253 - Equipos de Nuestra Señora

dote, por su parte, se presenta
entonces como el custodio de
dicha comunión, para que no
degenere en complicidad, en
mera función, para que no deje
de ser lo que era en principio.
Para ello debe ser remitida a
Dios, que es lo que hace la mirada
sacerdotal. El acto sexual,
si no es signo de amor, si no es
cosmos, es caos, destructivo,
mero funcionamiento técnico y
prestación de placeres o servicios.
Sólo desde este Principio
el matrimonio encuentra su
unidad y sentido. Por eso es necesario
que el sacerdote tenga
su morada junto al matrimonio
y le muestre con su vida el destino
del propio matrimonio: la
Trascendencia. El sacerdote es
el signo que despierta la conciencia
y la memoria del matrimonio,
de lo que son y de lo
que están llamados a ser. El sacerdote
tiene, respecto del matrimonio,
una misión odiguítrica
(de odegetria: ‘aquella que
muestra el camino, que guía’,
término que aplican las Iglesias
orientales a Santa María).
Afirmaba nuestro querido
Juan Pablo II en sus catequesis
sobre el matrimonio de
62 / ENS
1985 que ambos estados misionales
tienen su diferencia en la
perspectiva en la que se sitúan:
el matrimonio en la perspectiva
del principio, de la Creación, y
la vocación sacerdotal adviene
en la perspectiva escatológica,
de la nueva creación, de la resurrección.
De este modo, el
sacerdote es signo del carácter
virginal del ser esponsal, mientras
que el matrimonio es signo
ante el sacerdote del carácter
‘esponsal’ de su ser virginal”.
Ambas perspectivas en mutua
respectividad revelan la verdad
del hombre. En todo caso, tanto
matrimonio como sacerdocio
tienden al cumplimiento de las
personas y a la glorificación del
cuerpo y la persona. Ligado a
ambos estados se da un tipo de
paternidad y maternidad. También
en el sacerdote.
El sacerdote, pues, es
aquél que con su mirada sacerdotal,
participación de la mirada
de Cristo, restituye al hombre
su dignidad pues hombre y
mujer son mirados como Dios
los creó en el acto de la creación.
La donación del sacerdote
revela su destino al matrimonio,
enseñándoles que su vida