarios a la determinacion<br />
de la Audiencia. Los pocos que por ternor firinaron la re-<br />
presentacion, aseguraban en cartas que en Jo particular<br />
enviaron a la corte, que habian obrado asI porque se ha-<br />
bia ejercido presion sobre ellos.<br />
Firmada la representacion, Nuho de Guzman y sus<br />
compañeros, hicieron que se eigiese por procuradores quo
484 HISTOBJA DE MEJICO.<br />
fuesená la corte, a ernardino B de Tapia y a Antonio de<br />
Carhajal, enemigos declarados de Cortés. La Audiencia les<br />
dió una crecida caritidad de oro a fin de quo trabajasen con<br />
empeho en ci negocio que les encomendaba, y lievaron Ia<br />
residenela hecha al marques en quo SC decia al monarca:<br />
quo los bienes de Cortés habian SidO 'vendidos para satis-<br />
lacer al erario,i quieri todavIa quedaba debiendo: que<br />
estaba rnariiflesta su intencion dc traicionar a Ia corona,<br />
y hue lo hubiera rea'lizado, a no haber sido descubiertos<br />
sus inicuos proyectos p0r el gobernador Estrada ; que e<br />
'ver desculiierta su traicion, Ic hizo marchar a Espafia, y<br />
quo la tranquilidad lie1 pals exigia que no volviese mas<br />
a ei. INuño de Guzrnan, ambicioriarido extender su auto-<br />
ridad, pedia que se le diese voto en Ia Audiericia: ponia<br />
on conocirniento de la corte, que iba a emprender la cam-<br />
I?fa<br />
contra los dhicirimecas, Ilevando en su companla a<br />
.<br />
Clunnos, que se habia vintheado cumplidamente de las<br />
ligeras falias de quo le acusaban, y cuyos conocimientos<br />
y honradez le serian muy Utiles. Tambien hacia notables<br />
elogios de Salazar, con quien habia hecho una arrnstad<br />
mntirna. Como la Audiencia estaba persuadida de que los<br />
religiosos y prelados elevarian sus quejas contra los aetos<br />
que desde el plll[)ltO hahian censurado, trataron de dete-<br />
ner el golpe. Para lograrlo, se quejaban de los obispos y<br />
de los franciscanos; acusaban a los primeros de mezclarse<br />
en los negocios seglares, alegando que se les habia nom-<br />
brado protectores de los indios; y aseguraban quo la clefe-<br />
rencia de loS segundos hácia Hernan Cortés, dana por re-<br />
sultado la ruina Lie la Nueva Espafla.<br />
Cuando [a Aucliencia disporna la marcha de sus procu-
F<br />
CAPITULO Xlii. 485<br />
radores a la corte, liego a 1\Iéjico Pedro de Alvarado, que<br />
liegaba de Espana con ci titullo de adelantado y goberna-<br />
dor do Guatemala. Sc habia unido on rnatrimonio, duran-<br />
te si:i permanencia en la corte, con Do'Francisca do la<br />
Cueva, jOven de ilustre curia y de singular hefleza. Alva-<br />
rado tuvo el sentimiento de quc b muerte le hubiese pH-<br />
vado de su corupaflera al deseniharcar en Veracruz, y se<br />
dirigiO inmediatamente a Ia capital, a donde lJegO on los<br />
instantes en que se acahaba de firrnar la solicitud contra<br />
Cortés. Al tener noticia Pedro de Alvarado de lo dispues-<br />
to por la. Audiencia, convino con los procuradores que no<br />
habian firinado, hacer una contra-representacion, escri-<br />
bleinlo al monarca todo lo que Ia Audiencia Real iriten-<br />
taba.<br />
El odio de los oidore.s y de Nuño de Guzman hacia el<br />
conquistador, crecia a medida que se tenian mas pormenores<br />
de la çsrnerada (listincion con que Ic favorecia ci<br />
monarca. En una tertulia en clue se hallaban reunidos 1 o<br />
tres goherriantes, varios individuos de buena posicion so-<br />
ciall, y Pedro de Alvarado, al hablar sobre los asuntos del<br />
dia, se tocO el punto de los favores ilcanzados en la corte<br />
por liernan Cortés. Dominado el factor Salazar por el odio<br />
que consagraba al marques, dijo con exaltado acento: dJn<br />
rev que emplea 5. un traidor corno Cortés, es un hereje<br />
y no un cristiano. )> Alvarado, queriendo castigar al ofen-.<br />
sor del rey y de su general, se presentO a la Audiencia,<br />
solicitando que se le concediese licencia para retar solem-<br />
nemente a Salazar. La caballerosa solicilud del valiente<br />
cal)itarl , no fué atendida; por el contrario, se trato de hacer<br />
ver que era injusta, y pan conseguirlo, Nuno de Guz-
486 IJESTORIA DE MEJICO.<br />
man dIO mt decreto en pie decia: quo Alvarado mentia<br />
como traidor, y que Salazar era un fiel vasaflb, y no ha-<br />
bia dicho lo que se le atribuIa. Para colmo de injusticia,<br />
Alvarado fué reducido a prision al siguiente dia, aunque<br />
solo fué por unas cuantas horas, marchando a poco para<br />
su gobierno de Guatemala.<br />
La Audiencia, para evitar que liegase a conocirniento<br />
del monarca lo que liabia pasado en la. junta de procura-<br />
dores, y los actos de tiranfa ejercidos (leslie que se halla-<br />
ba en posesion del mando, prohibiO, bajo severas penas,<br />
que se enviasen cartas fuera de Ia Nueva Espaila. La vi-<br />
gilancia que se desplego para hacer cumpilir la. Orden fuO<br />
extraordinaria. El ohispo Lumarraga encontró, sin em-<br />
hargo, la. manera de hacer flegar a la corte la reaciou de<br />
los actos tiránicos do los despOticos gobernantes. MandO<br />
hacer un santo Cristo, en cuyo pecho habia una concavi-<br />
dad. en c'ue coloco su carta y la de los aemás prelados, y<br />
la mando a Espana con tin paje suyo, con pretesto de ma-<br />
nifestar los adelantos que se habian hecho en la escuiltu-<br />
ra en Méjico. El obispo, en completa armonfa con el pa-<br />
recer de los dcmás religiosos, a quienes leyó el pliego en<br />
que ponia on conocimiento del rey lo que pasaba, deca:<br />
> Manifestaba<br />
quo era profundo el odio pie el presidente y los oidores<br />
profesaban a Flennn Cortés, sin was motivo que el de la
CAFITULO xiii. 487<br />
envidlia que les causaba el escuchar los elogios que de el<br />
hacian. Pintal)a Ia persecuciori desplegada por los oidores<br />
y el presidente contra los que se oponian a sus actos ar-<br />
bitrarios; los desacatos cometidos con agunos sacerdotes,<br />
obligándoles a bajar del pftlpito; ]a imperiosa necesidad<br />
de quitar inmediatamente el mando a Nuno de Guzman<br />
y sus cornpañeros, y terminaba asegurando que no Ic ha-<br />
bia movido a escribir contra la Audicricia, ningun re-<br />
sentinuento personal, smo Ia gloria de Dios y el deseo de<br />
servir a su rey.<br />
Entretanto, la Audiencia ccrntinuaba por el camino de<br />
las arbitrariedades, de las persecuciones y de la injusti-<br />
cia. Los espafloles honrados se veian oprimidos, y los in-<br />
dfgenas molestados de continuo. La altaneria y arbitrarie-<br />
dad usada por Nuflo de Guzrnan y los oidores con los<br />
caciques y pueblos rndios, contrastaban con las conside-<br />
raciones y deferencia que siempre les habia tenido Hernan<br />
Cortés (1). Informada la Audiencia de que Pedro de Al-<br />
(1) El laborioso escritor mejicano D. Manuel Rivera, en su obra uLos Gobernantes<br />
de Mexico,> dice, 4Kque urns de ]as causas porque cayd en desgracia<br />
(7ortés, fueron las queja.s formuladas contra su administracion, respecto de<br />
los indigenas, opuesta at buen tratn quo recomenctaba siempre el inonarca, y<br />
que precisamente de los esfuerzos que hizo Ia corte queriendo favorecer a Jos<br />
indios, tuvo origeti el pensarniento de confiar ci gobierno a Ia Audienciaa<br />
Agrega a poco, cjue entre ]as instrucciones habia una que presclil)ia
488 HISTORIA DE ME.JICO.<br />
varado habia. aconsejado a los procuradores qua se envia-<br />
se al emperador una coritra.representacion de la pie ella<br />
habia enviado, buscO todos los medios que pudieran dar<br />
un pretesto a perjudicarle, y le despojO de los reparti-<br />
mientos quo tenia. Al saber la d.isposicion dictada por la<br />
Audiencia, marchO a Néjico para ver al presidente; y at<br />
salir de la entrevista, encontrO con que hasta la mula en<br />
que habia hecho el camino, y quo. la dejo en la puerta, le<br />
habian embargado.<br />
Aunque se habian tornado las medidas mas severas pa-<br />
ra. impedir que las quejas de los desconteritos liegasen a<br />
la corte, no por esto alcanzaron lo quo anlielahari. Las<br />
cartas do los obispos y do los religiosos, eriviadas dentro<br />
del santo Cristo, Ilegaron a su destino; y la corte, infor-<br />
mada de la Audiencia, tratO inme(liatamente de quitarla<br />
el poder y de tornarla residencia. El sagaz Nuflo de Guz-<br />
man, at traslucir to que se disponia por la corona, tratO<br />
tic que el golpe cayese ünicamente sobre sus cornpafleros,<br />
do los capitulos de las instrucciones dadas a Ponce de Leon que eran ]as mismas<br />
que Sc itieron Ct la Audiencia, se is decia, Gque consultase eon Coflés, que<br />
era la, persona quo rnejor conocia el pals, y con otros individUOs pnl(lelltes<br />
de capacidad, sobre el sistema qua seria mas conveniente observ&r respecto<br />
de Los indios, sin dejarles como estaban antes tie la conquista, excepto de la<br />
parte religiosa, moral y tie adelanto, imponiéndoles un tributo como pagaban<br />
a sus reyes, aunque mas tuoderado, ó (iándoles encomenderos, como habia<br />
tablecido Cortés; pero que nada se irinovase por de pronto, sino que se these<br />
e] parecer Via corte. Sc ye, puies, gue el mnarca no tenia malos informes respecto<br />
del sisterna de encomiendas establecidas por el conquistador, de manera<br />
muy distinta a las estabiecidas par Colon en las islas, cuando, a pesar del<br />
alan del soberano por el huen trato de los indio$, (luda si Seth mejor otro sistema,<br />
y recomienda que se eonsu]te sobre lo mas conveniente a los naturales,<br />
aon ci inismo CQrtés, y otras personas prudentes y de capacidad.
CAPfTULO <strong>XIII</strong> 489<br />
poniéndose éI a cubierth de toda responsabilidad. Pan lo-<br />
grar su objeto, dispuso una expedicion para erisanchar<br />
:Ios limites de lo descubierto. y hacer la conquista de las<br />
provincias del interior. Hizo a sus compafieros una pin-<br />
tura lisonjera de la riqueza y fertilidad de Jos territorios<br />
quo trataba de unir a ]as demãs provincias, presentándo-<br />
los como los mejores que hasta entonces se habian cono-<br />
cido. Matienzo y DelgadillEo, cjue ambicion.aban, pnr su<br />
parte, estar solos en el mando, convinieron en quo La ex-<br />
pedicion era de notable proveeho para la corona, y la mar-<br />
cha de Nufio de Guzman quedc) resuelta. Los preparativos<br />
para ella se empezaron inmediatamente con la mayor ac-<br />
tividad. Para hacerse de alguna fuerza espaflola quo le<br />
acompaflase en la expedicion, repartiO entre diversos ca-<br />
pitanes de su aprecio, varios pueblos que perteriecian g<br />
Cortes, logrando de esta manera reunir en Oajaca, Gua-<br />
temala, Michoacan y otros puntos, un nUmero suficiente<br />
de espafloles. Como ejército aliado, se alistaron diE3Z mu<br />
tiaxcaltecas, y numero<br />
P<br />
igual de mejicanos.<br />
at<br />
Nunode Guz-<br />
man pidio al tesorero Alonso de Estrada, y demas oficia-<br />
les reales, que Ic entregasen seis mil pesos, pertenecien-<br />
tes a minas, que habia on la real caja. Los empleados le<br />
contestaron que nada podian (lane Sin Orden del monarca.<br />
Esta respuesta exaltO al iracundo presidente, y atrope-<br />
liando par todo, se apodero de los seis mil pesos y pren-<br />
(hO at tesorço Estrada y t los oficiales reales.<br />
k 1529. P000é dias despues pasO revista a las tro-<br />
Diciembre. pas cjue texiia reunidas para la expedicion. So<br />
It<br />
componia la fuerza de doscientos jinetes espafloles y tres<br />
cientos infantes, tambien castellanos. La mayor parte de<br />
TOMO Iv .62
490 HISTORIA DE M1JICO<br />
esta gente iba mas por comprorniso quo por volluntad,<br />
pues el carácter despOtico y altanero de Nuflo de Guz-<br />
man: to enajenaba las simpatias de los que servian bajo<br />
sus ordenes. Lievaba tambien algunos artilleros con seis<br />
piezas de artillerla, abundantes municiones y algunos<br />
armeros para componer los mosquetes que se estropea-<br />
sen. Aconipaflaba en esta expedicion al orgulloso presi-<br />
dente, Pedro Peralrnindez Chirinos, do quien se habia<br />
hecho Intimo amigo. sin duda porque poseia un corazon<br />
no mas htunano quo el suyo. Nuflo die Guzman dispuso<br />
ilevar en la expethcion at rey de Michoacan Francisco<br />
Oaltzontzi, g quien habia detenido hasta entonces en Me-<br />
jico. Ihan de capellanes del ejército, el bachiller Barto-<br />
lomé de Estrada y Alonso Gutierrez, a los cuales se<br />
agregaron despues los padres Fray Juan de Padilla y<br />
Fray Juan de Vadfllo.<br />
Al siguiente dia de luther pasado revista a las tropas,<br />
Nuflo cle Guzmari saliO de Ia capital al frente de su ejér-<br />
cito con direecion at interior. S<br />
I