253 - Equipos de Nuestra Señora

consiste en dar la vida por el
otro.
El matrimonio, por su
parte, invita al sacerdote a hacerse
fiel en el hacerse presente
ante los hombres, recuerda
su vocación comunitaria, su ser
para otros.
De este modo, el matrimonial
y el sacerdotal son dos
caminos entreverados y complementarios.
El sacerdote
ayuda y defiende que el ser los
dos una sola carne (Gn 2, 24)
no quede reducido a un caos en
el que los cuerpos no sean más
que sus funciones. Con su propia
vida, orientan al matrimonio
hacia el Otro y su reino. Pero el
matrimonio ayuda al sacerdote
a recordar que el camino hacia
Dios pasa por el otro hombre a
quien hay que servir.
Xosé Manuel Domínguez Prieto y
Masu de la Fuente Cid. Ourense
15. Responsables del Sector de
Ourense.
“Tu amor sin exigencia me disminuye; tu
exigencia sin amor me rebela; tu exigencia sin
paciencia me desalienta; tu amor exigente me
hace crecer” —Cuando los hogares se ejercitan
en el amor fraternal, poco a poco su corazón
ensancha su horizonte. Y progresivamente, su
amor gana la casa, el barrio, el país… hasta llegar
a las más alejadas orillas… (Henri Caffarel; El
Anillo de Oro, mayo-agosto 1956)
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